La intensa ola de calor que está sofocando estos días el país con temperaturas superiores a los 40 grados en muchos puntos obliga a ponerse en alerta y tomar medidas que eviten complicaciones de salud. Debemos prestar especial cuidado a los grupos de riesgo: ancianos, ... niños y enfermos crónicos, junto con los trabajadores que realizan una labor física al aire libre. Médicos, servicios de salud y entidades como la Organización de Consumidores lanzan estas jornadas sus recomendaciones y nos enseñan a prevenir y actuar ante un golpe de calor.
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El cuerpo pierde agua por medio del sudor para disminuir la temperatura, por lo que se debe compensar aumentando la ingesta de líquidos. «Hay que beber agua de forma constante sin esperar a tener sed. Evitar bebidas con cafeína y refrescos, zumos azucarados y alcohol, que favorecen la deshidratación», señala el doctor Fidel Fuentes, jefe del servicio de Urgencias de las clínicas IMQ. Resalta que a los ancianos «debemos ofrecerles agua», ya que puede que no tengan sensación de sed.
Tomar las bebidas frías ayuda a refrescarnos y es un momento de vigilar la dieta. «Existen alimentos que pueden contribuir a la regulación de la temperatura corporal: verduras, hortalizas y fruta. Son días para introducir ensaladas y gazpachos en los menús», completa Ana Belén Ropero, profesora de Nutrición de la Universidad Miguel Hernández. Otro consejo: «evitar las comidas copiosas y con exceso de grasa porque la digestión eleva la temperatura del cuerpo».
Con los fármacos también debemos tener cuidado y guardarlos en zonas frescas, ya que algunos son especialmente sensibles al calor, recuerdan desde la OCU. Y también pueden provocar reacciones adversas si los tomamos y nos exponemos al sol.
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Las horas centrales del día, al menos entre las doce y las cinco de la tarde, es mejor pasarlas en casa o en espacios ventilados. El aire nocturno nos permitirá enfriar las habitaciones y cuando suban las temperaturas, cerrar ventanas y bajar persianas. Otra forma de reducir el calor es apagar la mayor cantidad posible de dispositivos eléctricos.
En la calle «hay que utilizar ropa ligera, que transpire y con colores claros, gorros para cubrir la cabeza y gafas de sol». Todos estos accesorios «evitarán el aumento de temperatura corporal y protegen piel y ojos». Por otro lado, debemos hacer el menor ejercicio posible estos días y ayuda darse una ducha fresca tras volver acalorado del exterior, desgranan los especialistas.
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La OCU pone el foco en los desplazamientos en coche: «El exceso de calor provoca somnolencia y es causa de accidentes». Y cuidado con dejar a los niños –o mascotas– en el interior, aunque el vehículo esté a la sombra y sea por unos pocos minutos.
El golpe de calor es un fallo general de varios órganos debido al aumento de temperatura. En condiciones normales, nuestro organismo tiene unos 37 grados. Pero, si por el motivo que sea, se alcanzan los 40 durante un tiempo continuado, corremos el riesgo de no ser capaces de bajar esa temperatura y de que se produzca un colapso. El sudor, la transpiración nos sirve para regular la temperatura en nuestro cuerpo, pero a determinados niveles no se produce esa sudoración.
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Una insolación causa malestar, sensación de mareo, hace que la piel se ponga roja y que nos baje la tensión, hasta el punto de que podemos sufrir una lipotimia o un desmayo. En ese caso, debemos quedarnos en la sombra, en un lugar lo más fresco posible y tumbarnos con los pies en alto hasta recuperarnos. Es importante también beber agua.
Si sufrimos un golpe de calor, además de dolor de cabeza y mareo, puede haber confusión, desorientación, dificultad para hablar, sed, náuseas, calambres, falta de sudor, pulso acelerado y pérdida de conocimiento. En el caso de los niños, sobre todo los más pequeños, pueden quedarse como abatidos e, incluso, parecer que estén dormidos.
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Una reacción rápida ante el golpe de calor es fundamental. Además de tumbar al afectado en una zona fresca con las piernas en alto, es fundamental mojarle con paños con agua fresca o meterlo en una bañera. También se pueden colocar bolsas de hielo o algún paquete del congelador alrededor del cuello o en las axilas, explica el jefe del servicio de Urgencias del IMQ. Hay que darle de beber agua, a no ser que esté inconsciente porque entonces podría ahogarse. Puede ser agua fría pero no demasiado, para evitar que el cambio brusco de temperatura produzca calambres en el estómago. Y,en todo caso, ante esos síntomas, avisar a los servicios de urgencias.
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