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MARÍA DEL MAR SICART
Lunes, 17 de agosto 2009, 04:35
Por primera vez se está realizando una investigación sistemática de los huesos hallados en las cuevas y dólmenes alaveses y riojanos. Las labores recaen en la arqueóloga riojana Teresa Fernández Crespo quien lleva dos años estudiando las estructuras funerarias alavesas y, hace apenas unas semanas, comenzó sus investigaciones en su tierra natal.
Aunque algunos investigadores señalan que los dólmenes servían como hitos territoriales, esta teoría no ha sido comprobada y, mayoritariamente, se les atribuye un carácter funerario. Se sabe, a ciencia cierta, que se utilizaban como cementerios colectivos donde se enterraban los miembros de la comunidad que iban falleciendo y son de las épocas Neolítica y Calceolítica.
Estos restos nunca se habían estudiado de manera sistemática. De hecho, a fecha de hoy sólo hay dos estudios: el primero, del cardiólogo y antropólogo riojano, Julio Martínez Flores, es una tesis inédita sobre patología craneal en algunos de los yacimientos en los dólmenes cameranos y, el segundo, del arqueólogo Carlos López de Calle sobre los monumentos.
«Pero los restos humanos se han quedado un poco apartados. Como me estoy especializando en antropología física, intento contestar a preguntas históricas a través del estudio de los restos humanos. Me interesa especialmente el colectivo enterrado, el número de hombres, mujeres y niños. Si han sido beneficiarios de algún ritual especial. Muchas veces los arqueólogos hablan de cremaciones o tinciones, pero no son expertos en antropología. Yo lo que quiero es contrastar la información arqueológica con la antropológica para ver cuál de ellas es verídica», explica la investigadora.
Desde el inicio del estudio hace dos años, la arqueóloga ha podido estudiar las cuevas y dólmenes de la region alavesa. Hace apenas unas semanas comenzó la investigación en tierras riojanas. Actualmente, Teresa Fernández está estudiando las osamentas encontradas en los dólmenes de Nalda y Viguera, las cuales están depositadas en el Museo de La Rioja. Los investigadores han encontrado diferencias significativas entre los dólmenes alaveses y los riojanos.
«En la mayoría de los casos, los alaveses son de corredor. Se les llama así porque tienen una cámara y un corredor de acceso, mientras que los rijanos tienen morfologías muy diferentes y son más variados que los alaveses».
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