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Esperanza Aguirre se casó con Fernando Ramírez de Haro en 1974. Celebró boda conjunta con su hermana Isabel, la segunda de la saga./ Red
La 'tribu' de Aguirre
La política del pp se retira

La 'tribu' de Aguirre

Madre, marido, siete hermanos, dos hijos y dos nietos son las poderosas razones de la expresidenta de Madrid para dejarlo todo

ISABEL IBÁÑEZ

Domingo, 23 de septiembre 2012, 13:39

Jaime Gil de Biedma dedicó un breve poema a su hermana Piedad cuando ésta dio a luz, en el mismo año, a sus dos primeras hijas. En enero llegó Esperanza (Aguirre) y en noviembre, Isabel. «En el 52 has parido dos», sentenció el artista. Destacado miembro de la Generación del 50, combinaba una vida tradicional en el negocio familiar tabaquero con otra más turbulenta, la creativa, influenciada por la vivencia de su homosexualidad, su izquierdismo y su pesimismo. Él es el personaje más llamativo del gran clan al que pertenece la presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, una de las pocas voces del PP, por cierto, en declararse favorable al matrimonio gay. Pero, como suele suceder en las familias acomodadas, donde el desahogo económico hace de la vida un camino con infinitos desvíos, la saga Aguirre Gil de Biedma está llena de sorpresas.

Son muchos y bien avenidos. «Vivir más cerca de los míos y dedicarme a mis nietos, mis hijos, mi marido, mi madre y a mis siete hermanos». Éste es el deseo de Esperanza Aguirre, que a sus 60 años dice adiós a más de tres décadas de política con el recuerdo fresco del cáncer de pecho que sufrió en 2011. Cuando regrese de Ibiza, donde pasa unos días de relax, tiene su puesto de funcionaria esperándola en el Instituto de Turismo de España, Turespaña, dependiente del Ministerio de Industria, lo que le dejará más tiempo para disfrutar de los suyos. Éstos llevaban un año, desde la enfermedad, pidiéndole que levantara el pie del pedal. «Ha sido una confabulación familiar», opina la periodista Virginia Drake, autora de la única biografía de Esperanza Aguirre La presidenta (2006). Y añade: «Son como una tribu, se llevan fenomenal, y echan la culpa del cáncer al estrés del trabajo». Y, por impensable que pareciera hace unos días, la indomable, férrea, controvertida y lenguaraz Espe les ha hecho caso. Dicen que la muerte de dos amigas por el mismo mal que ha padecido ella ha influido en su decisión.

Sus apellidos, Aguirre y Gil de Biedma, suenan a aristocracia, artistas, dinero... El padre de Esperanza, el abogado José Luis Aguirre Borrell fallecido el 16 de enero de 2002 a los 78 años, procurador en Cortes durante siete legislaturas como Empresario del Sindicato Nacional de Combustible, se casó con Piedad Gil de Biedma y Vega de Seoane, hija de los condes de Sepúlveda, «la que llevaba los pantalones en casa», según Esperanza. Hoy es una mujer de avanzada edad que en mayor medida podrá disfrutar del tiempo libre de la dimitida presidenta. Tras ella llegaron siete hijos más: Isabel, Piedad, José Luis, María, Santiago, Rocío y Cristina. Esperanza siempre ejerció de hermana mayor porque los padres tenían mucha actividad social, tarea que no le entusiasmaba precisamente, según reconoce en su biografía: «Tenía un montón de hermanos pequeños que daban muchísimo el coñazo: hacían ruido, no me dejaban hacer los deberes, me estropeaban los cuadernos...». Hoy son uña y carne.

Movida, golf y Meninas

La madre de Esperanza y la de la fotógrafa Bárbara Allende Gil de Biedma, Ouka Leele, son primas y buenas amigas: «Yo soy prima segunda de Esperanza, así que tampoco estamos todo el día juntas, pero hemos celebrado muchas fiestas con la familia, y muy divertidas, porque los Gil de Biedma son mucho de hacer el payaso, con un dominio del lenguaje y un sarcasmo... Hacíamos cangrejadas... A su madre le gustaba cantar jotas, e imagínate cuando aparecía el poeta...». Ouka Leele coincidió más con uno de los hermanos de Esperanza, José Luis, que compartió con ella vivencias de la Movida madrileña: «Sí, era el cantante, guitarrista y pianista del grupo Bajas Pasiones». Con su banda inauguró la famosa sala El Sol de Madrid y clausuró el mítico Rock-Ola antes de que lo cerraran por orden judicial. Hoy es pintor y comisario de exposiciones y se hace llamar Jaelius.

Piedad, a la que llaman Piedy, se metió a empresaria de la noche y alumbró en 1991 junto a su hermana Rocío (hoy responsable de las ferias Madridgolf y Expobike) y Mariola Orellana, la mujer de Antonio Carmona (Ketama) la sala de conciertos Caracol de Madrid, aunque la vendieron 5 años después. Hoy es una «perfecta anfitriona», según la fotógrafa, y organiza reuniones con caras famosas, fiestas de ambiente flamenco con gente como Madonna, Miguel Bosé, Marta Sánchez... Luego está Santiago, el díscolo, según Drake: «Le echaron de casa por vago y maleante, por estar de brazos cruzados, y se fue a vivir a la buhardilla de un amigo, la cocinera de la familia le llevaba comida a escondidas.». Años después fundó con un socio inglés la exitosa consultora inmobiliaria Aguirre Newman.

Con Isabel, la segunda quien en 1984 participó en la restauración de Las Meninas de Velázquez, compartió Esperanza el día de su boda. «Lo retrasó porque su madre se quedó embarazada de la última hermana, Cristina, y no quería ir al enlace así recuerda Drake. Por eso, y a pesar de que tenía que competir con el bellezón de Isabel, que se casaba con un hermano de Alfonso Ussía, lo hizo. Esto da idea de lo que supone la familia para ella».

¿Quién era el afortunado?

Cuenta la madre de Esperanza que a ésta no le gustaba demasiado el golf, una pasión compartida por muchos miembros de la familia, que prefería el tenis hasta que apareció el conde de Murillo, Fernando Ramírez de Haro y Valdés, hijo de conde y marquesa. Con una finca propia en Salamanca y varias de la familia dedicadas a la ganadería y al cultivo de cereales, este economista, «hombre de campo casado con una mujer que dedicaba 16 horas al día a trabajar según Pilar Aresti, ex senadora del PP tuvo que dedicarse a los dos hijos del matrimonio. Se quieren mucho, siempre están juntos». «Cuando habla de él se le saltan las lágrimas», desvela Drake. Dice la propia Esperanza en su biografía: «Mi marido es un gran educador de niños, les da seguridad. Mi padre era un encanto de hombre, pero no era muy buen educador. Mi marido sí lo es y yo soy bastante mala, la verdad, más bien como mi padre», del que la política confesó haber heredado 100.000 euros.

El hijo mayor de Esperanza, Fernando, de 36 años, el más parecido a ella en caracter, tiene un cargo de responsabilidad en una sociedad inmobiliaria ligada a Aguirre Newman, la de su tío Santiago. El pequeño, Álvaro, de 32 años, abogado, es desde enero asesor del gabinete del secretario de Estado de Comercio, cargo de libre designación que provocó críticas por haber sido «otorgado a dedo» las mismas que ha recibido la hermana pequeña de la expresidenta, Cristina, periodista de 37 años contratada por el Ayuntamiento de Madrid. Ambos vástagos siguen ampliando el clan con dos hijos del primero y otro que está por llegar del segundo. Con la primera nieta, Beatriz, la orgullosa abuela se abría paso por los pasillos del Congreso para enseñar la foto en el móvil a todos sus compañeros.

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