José Luis San Pedro, a la izquierda, y Ángel Acebes
CAMBIOS EN LA ELÉCTRICA

San Pedro entra en el consejo de Iberdrola y se consolida como número dos de la compañía

Se incorpora también Ángel Acebes, el último ministro de Interior en el Gobierno de Aznar

MANU ALVAREZ

Martes, 24 de abril 2012, 22:12

El consejo de administración de Iberdrola ha aprobado un cambio en la cúpula de la entidad, con la incorporación de José Luis San Pedro como miembro del máximo órgano de gobierno de la eléctrica. San Pedro ostentará el cargo de consejero-director general, lo que le confirma como número dos de la firma en la que hasta ahora ocupaba el cargo de director general de negocios. El presidente, Ignacio Sánchez Galán, mantendrá todos los poderes ejecutivos. Por otra parte, los hasta ahora consejeros José Ignacio Berroeta y Ricardo Álvarez-Isasi han cesado en sus cargos. También se incorpora como nuevo vocal al consejo el exministro de Interior en el último Gobierno de Aznar, Ángel Acebes.

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Por otro lado, la Audiencia Nacional ha desestimado la suspensión cautelar solicitada por Iberdrola contra la liquidación provisional del mes de enero aprobada por la Comisión Nacional de Energía (CNE), que obliga a la eléctrica vasca a ingresar 193 millones de euros para la financiación del déficit de tarifa. En un auto la Sala de lo Contencioso-Administrativo entiende que la no adopción de la medida cautelar "no produce una perturbación tan grave de los intereses" de la compañía.

Recuerda además que estamos ante un sistema de financiación del déficit tarifario del sector eléctrico para hacerlo viable, regulado por normativa de rango legal, y el mantenimiento de ese sistema, "cuyos actos han venido siendo consentidos en gran parte por las empresas a las que se ha vinculado tal financiación representa un evidente interés público".

Para solicitar las medidas cautelares, la eléctrica recordaba que actualmente el débito asciende a 2.197 millones de euros, lo que supone de las mitad de las ganancias del año 2011. La compañía advertía además de que podía demorarse su recuperación hasta los 15 años con la influencia negativa en cuanto a la capacidad para acometer nuevas inversiones, y la posiicón en la que quedaba ante otras empresas a las que no se ha impuesto esas obligaciones.

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