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Un vídeo difundido en redes sociales por un soldado ucraniano en el frente del Donbás, donde muestra su ración de comida –una lata de lentejas con chorizo y otra de albóndigas de una empresa española– sorprendió a los internautas hace unos meses y despertó la ... curiosidad por saber cómo son las raciones de campaña. ¿Pero no comen sobrecitos con alimentos liofilizados como los astronautas o preparados energéticos y de proteínas?, preguntaban algunos. No, los menús son normales y similares a los platos habituales de la gastronomía de cada país. Repasamos las dietas de los ejércitos, en los que podemos encontrar desde callos para militares españoles a carne con sopa de remolacha roja para los ucranianos.
En España hay varias empresas que elaboran menús para ejércitos, tanto de Europa como de África y Asia. Una dieta de combate en España viene dividida en tres raciones: desayuno, comida y cena, junto con algunos snacks, explica Noemí Vidal, portavoz de una de estas firmas, Jomipsa, de Alicante. Se sirven en envases con forma de sobre o en pequeñas latas y el menú se mete en una caja envuelta a su vez por una bolsa opaca color caqui, marrón o gris habitualmente, con el distintivo de las fuerzas armadas impreso. Por la forma cuadrada, sus casi 800 gramos de peso y su tamaño, los soldados lo llaman «ladrillo». Cada paquete completo (desayuno, comida y cena, más los utensilios de limpieza y cocinado) pesa unos 2 kilos y trae instrucciones en varios idiomas, en las que se detalla qué contiene la caja y cómo calentar los alimentos.
Las raciones son individuales para garantizar las condiciones higiénicas e incluyen kits para el calentamiento. «Una de las innovaciones más importantes son los calentadores sin llama: se activan vertiendo una mínima cantidad de agua y permiten calentar el plato en diez minutos sin provocar humo, ni afectar al sabor y olor de la comida. El kit incluye un pequeño hornillo y pastillas», detalla la portavoz de Jomipsa.
Las comidas que llevan los soldados al frente son nutricionalmente potentes: aportan de 3.500 a 4.000 calorías de media –para cubrir sus altas necesidades de energía– y presentan un elevado contenido de azúcar y grasa. En general, cumplen dos condiciones: son «fáciles de comer» y «gratas al paladar» ya que, además de alimentar, otro de sus objetivos es animar a los soldados en esos momentos.
Si repasamos la oferta de las empresas españolas que se dedican a este negocio encontramos latas de sardinas, de caballa, de atún, platos de albóndigas o salchichas con tomate, judías con jamón, carne guisada, lentejas con chorizo, pasta o sopa de pollo, entre otras. «Ofrecemos hasta callos, que es un plato que tiene mucho éxito», añaden desde la firma alicantina. En la actualidad, las empresas que elaboran las raciones militares cuentan también con menús halal, hindúes y vegetarianos.
Los envases para el desayuno contienen té, café, azúcar, muesli, galletas o mermelada. En los postres abundan los dulces de frutas –melocotón en almíbar o crema de nectarina– y bizcochos que duran hasta dos años.
Las raciones de combate son un reflejo de la comida habitual de cada país. Por ejemplo, en los menús del ejército de Estados Unidos encontramos carne de res con frijoles negros, fajitas, albóndigas de carne de res, pollo en salsa, cecina... Como complementos, queso para untar con jalapeños, mantequilla de cacahuete, galletas horneadas con sabor a queso, bizcochos, batidos de sabores, bebidas de frutas en polvo, trozos de frutas en salsa, magdalenas de chocolate con nueces, plátanos, leche y café.
Una ración tipo de campaña del ejército británico consiste en ensalada de pasta con tomate, pollo, muesli con leche, café, té, mermelada de fresa, una crema de avellanas, una barra de cereales de arándano, una barra de cereales de galletas, cacahuetes salados y dulces. El plato principal de un menú canadiense es pollo con salsa, también incluye avena con sabor a plátano, peras en almíbar, pan, mantequilla de cacahuete, mermelada de fresa, café, una bebida de naranja, y chocolate. La dieta 'asiática' que se ofrece a militares de Singapur es más sencilla: tres platos de noodles con pollo, otro de arroz también con pollo y un postre elaborado con leche de soja.
En el menú para soldados alemanes encontramos guiso de guisantes con salchichas y salsa, albóndigas con arroz y verduras, galletas, muesli de frutas, pan con mantequilla y mermelada, una barra de cereales de arándanos, pudín de avellanas, chocolate, té y café. Mientras que los combatientes en Ucrania llevan carne enlatada a la que le agregan borscht, una sopa muy típica en Ucrania hecha con remolacha roja. En su ración de batalla son habituales los guisos de carne con patatas, guisantes y alubias, salteados de pollo y cereales como la avena, el trigo o la cebada. Utilizan mucho el tushonka, una conserva de cerdo, así como los patés de hígado de cerdo, galletas saladas y miel de flores. Para beber, como todos, café y té solubles.
Snacks El menú militar ofrece snacks para picar entre horas, un extra de calorías para compensar el esfuerzo físico de los soldados. Llevan barritas energéticas, caramelos, chocolate, chicles...
Para hidratarse Bebidas energéticas y pastillas de sales.
Kit de higiene El paquete incluye pastillas depuradoras de agua, pastillas de combustible sólido, un estuche de cerillas, un hornillo, servilletas de papel, un cepillo de dientes, un sobre de dentífrico y desinfectante de manos
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