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EN EL HOGAR. Billabona con su mujer y sus dos hijas.
Sin nostalgia del fútbol
DEPORTES LA RIOJA

Sin nostalgia del fútbol

J. A.

Lunes, 21 de enero 2008, 03:28

David Billabona no siente ninguna nostalgia del fútbol y sigue la actualidad deportiva con la misma distancia que ha puesto respecto a la ciudad. Ve algunos partidos por televisión, pero disfruta poco y cuando lo hace suele ser en los choques de la Premier. «Es que me gusta el fútbol de ritmo y de fuerza. No soporto el tiqui-taca, la lentitud y venga a pasar el balón a los centrales, y venga otra vez. No puedo con ello», comenta.

Billabona era rojiblanco desde niño. Ahora dice que no es de nadie, que ha perdido la pasión por los colores. «Estuve en la Real desde infantiles y fue el equipo en el que debuté en Primera. Con Toshack. Pero mi padre y yo éramos del Athletic a muerte. Cuando venía a San Mamés y pasábamos debajo del escudo le decía a mi padre que diese otra vuelta. Yo cumplí un sueño cuando escuché el himno en San Mamés como jugador del Athletic», enfatiza el irundarra, que no pudo triunfar en el equipo bilbaíno. «Me faltó confianza. Yo era demasiado joven. Tenía que madurar mucho como jugador y no pude hacerlo. Empecé jugando con Clemente y con Aranguren, pero con Iñaki Sáez ya lo hice un poco menos. Creo que se nos exigía demasiado para el equipo que éramos. Luego con Heynckes ya no conté. Fue duro. Perdí mogollón de confianza. Figúrate. Vuelves feliz de los Juegos y dejas de jugar», se lamenta.

De su paso por el Athletic todavía se recuerda la anécdota de Cádiz, cuando se puso a orinar detrás de la portería antes del inicio del segundo tiempo. Aquello dio mucho que hablar. «Se sacaron un poco las cosas de quicio. No meé contra el poste, como se dijo, sino bastante más atrás y lejos del público. Lo que pasó es que el alemán nos echó tal bronca en el descanso que no tuve tiempo ni de mear. Hice una bobada, pero sin más... Eso sí, imagínate eso ahora, ja, ja, con tantas cámaras. La que se arma».

El futbolista guipuzcoano encontró en Santander un destino perfecto. En cierto modo, el Racing fue su salvación deportiva. «Es el equipo al que más le debo. Me permitió madurar como jugador. Me había ido del Athletic con una espina clavada, sin demostrar lo que podía dar. Y en Santander me dieron esa oportunidad. Fui en el mercado de invierno y me salieron muy bien las cosas», recuerda Billabona, cuyo gran éxito deportivo fue colgarse el oro en Barcelona. Hace unas semanas, una empresa de telefonía reunió a los integrantes de aquella selección, gente como Guardiola, Kiko, Luis Enrique, López, Amavisca, Solozabal... «Fue bonito volvernos a ver. Hubo muy buen ambiente y lo pasamos fenomenal. Se quedaron alucinados cuando les dije dónde vivía».

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