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NATURALEZA. La Reserva del Saja ofrece al visitante profundos bosques y prados de altura, refugio de ciervos y jabalíes. / EL CORREO
El primer viaje de Carlos V
PISTAS DE FIN DE SEMANA

El primer viaje de Carlos V

Los romanos aprovecharon la hendidura del Saja para invadir Cantabria. Por el mismo sitio pasaron los mozárabes que huían de los invasores islamicos. Y los foramontanos, cristianos viejos, utilizaron estar ruta para atravesar las montañas y repoblar Campoo y todas las tierras del Duero.

ÍÑIGO MUÑOYERRO i.munoyerro@diario-elcorreo.com

Martes, 24 de julio 2007, 13:43

Los romanos aprovecharon la hendidura del Saja para invadir Cantabria. Por el mismo sitio pasaron los mozárabes que huían de los invasores islamicos. Y los foramontanos, cristianos viejos, utilizaron estar ruta para atravesar las montañas y repoblar Campoo y todas las tierras del Duero. Años más tarde (1517), el emperador Carlos V pasó por el valle de Cabuérniga y lo que ahora es la Reserva del Saja-Besaya en su primer viaje a España. Tenía 17 años y le acompañaba su séquito de nobles flamencos.

1. Valle de Cabuérniga

Había desembarcado en Tazones (Asturias). Entró en Cantabria por San Vicente, donde enfermó. Diecisiete días tardó en recuperarse. Continuó por Treceño, Cabezón, Cabuérniga (pueblo), Los Tojos, Bárcena, puerto de La Palombera y entró en la meseta por Reinosa.

Siguieron el Camino Real, ahora N-625 y entraron en Cabuérniga, Reserva Natural de 24.500 ha. que destaca por los frondosos hayedos, las brañas solitarias y cubiertas de niebla, y por la fauna. Ruente está a la entrada a Cabuérniga. Tiene palacios como el de Mier y la casona de la Nogalera, del siglo XVIII, y muchos restaurantes. Lo más destacado es el puente de piedra y ocho ojos de La Fuentona. Es una surgencia natural de agua clarísima, intermitente, que mana de una cueva y desemboca en el Saja.

2. Los Tojos

Antes está Carrejo y el Museo de la Naturaleza de Cantabria. Siguen Barcenillas, con la casona de Calderón de la Barca; Sopeña; Terán; Selores y Renedo, antes de llegar al desvío de Los Tojos. Son unas pocas casas que se alinean a lo largo de la calzada. En una de ellas estuvo el Emperador.

Cuenta la crónica de su ayuda de cámara, Laurent Vital, que la comitiva real tuvo que ponerse en marcha a media noche debido a una plaga de piojos que les hicieron la pernocta imposible. Fueron a dormir a Bárcena Mayor.

3. Fuentes Claras

De Bárcena sube la ruta conocida como Fuentes Claras hacia La Palombera, donde termina. Fue paso de arrieros y cazadores, ahora en desuso. En invierno se cerraba con profundos ventisqueros que había que desbloquear a pico y pala. A mano derecha se precipita la cascada 'El Pozo del Amo'.

También se llega por Saja, último pueblo del valle, tras 15 kilómetros de subida con alto en el Mirador del Castrón y el collado de Ozalba. La ruta es solitaria. Impresiona el profundo bosque de hayas centenarias. Dormir en las posadas Bijoz 94 6203529 y Casa Sejos 942 709013 y Peña Colsa, en la carretera, 667 247833.

4. Los foramontanos

Las suaves cuestas de La Palombera fueron embrión en 1929 el CA Tajahierro de Santander, pionero del esquí en Cantabria. Recibe el nombre de la famosa Venta del Sordo o Tajahierro que funcionó en el alto. Aún se mantiene en pie, pero ya cerrada.

Este camino está descrito en la 'La ruta de los foramontanos', libro ya clásico de Víctor de la Serna. Cuenta la historias de los cristianos que en el año 814 subieron a Castilla La Vieja a repoblar.

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