VASCO PRESS
Martes, 12 de octubre 2010, 22:06
El entrenamiento en Venezuela de dos presuntos miembros del 'comando Imanol' de ETA se llevó a cabo con el apoyo de algún grupo de ese país ya que una decena de ciudadanos venezolanos y dos chilenos colaboraron en las tareas de adiestramiento, según fuentes de la lucha antiterrorista. Los presuntos etarras Xabier Atristain y Juan Carlos Besance viajaron de Madrid a Caracas a finales de julio de 2008 siguiendo las órdenes impartidas por el dirigente de ETA Mikel Carrera, 'Ata', que les dio dos mil euros para los gastos. La Guardia Civil ha localizado los billetes de los dos etarras que prueban que salieron de Madrid separados por un día de diferencia.
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A su llegada a la capital venezolana les esperaban tres miembros de ETA Iurgi Mendinueta, Lorenzo Ayestaran Legorburu, 'Fanecas'; y José Arturo Cubillas Fontán. Los dos primeros se encargaron de darles un primer cursillo de adiestramiento en la fabricación de artefactos explosivos. Este primer cursillo se desarrolló en una vivienda de la propia Caracas a la que los etarras fueron conducidos con los ojos vendados. Durante un desplazamiento por la capital venezolana, los presuntos miembros del 'comando Imanol' fueron parados en un control policial. Los agentes, al ver la cantidad de dinero que llevaban encima, les indicaron que no podían portar tanto efectivo encima y que tendrían que dejar parte en el control. Cubillas intervino y zanjó el incidente, evitando que los agentes se quedaran el dinero de sus compañeros.
El cursillo de fabricación de artefactos duró menos de veinticuatro horas. Después de pasar dos noches en la casa de Caracas fueron trasladados a una urbanización turística de la costa, en un viaje que duró entre una y dos horas. Los dos etarras permanecieron en la casa encerrados durante dos días, al cabo de los cuales regresaron Cubillas y Ayestaran acompañados de dos venezolanos que fueron los encargados de enseñarles a montar y desmontar armas de fuego. Los dos instructores, según los detenidos, mostraron una gran destreza en el manejo de las armas. Este episodio pone de manifiesto las primeras complicidades locales con los etarras.
Viaje por el interior
Concluida la enseñanza sobre las armas de fuego, los miembros del 'comando Imanol' fueron trasladados otra vez por Cubillas y Ayestaran a una zona de monte en el interior del país, a diez horas de viaje desde la casa de la costa. Llegaron a un pequeño pueblo donde cuatro o cinco personas de nacionalidad venezolana estaban esperándoles en un todoterreno. Cubillas conversó con ellos y se fueron juntos a un supermercado para realizar la compra. Después los dos todoterrenos -con los venezolanos a modo de guía por delante- viajaron por pistas hasta una casa de campo donde esperaban otras dos personas más. A Ayestaran, después de efectuar varios disparos en las cercanías para comprobar si podía oírse el ruido, no le gustó el sitio, por lo que, después de conversar con los venezolanos, decidieron cambiar a otro lugar.
El viaje lo hicieron al día siguiente y llegaron a una casona, que tenía un cerco, donde había una persona encargada del cuidado de la vivienda. También se encontraban en el lugar dos chilenos a los que Ayestaran estuvo enseñando a disparar, al mismo tiempo que a los dos miembros del "comando Imanol". Al instructor etarra no le hizo gracia tener que compartir las armas y la munición con los dos chilenos, que tenían experiencia en el uso de las armas, pero al final se resignó.
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Las prácticas con armas de fuego duraron cuatro días, durante los cuáles se ejercitaron como francotiradores con mira telescópica y con armas cortas. Al cabo de ese tiempo, los chilenos acercaron a los miembros de ETA hasta un pueblo donde cogieron un autobús para volver a Caracas. Javier Atristain regresó de inmediato a Madrid, mientras su compañero se quedó todavía unos días haciendo turismo. El balance final de los movimientos de los etarras en Venezuela muestra la presencia de diez u once ciudadanos de este país colaborando en el adiestramiento de terroristas, lo que hace suponer la existencia de una organización de apoyo a ETA que, además, estaría en relación con activistas de otros países como los chilenos.
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