
A. LERATE
Jueves, 16 de abril 2009, 10:27
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La joven irundarra Nagore Laffage llamó por el móvil al teléfono 112 de emergencias antes de ser asesinada el pasado 7 de julio en un piso de Pamplona. Ese extremo de la investigación, que era ignorado hasta la fecha, salió ayer a la luz en el relato de los hechos que realiza el fiscal en sus conclusiones provisionales. Según se recoge en el escrito, la llamada fue recibida en la central de emergencias «sin que pudieran actuar desde tal centro».
El fiscal solicitará 20 años de prisión por un delito de asesinato para José Diego Y. V. por la muerte de Nagore, así como una indemnización de 300.000 euros para los padres de la víctima. «Al menos que cumpla la condena íntegra», pidió ayer la madre de la víctima.
La joven, de 20 años y enfermera en prácticas en una clínica de Pamplona en la que el acusado trabajaba como psiquiatra, fue hallada muerta en un paraje de Olondriz (Navarra). Horas después era detenido el pamplonés de 27 años, quien reconoció la autoría del crimen al declarar ante la juez de instrucción número 2 de Aoiz.
El escrito de acusación del Ministerio Público explica lo que ocurrió ese 7 de julio de 2008, cuando José Diego Y. V. y Nagore Laffage se encontraron en una calle de la capital navarra sobre las siete de la mañana y decidieron ir al piso del joven. El fiscal precisa que Nagore «se dirigió directamente al acusado, sin saludar prácticamente a sus amigas que allí se encontraban, dijo algo al oído de José Diego e inmediatamente se fueron juntos abrazándose».
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Una vez en el domicilio, José Diego y Nagore «comenzaron de mutuo acuerdo ya en el ascensor a besarse, abrazarse y a tener contacto físico de forma apasionada». Una situación que se prolongó en el interior de la vivienda, «donde el acusado de forma violenta desnudó a Nagore hasta quitarle su ropa interior, momento en el que ésta le dijo al acusado que no quería continuar en esa conducta sexual». Esto motivó que el acusado «la golpease, le cogiese por el cuello y le apretase hasta privarle de respiración», lo que provocó que la chica se quedara inerme un tiempo.
La joven tuvo fuerzas aún para localizar el teléfono móvil del homicida, con el que logró conectar con el teléfono de emergencias 112. El procesado, en ese momento, se percató de la conducta de la chica y volvió agarrarla por el cuello «apretándole fuertemente hasta causarle la muerte por asfixia».
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