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Juan Arroyo con su tesis. / BLANCA CASTILLO
La baza de un panadero llamado Fournier
ÁLAVA

La baza de un panadero llamado Fournier

El pintor Juan Arroyo desmonta en una tesis doctoral algunos de los tópicos sobre el fundador de la empresa de naipes más importante del mundo

F. GÓNGORA

Domingo, 29 de junio 2008, 07:40

De Heraclio Fournier González, fundador de la empresa de naipes más importante del mundo, se conoce casi todo. Especialmente, que llevó el nombre de Vitoria donde nadie lo había hecho hasta entonces gracias a la calidad de sus cartas. Lo que se ignora son algunos detalles de su biografía que todavía le engrandecen más. Por ejemplo, que a los 10 años ya estaba registrado en el padrón de Burgos como panadero, al igual que sus cuatro hermanos y sus padres Lázaro y Paula.

Este dato y otros como el año real de su llegada a la capital alavesa son los que desvela en una tesis doctoral el pintor, experto en naipes y doctor en Bellas Artes por la Universidad de Granada, Juan Arroyo, mallorquín de nacimiento (1957) pero con más de 20 años de residencia en Álava. A lo largo de 1.000 páginas el artista narra muchos episodios inéditos de la vida de Heraclio Fournier y analiza desde un punto de vista artístico y gráfico las 341 barajas creadas por el imperio Fournier desde el primer diseño de 1860 hasta 1980.

Es cierto que el bisabuelo Pedro Simón Fournier, nacido en París, fue fundidor de caracteres tipográficos y destacó por sustituir las notas cuadradas de las partituras musicales de los cantorales por otras redondas. Y también que su hijo Francisco fue impresor en Limoges y el que emigró a España en tiempos de la Revolución francesa. Lo que se conoce poco es que su hijo Lázaro, nacido en Burgos y padre de Heraclio, se instaló en un molino, llamado del Morco, que todavía existe, en la capital castellana. De allí salió el primer 'pan de Viena' porque durante mucho años, la familia se dedicó a la molienda. En el primer padrón de Burgos aparecen todos con el oficio de panaderos.

Pero se nota que por las venas de los Fournier corre tinta en vez de sangre y el cuarto de los cinco hermanos, Gervasio, un tipo estudioso e inquieto se fue a París y trajo una prensa litográfica 'Viorin' con el fin de reconvertir el molino en un taller de impresión de naipes.

Un negocio familiar

«Cuatro de los cinco hermanos -el mayor no aparece en los papeles- montan en 1860 un negocio familiar con la marca Fournier Hermanos. Heraclio, muy joven se dedica a la parte creativa del dibujo y los diseños. Gervasio, que termina siendo catedrático y académio de Bellas Artes, se marcha a Valladolid, mientras el negocio de Burgos se consolida», agrega Juan Arroyo.

En realidad, el diseño de Braulio y Heraclio es tan bueno, «de maestros orfebres», que la reina Isabel II los nombra litógrafos de la Casa Real. Pero ese momento dura poco. En 1866, Braulio Fournier firma sus propias cartas. Es un dato fundamental porque la tesis doctoral sostiene que Heraclio Fournier ya se ha desplazado a Vitoria. «Hay un hecho relevante, además de la separación comercial con Braulio. El 15 de agosto de 1864 se estrena la nueva línea del ferrocarril Madrid-Irún que pasaba por Burgos y Vitoria. Hay dudas sobre la fecha exacta pero fue en 1866 y Heraclio apenas tiene 17 años», sostiene Arroyo.

La mayoría de sus biógrafos consideran que el gran industrial llegó a Vitoria en 1870 o en 1868, año que su primera baraja individual recibe un premio internacional en París. Arroyo desmonta este dato. «Está claro que la debe diseñar e imprimir antes de ese año», recalca Arroyo, convencido de que desde 1866, Fournier ha alquilado un local en el número 5 de la actual plaza de España, donde existía entonces el café Imperial y actualmente la distribuidora de revistas y periódicos El Globo. Aún hoy se conservan la misma fachada de madera y los escaparates de cuando existió aquel primer taller de naipes. Florencio Ezquerra, el propietario, que no ha hecho reformas, siempre se ha mostrado orgulloso del aspecto añejo que tiene el local, el lugar, según la tesis, donde se imprimió la primera baraja de Vitoria.

«Se creó en 1866»

Hasta 1960 se pensó que la fábrica se había fundado en 1870 y este mismo año de 2008 se está celebrando el 140 aniversario de la empresa. «Es incorrecto pensar que se creó en 1868 y lo argumento», dice el autor de la tesis.

Lo que sí está claro es que en 1870 se casa con Nieves Partearroyo, una bilbaína del barrio de Begoña, basílica en la que celebran la boda. Un año después nace la primogénita, Mercedes, la madre de los continuadores de la saga Félix y Ramón Alfaro Fournier.

El taller enseguida se quedó pequeño tras los buenos resultados del negocio y el éxito internacional y pasó a ocupar otro local donde hoy día se levanta el convento neogótico de las Carmelitas en la calle Ramón y Cajal. Los problemas de humedad en el papel le obligan a volver a la plaza de España, desde donde se trasladó a San Prudencio y a Manuel Iradier. Cada cambio obligó a nuevas búsquedas y mejores máquinas. Fournier fue el primero en traer una máquina de vapor y en instalar el primer teléfono en Vitoria.

El primer premio en la Exposición Universal de París de 1889 fue el resultado de una apuesta por la calidad. Fournier encargó en 1877 al profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria, Emilio Soubrier, y al pintor Ignacio Díaz de Olano el diseño de una baraja que con el tiempo se ha convertido en el llamado naipe español, que fue después reformado por Augusto Rius. «Por vez primera se utiliza el volumen. El dibujo no es rígido, hay luz, composición. Esa búsqueda de la perfección técnica es lo que da el sello de calidad a la baraja», cuenta Arroyo, que también preside la Asociación de Amigos del Museo Fournier de Naipes. La otra clave del éxito es el papel «el secreto mejor guardado de la empresa».

«Ramón era la energía»

Hay barajas como la de 'El Descubrimiento' de 1929, según el nuevo doctor, que «no se podrían hacer hoy por la minuciosidad y la calidad de sus 12 colores».

Fallecido el fundador en 1916 cuando tomaba aguas termales en Vichy (Francia), fueron sus nietos Félix Alfaro y Ramón los que tomaron las riendas del negocio. «Siempre se habla de Félix, el gestor y la cara conocida, pero su hermano Ramón era la energía que hacía funcionar todo. Un tipo sensacional al que le ha faltado el reconocimiento del hermano». La tesina evoca capítulos poco conocidos de la saga como cuando en 1933 se edita la 'Baraja Regional Vasca' a petición del PNV, con escudos de las siete provincias. «Franco secuestró ese naipe y quitó privilegios fiscales a la empresa. Es cuando se crea una baraja nacional con todos los elementos del nacionalimo español. Fournier recupera privilegios como el 10% de las divisas de su facturación. Eso le permitió crecer en tiempos de penuria tecnológica», concluye Juan Arroyo.

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