Alpargatas riojanas (Alhamas)
La era post-Biden de las alpargatas: «Hemos duplicado la producción»Secciones
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Alpargatas riojanas (Alhamas)
La era post-Biden de las alpargatas: «Hemos duplicado la producción»Hay varias cosas que son para el verano, más allá de las bicicletas, como predicaba Fernando Fernán Gómez en su obra de teatro. Y una de ellas son las alpargatas. Hasta la reina Letizia lo sabe, que cada año, en sus vacaciones en Mallorca, luce ... nuevo modelito. Las primeras alpargatas se lucieron en Egipto y a España llegaron hace 4.000 años. Ese primer par todavía se conserva hoy en el Museo Arqueológico de Grandas y no son nada diferentes a las actuales: eran ligera, con suela de cuerda y empeine en lona.
Tienen un origen humilde, puesto que era un calzado que se podía hacer de manera artesanal con materia prima relativamente barata. Muchos trajes regionales las incorporan como calzado. Y las llevaban hombres y mujeres. En los años 50 dieron el salto a la fama y muchas actrices de Hollywood las adoptaron como uniforme de verano. También Picasso y Dalí las usaban a diario para trabajar. En los 70, fue el genio Yves Saint Laurent quien las incorpora a la pasarela de París: su modelo tenía tacón.
Fue un gran momento de esplendor que se fue mitigando con el paso de los años y la comodidad de las zapatillas deportivas. Sin embargo, nunca se llegaron a ir del todo. Cuando Letizia se casó con el entonces Príncipe Felipe volvieron al papel 'couché'. Así como puso de moda los 'letizios' (zapatos de tacón con plataforma), hizo lo mismo con las alpargatas. Asiduo a subirse en las alturas, sus cuñas desafiaban a la gravedad.
En la calle, las alpargatas nunca han dejado de usarse, pero desde hace unos años, nos hemos despojado de complejos y nos las ponemos para vestir, no solo en la romería del pueblo. En La Rioja, el pueblo de Cervera del Río Alhama es famoso por su buen hacer 'alpargatero'. Tiene varias empresas que se dedican a ello. Una es la de Lourdes Pomar, una profesional del sector con décadas de experiencia que en plena pandemia perdió su trabajo en una de esas fábricas. Le faltó tiempo para montar su propio negocio.
«En 2020 se queda sin trabajo y en 2021 ya estábamos trabajando en la colección de ese verano», confirma Aurora Gil, directora de marketing y ecommerce. Se llaman Alhamas, «aunque en un primer momento queríamos ponerle el apellido de ella, ¡pero ya estaba registrado!». Después de ese primer 'zasca' al ir a inscribirse, se fueron a pasear por la orilla del río Alhamas… y se dieron cuenta de que ese tenía que ser el nombre
Este año han duplicado la producción después del 'pelotazo' que pegaron hace un año de manera «totalmente inesperada». Quizá se acuerden de la cumbre del G-20 que se celebró en Madrid. Lourdes recibe una llamada del Gobierno de La Rioja a mediados de junio pidiéndole un regalo que solicitan desde Moncloa. Un modelo en determinado color y número. En día y medio, consiguen enviar la caja con las alpargatas y su delicada bolsa perfumada de romero a Madrid. Y se olvidan. Hasta que a finales de mes, empiezan a sonar los teléfonos y los WhatsApp sin tregua. «No sabíamos que pasaba hasta que contestamos la primera llamada».
A la cumbre de Madrid no solo asistían los jefes de estado, también sus mujeres, que tenían un programa de actividades paralelo. Ese día, todas ellas habían ido a visitar Segovia… calzadas con alpargatas. En la reina Letizia no llamaban la atención, pero sí en Jill Biden, la mujer del presidente de EE UU. Enseguida se hizo público que eran unas Alhamas que le había regalado Begoña Gómez, esposa del presidente Sánchez y fan de la firma. «Ese mismo día vendimos todo el stock de ese modelo».
Todas las colecciones creadas por Lourdes y su hija mayor, Raquel Vidorreta, arrasan. Lo primero que destacan los clientes es su comodidad. Pero también menciona sus valores: «Es un producto artesanal que se hace con materiales sostenibles y un diseño moderno», aseguran. Todas se cosen a mano en La Rioja, son «cien puntadas desde el corazón hacen cada alpargata única». En el ADN de la marca está, además, esa defensa de la vida en los pueblos pequeños, como Cervera, de donde son ellas.
Sin embargo, eso no les ha impedido darse cuenta de que hay que salir al exterior. Lo de Jill Biden fue un «empujón» con el que recibieron pedidos de EE UU y Latinoamérica, algo puntual porque su mercado sigue siendo España y Portugal. «El próximo verano vamos a por Europa». Pero mientras llegan, ya han conseguido abrir dos tiendas físicas: en Cervera y en Alicante. Son la nueva generación de alpargateros 2.0 con casi 70.000 seguidores en Instagram.
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