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Qué es el fridgescaping
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24 min.
Vamos a hacer un ejercicio. Abramos nuestra nevera. ¿Qué vemos? Tetrabriks, tarros, envases de carne y pescado, táperes con sobras, algo de fruta y verdura... ... todo repartido entre baldas y cajones. En el mejor de los casos, lo habremos ordenado un poco. En el peor, lo habremos metido todo con prisas y sin mirar, allí donde hubiera un hueco (a veces ni eso). Pero bajo ninguna circunstancia nos atreveríamos a enseñarle a las visitas semejante panorama, ¿a que no?
Pues bien, hay gente que no solo se lo muestra a sus invitados, sino que cuelga imágenes del interior de su frigorífico en redes sociales bajo la etiqueta #fridgescaping. Claro, que el interior de esos electrodomésticos nada tienen que ver con lo que nosotros acabamos de ver al abrir el nuestro. Se trata de auténticos bodegones en los que los alimentos se disponen de la forma más atractiva, con las bebidas en las botellas más estéticas del mercado, los envases colocados en las baldas por colores... y, en el caso más barroco, adornados con flores en pequeños jarrones, cestas de mimbre y hasta acompañados de marcos con fotos y dibujos. No, no es una broma.
Desde hace unos meses, el algoritmo de redes como TikTok o Instagram se ha vuelto loco con esta tendencia. Y las preguntas que surgen son muchas. La primera es si realmente se puede tener el 'frigo' tan cuqui. Para empezar, requiere tiempo, gusto y un poco de inversión, ya no solo por las cantidades ingentes de alimentos –que no se trata de mostrar minimalismo, sino abundancia–, sino por los propios envases.
Por otro lado, está el tema de si se puede mantener así una nevera sin riesgos para la salud. «Es una moda de internet: queda muy bonito, pero es poco práctico y puede dar problemas de seguridad alimentaria», advierte Amparo Gamero, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Para empezar, estamos ante neveras que están a rebosar, «sobrecargadas» y eso provoca dos cosas: por un lado «el motor tiene que trabajar más para bajar la temperatura del interior», lo que supone una mayor factura de la luz y un desgaste mayor para un electrodoméstico que no es nada barato. Si eres de los que tienen la nevera muy llena pero hecha un desastre, esto también deberías saberlo.
En el caso de las 'neveras- escaparate' es tal el nivel de alimentos juntos que «no circula bien el aire frío alrededor de cada producto, lo que impide que se enfríen de manera homogénea», advierte Gamero, experta en Tecnología de los Alimentos. Esto puede hacer que al no estar a la temperatura de conservación adecuada se estropeen, con la pérdida económica que eso supone.
Otro punto muy importante son los envases. En estos frigoríficos no ves ni un cartón de zumo ni una bolsa de ensalada, por ejemplo. «Y son muy importantes. Detrás del envase de un producto alimentario hay toda una investigación y un desarrollo. Se hace teniendo en cuenta la matriz alimentaria que va a contener», aporta la docente. Es decir, que se hace específicamente para que ese alimento se mantenga en condiciones óptimas hasta la fecha de caducidad indicada. Al quitarlo y ponerlo en otro recipiente, todo eso se pierde.
Un ejemplo es la ensalada de bolsa:«Tiene la atmósfera modificada en el interior para aumentar su vida útil. En los productos postcosecha es muy importante porque permite una buena permeabilidad de los gases que se producen». Otro caso: las carnes envasadas. Si le quitamos la atmósfera protectora en la que viene y lo ponemos en otro envase, «se pueden producir condensaciones». «En la carne roja, por ejemplo, al estar expuesta a menos oxígeno, pierde su buen color. En el mejor de los casos solo pierde propiedades organolépticas». En el peor, se pudre. Y si lo que sacamos de su botella original es leche... cuidado, porque no solo acortamos su vida útil, es que si la ponemos «en jarras abiertas capta aromas y sabores del ambiente».
Otra cosa que hay que tener en cuenta y por lo que conviene mantener los envases originales es que ahí hay información importante: los ingredientes. Si lo retiramos y hay algún intolerante o alérgico a algo en casa, no hay manera de comprobar si puede tomarlo. En resumen, mantener la nevera ordenada es esencial para saber lo que tenemos y que no se nos pierda, pero «no es el lugar para montar un escaparate», concluye la profesora de la UOC.
El cajón de las chuches en una casa normal de una familia normal es una amalgama de cosas: chocolatinas, gominolas, chicles... Tampoco demasiado grande porque, como todos sabemos, no se pueden comer a diario. Y suele estar un poco escondido para no 'pecar' demasiado, solo en momentos de gran debilidad. Sin embargo, ahora no. Desde EE UU se está poniendo de moda darle un toque cuqui, como a las neveras de este reportaje. Los llaman 'candy box' y son eso, cajones con dulces ordenados por colores, tamaños y formas de los alimentos que contienen. ¿Que cuál es su utilidad? Realmente ninguna, salvo el disfrute visual. Pero ¡qué bien quedan cuando lo subimos a redes o se lo enseñamos a los amigos!
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