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Isaac Asenjo
Madrid
Miércoles, 9 de marzo 2022, 00:05
Con el deporte nos pasa como con aquello que dejamos para mañana: necesitamos un empujoncito. Ahora, tener al lado un entrenador personal es tendencia, pero, ¿es realmente necesario pagar a alguien cuando yo solito puedo salir a correr o hacer deporte en el parque? Pues ... planteado así podría parecer que no, pero la explicación necesita matices. «Si somos novatos en el entrenamiento y no tenemos claro por dónde empezar puede pasar que terminemos abandonando por falta de motivación o por hacer siempre lo mismo, y además podemos llegar a lesionarnos con una mala ejecución de un ejercicio. En ese caso, un entrenador es útil», advierte Martín Ezequiel del Horno, entrenador personal asociado a la plataforma Gympass.
Y es que el ejercicio mal dirigido no te acercará a tus objetivos, da igual que quieras bajar unos kilos o preparar una carrera en unos meses, y una rutina no supervisada podría llevar a una lesión, insisten los expertos. «El usuario tiene a su alcance mucha información sobre entrenamientos, rendimiento físico y nutrición en la red. Sin embargo, nosotros debemos identificar lo que realmente funcione a esa persona, construyendo unas rutinas con las variables necesarias para que pueda progresar continuamente, ya que si haces siempre el mismo trabajo, tarde o temprano te vas a estancar y créeme, estar en la zona de confort supone un menor desafío fisiológico», explica Adrián Plura, psicólogo deportivo y entrenador pesonal experto en Crossfit.
Contar con un preparador o coach tampoco quiere decir que nos vaya a perseguir por todas las esquinas del gimnasio. Hay quien necesita a alguien al lado para que le dé seguridad en los movimientos para no hacerse daño en entrenamientos de fuerza, potencia o velocidad y otros que contratan a un especialista porque tienen una vida sedentaria y necesitan que alguien les motive para iniciarse en el deporte.
Es el caso de Daniel Navarro, abogado de 34 años, que conoció a su entrenador personal hace un año, tras recomendarle su fisioterapeuta que realizara deporte para recuperarse de una lesión en el hombro izquierdo para eviyar la operación. Su preparador, además de darle ese empujón que necesitaba tras algunos años de vida sedentaria, le pone rutinas mensuales: primero fue en la calle, trabajando con su propio peso y con los obstáculos del exterior (bancos y otros elementos del mobiliario urbano) y, posteriormente, en un gimnasio. «No sabía por donde empezar y tenía poco tiempo. Quedo con mi entrenador una vez al mes de forma presencial y a diario le envío vídeos de las rutinas que realizo», cuenta orgulloso tras su progreso. «Ahora cojo pesos que para mí eran impensables hace solo unos meses».
Más allá de ayudarle a mantener la rutina deportiva, Daniel destaca otro aspecto: «El hecho de que me ayude a entrenar también es determinante en lo psicológico». Porque sí, también la cabeza se puede entrenar. «Si tenemos un plan definido, éste será la zanahoria que intentaremos alcanzar con cada sesión, serie o repetición. Tendremos la motivación, las ganas y el ímpetu para lograr lo que dijimos, sobre todo con las personas que no son tan constantes a la hora de realizar deporte», recalca Martín Ezequiel del Horno, que coincide con Adrián Plura en que muchos de sus clientes «se habían dado cuenta de que su gran limitación estaba en su mente». «Detrás de muchas hazañas hay un grupo de entrenadores que han animado a un individuo a romper las barreras».
Más allá del rendimiento deportivo, los especialistas consultados para este reportaje llaman también la atención sobre cuestiones a menudo infravaloradas a la hora de ponernos a hacer ejercicio: el descanso y el estado de salud del deportista. «El descanso, dormir, alimentarse bien y asegurarte de reponerte del trabajo es imprescindible para cualquier nivel de experiencia deportiva. Los tiempos pueden ser diferentes, pero su importancia es la misma. Piensa que todo el plan de trabajo se basa en que tu cuerpo pueda recuperarse, no importa qué quieres lograr, todo gira en función a eso», insiste Plura.
Vista la importancia del entrenador personalizado en algunos casos, pongamos que la persona tiene experiencia, es deportista habitual y sabe cómo hacer los ejercicios que le mantienen en forma. ¿Entonces? En este caso los especialistas recomiendan un profesional al lado, ya sea a distancia o de forma presencial, «cuando esa persona sienta que se estanca, se aburre o se le escapa la motivación». Aunque se trate de una persona que hace deporte de manera continua, «si pretende preparar algún reto competitivo como correr sus primeros 10 kilómetros o una carrera de obstáculos, por ejemplo, sería recomendable que le prepararan un plan personalizado que le permita adecuar las rutinas al reto que se haya elegido».
Conviene no correr en la elección debido a que un mismo entrenador puede ser excelente para quien busque correr una maratón o preparar una oposición con pruebas físicas, y no tan eficaz para una mujer que quiere recuperarse tras el parto o para quien pretende iniciarse en una nueva práctica deportiva. «El entrenador debe ser capaz de ponerse en tu lugar y entender tus circunstancias para establecer un objetivo medible, alcanzable, realista y con una franja de tiempo establecida para llegar a ellos», sugiere Del Horno.
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