Ropa antiolor y antimanchas
¿Funciona realmente la ropa 'antiolor'?Ropa antiolor y antimanchas
¿Funciona realmente la ropa 'antiolor'?La lavadora lleva con nosotros dos siglos. La inventó John Alva Fisher y, aunque era muy primitiva, sentó las bases de la que hoy tenemos en nuestras casas. Pero no la usamos de forma correcta. «Lavamos mucho y, a veces, mal», advierte Alicia Iglesias, fundadora ... de Orden y Limpieza en Casa y coach de organización. Los fabricantes también han empezado a lanzar alertas sobre todos aquellos gestos innecesarios que hacemos. Y no son cuestiones de marketing. ¿Programa con agua caliente? Mal. ¿Echa más detergente del recomendado? Peor.
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Julia Fernández
«Muchas de las prendas se desechan antes de lo deseado por los daños causados por el lavado excesivo: colores desteñidos, deformaciones o encogimiento», advierte la periodista especializada en moda y escritora Marta Riezu en su libro 'La moda justa'. Lo último para acabar con estos 'excesos' son los nuevos tejidos técnicos. Algunos repelen las manchas, otros no cogen olores, hay una marca de vaqueros que promete 'inmunidad lavatoria' de hasta seis meses... ¿Realmente es posible?
Hacemos la prueba. Para ello, elijo una camiseta de corte informal con tratamientos antiolor y antimanchas para pasar unos días de vacaciones y aligerar la maleta. ¿Cuántos días podré ponerla sin necesidad de lavarla?
El niki que he elegido es para uso urbano y, desde luego, no voy a correr una maratón con él. El primer día aguanta bien. Lo compruebo al acercar la nariz a la zona de la axila. No huele. Además, evacúa el sudor muy bien durante la puesta y no tengo sensación de humedad. No tiene el tacto del algodón, pero resulta suave y agradable.
Pero, ¿cuál es la magia que hace que después de un día de calor y paseos al aire libre esté impoluta? El sudor no huele mal per sé, lo hace cuando encuentra algo en su camino y se condensa. Y hay tejidos en los que se acumulan más restos y más bacterias, la tormenta perfecta para el mal olor. Las prendas que prometen que esto no va a pasar son tejidos nuevos o modificados. Algunos tiene una estructura diferente, como canales para que el sudor resbale.
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Otros incluyen tratamientos que interfieren en el metabolismo de las bacterias a base de zinc, cobre, ciclodextrina, zeolitas (procedentes de la ceniza volcánica)... Riezu destaca, por ejemplo, el Polygiene, un revestimiento de cloruro de plata. Es tal la moda, que el Instituto Hohenstein de Alemania ha creado ya un sello de calidad para ellos: se llama 'All Day Fresh' (todo el día freco).
Me he puesto la camiseta tres días seguidos y no tiene manchas ni olores, aunque no me siento 'fresca'. «Sentirnos limpios y presentables es una cuestión social ligada a nuestra necesidad de pertenecer a un grupo social y sentirnos aceptados por los demás», explica el psicólogo José Ortiz Gordo.
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Ahora se lleva lo de ir limpio, aunque hubo épocas en las que no. «Acordémonos de aquellos reyes que se jactaban de no lavarse en un año porque pensaban que el agua era dañina». Ir hoy a una reunión con una manchita en la camisa nos resulta impensable, pero no es tanto higiene como costumbre.
La camiseta que utilizamos para este experimento me costó 50 euros, el doble de lo que costaría una similar sin estas 'prestaciones'. «Es verdad que tiene un precio más elevado, pero también dura más años», asegura Fede Sainz de Robles, ingeniero en diseño y creador de Sepiia, una marca española puntera en este área. Y es verdad: tengo mallas de otras firmas similares que tienen entre 5 y 7 años.
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¿Las he lavado como el resto de la ropa? No porque las he podido utilizar varios días sin que se ensuciaran. Con ello, además de ahorrarme unos euros en la factura de la luz y el agua, también he ahorrado en huella de carbono al planeta. Además, cuando las he metido al tambor, siempre ha sido en programas de 30 grados o menos. Según varios estudios, eso supone 27 kilos de CO2 menos por hogar cada año.
Con la pandemia, muchos empezamos a utilizar temperaturas muy altas para lavar determinadas cosas, como las sábanas o las toallas, porque teníamos esa necesidad de higienizarlo todo. «Calmaba la ansiedad en una época en la que la salud era la principal preocupación del país». Era lo que Ortiz Gordo llama una «burbuja de seguridad».
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Sin embargo, mantener esta costumbre con la vuelta a la normalidad es innecesario. «Los humanos estamos diseñados para estar en contacto con bacterias sin que pase nada», apoya Alicia Iglesias, que también es bióloga.
Al quinto día, aunque realmente sigue sin oler y no se ven manchas, decido echar la camiseta del experimento al cubo de la ropa sucia. Será la costumbre, pero ya no me siento cómoda con ella. La lavo, como se indica, en agua fría, en un programa corto y no la meto en la secadora. En 15 minutos está lista para tender. Y, como hace calor, en media hora, ya puedo volver a ponérmela.
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