

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
DAVID GUADILLA
Viernes, 17 de octubre 2008, 11:48
Mares que se elevan seis metros, plagas, cientos de millones de «refugiados climáticos»... El futuro apocalíptico del planeta, según Al Gore. El ex vicepresidente de Estados Unidos y gran gurú en la lucha ambiental visitó ayer Euskadi invitado por el Gobierno vasco para impartir una conferencia sobre el desarrollo económico sostenible en el Museo Guggenheim. Acompañado en todo momento por Juan José Ibarretxe, el Nobel de la Paz alabó a las empresas vascas -en especial a Iberdrola y a Gamesa- y exigió que la lucha contra la crisis económica no relegue a un segundo plano la climática.
Gore fue recibido por el lehendakari a la entrada del Palacio Artaza de Leioa pocos minutos antes de las once de la mañana. Estrecharon sus manos, intercambiaron unas palabras de cortesía y entraron en el edificio, donde mantuvieron una reunión privada que se prolongó algo más de media hora. Acabada la charla comparecieron ante los medios de comunicación para realizar una breve declaración sin preguntas.
Ibarretxe, que habló en inglés, euskera y castellano, aseguró que la lucha contra el cambio climático es un «proyecto estratégico» para el País Vasco y que su gobierno hará todo lo que pueda para impulsar un desarrollo sostenible. Tras calificar a Euskadi de «bonita región» -más tarde continuaría con los piropos afirmando que estaba «abrumado por su belleza»-, Gore incidió en mantener la lucha contra el cambio climático a pesar de la crisis financiera y destacó el papel de Iberdrola y Gamesa, dos compañías «admiradas» a nivel mundial. «La región vasca es conocida como el lugar donde tienen sus sedes estas dos empresas», comprometidas con la «revolución verde», subrayaría más tarde. Apenas diez minutos después, ambos partían hacia el Guggenheim.
Mientras los políticos viajaban hacia Bilbao, un portavoz de Lehendakaritza ofrecía una improvisada rueda de prensa en el Palacio Artaza acompañado del representante en España de la fundación de Gore para desmentir que se tratase de un acto organizado para reforzar la precampaña de Ibarretxe. Por un lado, aseguró que la invitación se cursó en 2007 pero que no se había podido concretar hasta la fecha y, a preguntas de los periodistas, admitió que «va a costar dinero», pero evitó concretar cuánto. Según algunas fuentes, el coste del viaje podría rondar los 180.000 euros.
«No es un gasto, es una inversión», apuntó el portavoz del Gobierno, quien señaló que las dos partes están trabajando para cerrar un acuerdo de cooperación que puede posibilitar futuras inversiones en Euskadi. Además, quiso dejar claro que no se trataba de una visita «improvisada» ni tenía «carácter electoral». Sin embargo, algunos de los directivos invitados a la conferencia del Guggenheim recibieron su acreditación apenas 24 horas antes de celebrarse, lo que impidió que muchos pudieran acudir.
Ajeno a esta polémica, Gore llegó al museo bilbaíno poco antes de las 12.30 horas. Evitó la puerta principal. En la explanada situada al borde de la ría fue recibido de nuevo por Ibarretxe, el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna; la presidenta del Parlamento vasco, Izaskun Bilbao; el director del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte; y la consejera de Medio Ambiente, Esther Larrañaga.
Unos minutos después, Gore entraba en el auditorio. Entre los asistentes, una amplia representación del PNV y directivos de diferentes empresas. Los máximos responsables de Iberdrola y Gamesa no estuvieron por problemas de agenda. Sí fue el presidente de Euskaltel, José Antonio Ardanza. Vinculados al PSE se pudo ver a Arantza Mendizabal y a Jon Larrinaga.
Respuesta global
Durante más de una hora, Gore se esforzó en comparar la actual crisis económica y la situación ambiental. Aseguró que los problemas financieros se deben a una «locura de avaricia» que algunos pensaban que la «magia del mercado» iba a solventar. Y ahora, «otro supuesto que se está a punto de derrumbar» es el relacionado con el cambio climático.
Si sus previsiones se cumplen, la Tierra será como un escenario de película catastrofista dentro de unas décadas: epidemias, inundaciones que arrasarían las costas por el deshielo de Groenlandia y la Antártida, millones de víctimas... «Es la crisis más peligrosa a la que se enfrenta la civilización humana», enfatizó Gore, que envió un mensaje a los escépticos: «La crisis climática existe».
El Nobel de la Paz insistió en que el desastre sólo se evitará si se reducen las emisiones contaminantes y se apuesta por las renovables. En este sentido, sostuvo que una forma de estimular la economía sería apostar por este tipo de energías para generar empleo. En todo caso, destacó que es necesario dar una «respuesta global a un problema global». Preguntado por el papel de la energía nuclear, el ex vicepresidente de EE UU no la rechazó de manera tajante y señaló que tendrá que cumplir «su papel» en el futuro.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Descubre la fruta con melatonina que te ayudará a dormir mejor
El Diario Vasco
Horarios, consejos y precauciones necesarias para ver el eclipse del sábado
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.