
FERMÍN APEZTEGUIA
Martes, 16 de diciembre 2008, 03:25
Publicidad
Bernabé Tierno dice que toda su obra, casi cuarenta libros y miles de artículos, busca un único objetivo: «difundir la importancia de que el ser humano esté al mando de su vida con una actitud positiva consciente». Su teoría es que la felicidad es posible, por encima de todo. A pesar de la Navidad, de la crisis y de todo lo que pueda añadirse a esta relación. Mañana explicará cómo en el programa Encuentros con la Salud de EL CORREO, en una doble sesión, convocada bajo el título 'Navidad y felicidad en tiempos de crisis'. Hoy adelanta algunas pautas.
-¿La felicidad es una utopía?
-Sí, si creemos que la vida ha de ser maravillosa y todos sus momentos, dichosos. Es una realidad cuando pensamos que somos nosotros mismos quienes podemos proporcionarnos muchos momentos felices, incluso en circunstancias adversas.
-¡Pues con la que está cayendo...!
-Vivimos una época de recesión. Por fuerza, hay que acostumbrarse a vivir en un estado de supervivencia, siendo conscientes de que nuestros antepasados, cuanto más remotos, peor lo pasaron en todos los aspectos de la vida.
-Llega la Navidad, ¿hay que ser feliz por narices?
-Las personas tenemos vocación de felicidad, pero no podemos condicionar nuestra felicidad a que tengamos siempre una temperatura de 22 grados. Antonio Machado decía que 'Hoy es siempre todavía'. Ese es el secreto. Hay que tener siempre fe y esperanza.
Publicidad
-¿Cómo le explica eso a quien a día 16, como hoy, la hipoteca le deja 50 euros para llegar a fin de mes?
-Quien se recree en ese diálogo negativo lo tendrá muy difícil. Cuando nos instalamos en lo peor, lo peor acaba por llegar. Un matrimonio en paro con dos hijos me planteó el otro día algo parecido en Huesca.
-¿Y qué les dijo?
-'No sois los únicos. Hay millones de personas como ustedes. Yo mismo, de joven, lo pasé fatal y me buscaba la vida como podía. Me anunciaba en los bares con fotocopias: Bernabé Tierno, profesor de Filosofía, da clases particulares gratis durante un mes. Si le parece bien el aprovechamiento de sus hijos, me paga usted después lo que le parezca. Hubo gente que se aprovechó de mí, otros me admiraban y hoy me alegro de poder ser un referente'. Lamentarse no lleva a ninguna parte.
Publicidad
Un cantamañanas
-¿Cómo se vence el miedo real?
-Hay que ponerse manos a la obra. Pensar qué amigos y familiares pueden a yudarte, trabajar en lo que sea, no quedarse de brazos cruzados. Conozco una familia de cuatro hermanos, de los que dos se han quedado en paro. Han decidido juntar sus sueldos y trabajar unidos para salir adelante. Todo el mundo colabora y nadie se queda en la cama durmiendo.
-¡Auténticos supervivientes!
-Lo son. Hace 15 años escribí un artículo que decía que el ser humano tiene que aprender a ser príncipe y mendigo cuando le toca. Hace poco, el director de una entidad de ahorros de Granada me dijo que lo había fotocopiado y lo había repartido entre muchos empresarios. Hemos sido príncipes durante mucho tiempo y ahora nos toca ser mendigos; pero vamos a ser mendigos inteligentes.
Publicidad
-El dinero no hace la felicidad, pero en tiempos de crisis ayuda.
-¡Claro! Hay mucha gente con dinero y desgraciada. Si mis expectativas de felicidad dependieran de vender tanto como Ken Follet, sería un desgraciado. La insatisfacción es medible. Si tienes unas expectativas de 8 y la realidad es de 3, tienes una desgracia de 5. Es como si 'El Fary' hubiese querido ser jugador de baloncesto.
-A menudo al optimista se le ve como al inmaduro, el superficial.
-Francoise Guissot dijo que los pesimistas son sólo espectadores y los optimistas quienes cambiamos el mundo. Sólo aprendiendo de cada fracaso, viendo lo positivo de cada error, el científico es capaz de dar con la vacuna que busca. Hace 20 años quise escribir para el Grupo Correo. ¿Sabe qué pasó?
Publicidad
-Usted me lo va a contar...
-Me dijeron que no tenía sitio, pero seguí insistiendo. Estuve dos años dando la lata, porque sabía que mis libros sobre valores humanos eran interesantes. Al final me dijeron que sí; y he escrito en 'El Semanal' durante 20 años.
-No es sólo la crisis. La Navidad es muy propicia para la tristeza.
-Un optimista tiene diez años más de esperanza de vida que un pesimista. Caerá en la tristeza quien tenga el hábito de quejarse, quien busca compasión. Hay personas, como Saramago, que creen que el optimista es un cantamañanas, un estúpido que va por la vida de ji, ji, ja, ja y que se cree que las cosas le van a salir bien. Un optimista es una persona realista tan inteligente como para que la realidad no pueda con él.
Noticia Patrocinada
-¿Algún día llegará a las farmacias la pastilla de la felicidad?
-La pastilla de la felicidad ya se ha inventado. Es una actitud mental positiva. La química cerebral es más potente que la sintética.
-¿Usted es feliz?
-Sí. Y ahora mismo estoy embarcado en la gran ilusión de mi vida. Es una página web 'www.cluboptimismovital.com', atendida por un equipo de psicólogos maravillosos, donde tienen hueco todas las personas que lo están pasando mal por una enfermedad, un desamor, y las que lo han superado. El testimonio de unos ayuda a los otros. Es el proyecto definitivo de mi vida.
Publicidad
Contacte con nosotros
Si desea que tratemos un tema de su interés, háganoslo saber a través de encuentrosconlasalud@diario-elcorreo.es
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La explicación al estruendo que sobresaltó a Valladolid en la noche del lunes
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.