El nudismo gana terreno

Hacer nudismo es más que tomar el sol desnudo en una playa. Tiene detrás toda una ideología, un estilo de vida y arrastra una batalla judicial desde hace años por parte de las asociaciones de naturistas para que la práctica sea libre y los ayuntamientos no fijen las zonas en las que está permitido. Las agrupaciones consideran que el nudismo «promueve el respeto por uno mismo, los demás y el medio ambiente», y es «más saludable» e «higiénico» que utilizar un traje de baño.

La primera duda que nos asalta a la hora de quitarnos el bañador es ¿dónde podemos hacer nudismo? «Con las actuales leyes y sentencias del Supremo y de tribunales europeos el naturismo es legal en cualquier espacio público», explica Ismael Rodrigo, presidente de la Federación Española de Naturismo. Sin embargo, quedan algunos escollos por solventar, reconoce. «Hay unos pocos ayuntamientos en España que se agarran a una modificación de la ley de bases de régimen local para regular, prohibir y multar por esta práctica», precisa. Las agrupaciones de naturistas ya han logrado que algunos de estos consistorios –Valladolid, Barcelona o Cádiz– atiendan sus peticiones y no regulen esta actividad, que debe ser «libre».

Los naturistas aclaran que su pretensión de que se reconozca el derecho de hacer nudismo en espacios públicos no es porque aspiren a quitarse la ropa en cualquier sitio, solo quieren que se «respeten» sus libertades. «Actuamos con sentido común, no defendemos desnudarnos en el trabajo, en plena calle o en los arenales urbanos. Preferimos hacerlo en playas con tradición nudista», matiza Rodrigo.

En todo caso, los ayuntamientos suelen señalizar las playas en las que se practica el nudismo, incluso las zonas de los arenales reservadas para esta práctica. Por ello, la federación trabaja ahora para extender en España la denominación de 'uso nudista recomendado' para esos espacios, más acorde con la situación actual en la que los gobiernos no podrían marcar zonas concretas sino solo recomendarlas.

Bañarse en piscinas sin ropa suele suscitar rechazo por parte de personas que lo consideran poco higiénico. «Es todo lo contrario, es más higiénico ya que al ducharnos sin el traje de baño antes de entrar a la piscina, limpiamos partes del cuerpo, como genitales o el ano, que habitualmente pueden estar más sucias y tener gérmenes. Al ducharnos con los bañadores puestos, impedimos que pase el agua», apunta el presidente de la federación. Y defiende que es «saludable» exponernos desnudos al sol, «siempre y cuando nos protejamos con crema solar. Tener al aire y al sol esas zonas del cuerpo que siempre llevamos tapadas es muy beneficioso, combate infecciones y problemas de piel».

La dermatóloga Paloma Borregón, directora médica de la Clínica Kalosia (Madrid), insiste en que esas partes que dejamos al descubierto al practicar nudismo son muy sensibles –como el pecho o los testículos–, no están acostumbradas a recibir los rayos del sol y tienen una piel fina que se quema con mucha facilidad. «Yuna quemadura en esas zonas puede ser muy molesta». Por ello, el uso de cremas de protección solar alta, de un factor 50, es imprescindible. Resalta, además, que las zonas genitales están protegidas por vello precisamente por su especial sensibilidad, pero que la moda de la depilación las deja aún más expuestas. En todo caso, la doctora Borregón recuerda que los beneficios del sol y el aporte de vitamina D se logran con una exposición de 15 minutos.

No usar traje de baño en playas y piscinas sí tiene una ventaja clara: evita que llevemos prendas húmedas, que es «muy malo para la piel». «La humedad irrita la piel y favorece las infecciones por hongos». Y el contacto directo con el agua de mar «mejora las heridas y lesiones cutáneas gracias a su contenido en yodo, que tiene efecto desinfectante», completa la dermatóloga Cristina Villegas.

Existe también una parte negativa: el riesgo de infecciones por contacto directo de los genitales con arena, rocas, hamacas, sillas, el borde de piscinas... En esos casos, Villegas apuesta por «la utilización de esterillas de fibras naturales o toallas de algodón» para sentarse y aconseja no intercambiarlas.

Más allá de los posibles beneficios para la salud, los naturistas enumeran otros efectos positivos, sociales y psicológicos. Por ejemplo, sostienen que puede ayudar a jóvenes a combatir trastornos que tienen su origen en la imagen de cuerpos perfectos que se difunden en las redes sociales. «Si desde niños nos acostumbramos a ver cuerpos de todo tipo, jóvenes, viejos, más gordos o más delgados, penes más o menos grandes, pechos de todo tipo... evitaremos complejos, que pueden llevar a problemas graves como la anorexia», argumenta Rodrigo. De hecho, la razón por la que muchas personas no se quitan el traje de baño en las playas es la vergüenza. Pero la vergüenza «es algo que se aprende. Los niños están desnudos sin problema, nunca pedirían ponerse un bañador. Son los adultos los que les transmiten que esas partes del cuerpo hay que ocultarlas».

Una costumbre que da mala fama al nudismo es vincularlo al sexo, señalan los colectivos naturistas. «Es un error. El nudismo no tiene ninguna connotación sexual. Es más, suelen ser las prohibiciones de enseñar zonas del cuerpo las que provocan el morbo. El pecho o los genitales son partes del cuerpo iguales que cualquier otra. Los pezones son idénticos en hombres y mujeres, ¿por qué hay que tapar unos y otros no? Hay chicos que tienen mucho más pecho que una mujer y no se lo cubren», resalta el portavoz de la federación, que considera que los trajes de baño actúan como un «burka».

El movimiento naturista quiere extender su ideología porque considera que «mejoraría la sociedad». Es la razón por la que organizan jornadas reivindicativas como el 'día sin bañador' en piscinas públicas de Madrid y en numerosas ciudades españolas, que permiten convivir a nudistas con el resto de los usuarios de las instalaciones con normalidad.

Estos actos han salido incluso de playas y piscinas. La boda nudista de ocho parejas de diferentes puntos de España hace un mes en la playa de Cantarriján, en la costa de Granada, –las primeras nupcias nudistas que se celebraban en Andalucía– ha tenido un gran eco en redes sociales. La ceremonia la ofició el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Almuñécar, que animó a seguir promoviendo el naturismo. «Es un alegato a la libertad, a nuestra forma de expresión y a la visibilización del nudismo como elemento normalizador ante una sociedad cada vez más encajada en prototipos estéticos y en la idea errónea de que con la desnudez va implícito un tema sexual», resumen en la Asociación de Amigos de la Playa Nudista de Cantarriján, organizadora del acto.