Borrar
BEA CRESPO
Se me cae el pelo, ¿me quedaré calva?
Alopecia femenina

Se me cae el pelo, ¿me quedaré calva?

Casi todas las alopecias femeninas tienen solución, pero algunos casos requieren actuar rápido

Viernes, 4 de noviembre 2022, 19:01

Hay unas cuantas cosas que parecen realmente insignificantes pero que tienen el superpoder de sacarnos de quicio, de preocuparnos sobremanera, de despertar todos nuestros fantasmas interiores y de reducirnos, en definitiva, a un manojo de nervios. Y una de ellas es encontrar una buena madeja de pelos después de ducharnos. Y si esto ocurre durante varios días seguidos, el agobio se dispara. Y ya no digamos si al pasar la mopa salen más cabellos o vemos que en la almohada también hay... la alarma se desboca. Y este es un miedo 'unisex', aunque afecta mucho más a las mujeres.Ellas llevan mucho peor lo de la caída del pelo por varias razones: la calvicie es muchísimo menos frecuente que en los varones y, tradicionalmente, la melena abundante en una mujer «está ligada a la juventud, la belleza y la sensualidad en mucha mayor medida que en los varones, aunque en los hombres muy jóvenes también hay una afectación psicológica muy importante», explica la doctora María Asensi, cirujana capilar y vicepresidenta de la Sociedad Española de Restauración Capilar (SERECAP).

«Cuando se pierde el cabello parece que se pierden todos esos atributos junto con él. Y en las mujeres suele ser muy traumático», insiste. De hecho, los especialistas en tricología –la especialidad que estudia el cabello y el cuero cabelludo–, estiman que el 50% de los hombres que acuden a sus consultas están acomplejados por perder el pelo y en el caso de las mujeres... el porcentaje es prácticamente del 100%. Por la calle se ven pocas mujeres calvas y la posibilidad de ser una de ellas quita el sueño al resto, aunque es muy improbable que esos pelos que vemos en la ducha o por casa sean el anuncio de una calvicie.

«La mayor parte de las mujeres que sufren caída de cabello tienen lo que llamamos un efluvio telógeno, que es una pérdida temporal y reversible que puede tener muchas causas: un déficit nutricional (algunas dietas muy drásticas acarrean esta consecuencia), el estrés, algunos fármacos, alteraciones hormonales (por ejemplo en el posparto) o haber pasado recientemente una infección.De hecho, estamos viendo a muchísima gente que ha pasado el covid y que está sufriendo una caída de pelo, que en algunos casos, es muy acusada», indica Ansensi. Además, hay otro factor que en el caso de las mujeres está causando alopecias: tratamientos cosméticos agresivos o que causan tirantez en el cuero cabelludo y algunos tipos de extensiones. «Pueden desatar el problema o empeorarlo si ya existe», advierte.

Entonces, si suponemos que se nos cae el pelo por alguna de estas causas, ¿lo dejamos pasar? Porque como es algo temporal... ¿O debemos preocuparnos y tomar cartas en el asunto? «En una cabeza 'normal' hay de 100.000 a 150.000 pelos. Y la pérdida de 35 a 100 cabellos al día es normal y no debe preocuparnos. Solo debemos alarmamos si perdemos más de cien al día o si detectamos alguna zona localizada sin pelo.Y, sobre todo, si notamos que tenemos el cabello más fino que de costumbre», ahonda Asensi.

Debilitamiento... alerta

Paradójicamente, las peores alopecias para las mujeres no se inician con una caída significativa de cabellos, sino con un debilitamiento del pelo. «En las mujeres, las alopecias androgenéticas comienzan así. Suelen ocurrir en dos momentos de la vida: entre los 20 y los 30 años, que sería una alopecia androgenética prematura, o de los 50 a los 60, que tiene que ver con la menopausia y los cambios hormonales, aunque también puede haber un componente genético», describe. En este tipo de alopecias hay que actuar cuanto antes e ir al médico, ya que en los primeros compases se puede actuar y frenar la caída. Además, sólo un profesional puede determinar el tipo de alopecia que sufrimos y prescribir el tratamiento adecuado. «Es que a veces se solapan las alopecias androgenéticas y las estacionales... y es importante discernir», destaca. Y otra señal de alarma en las mujeres que conviene no pasar por alto. Si notamos que la línea frontal se retrae (es decir, que nos 'crece' la frente y tenemos algo así como entradas), también debemos consultar con un experto.

«El diagnóstico precoz es importantísimo para que nos pongan un tratamiento cuanto antes», insiste. Porque, aunque los más escépticos piensen lo contrario, hay remedio para muchos tipos de calvicie femenina. Los casos más complicados son los de las alopecias cicatriciales, que son consecuencia de traumatismos, quemaduras, ciertas enfermedades o cicatrices. En estas situaciones, aclara Asensi, hay poco margen y se suele recurrir a implantes de cabello, «siempre dependiendo del tejido cicatricial y de que la alopecia esté estable», advierte. Además, estas pacientes deben saber que, en el caso de que la pérdida de pelo haya sido por enfermedad –como la alopecia frontal fibrosante– el implante no va a durar toda la vida y que es posible que en unos cuatro años el folículo vuelva a ser 'atacado' por la patología que lo dañó... y vuelta a empezar.

En otoño aumentan un 30% las consultas por la caída del cabello

El otoño está muy asociado a la caída del pelo, pero, ¿es esto verdad o un topicazo más? Pues es cierto. Por eso en esta época aumentan un 30% las visitas a los especialistas. «No hay que alarmarse. Es una época del año en el que hay muchos cambios, el cuerpo sufre más estrés y esto puede desencadenar más caída de cabello. Además, en verano el pelo está expuesto a mucho sol, sal, cloro y agentes externos que lo castigan y cuando llega el otoño el pelo está más débil», tranquiliza Noelia Suárez, directora de comunicación de Nutritienda.com, tienda especializada en salud y belleza.

Pero en el caso de alopecias no cicatriciales, la cosa cambia y la esperanza de buenos resultados sin llegar al implante son mayores. «Con tratamientos y fármacos se suele revertir el proceso», subraya. Por ejemplo, la alopecia androgenética se trata con minoxidil oral y antiandrógenos y si se coge a tiempo, en los primeros años, son reversibles, lo malo es si esperamos mucho y el folículo acaba desapareciendo. Así pues, si nos preguntamos si todas esas mujeres –normalmente de cierta edad– que tienen la parte frontal de la cabeza sin pelo hubiesen podido conservar la melena de haber actuado a tiempo, la respuesta es sí, en la mayoría de los casos se podía haber solucionado. Y las caídas temporales, las llamadas efluvios telógenos, también se pueden atajar con nutricosmética, suplementos nutricionales y plasma rico en plaquetas, por ejemplo. Así que la calvicie femenina en casi todos los casos (aunque los hay) tuvo remedio en su día o aún lo tiene.

Y, de ocurrir lo peor, siempre está la opción del implante capilar, muy demandado hoy en día por las mujeres. Según explica Asensi, casi un 35% de las intervenciones que realiza son a mujeres. Esta cifra es enorme, ya que la prevalencia de la alopecia en mujeres es mucho menor que en los hombres. «Y también estamos realizando muchos implantes para 'bajar' la línea de implantación», desvela. Esto es ya más por razones estéticas, de rejuvenecimiento: se trata de mujeres que por su fisonomía tienen la frente muy despejada y quieren que se le marquen menos las entradas, entonces recurren al implante.

Zaineb Al Hassani, escritora escocesa con alopecia

«He tenido una larga historia de amor y odio con las pelucas»

Zaineb Al Hassani. BRIAN BANKS (IG de Zaineb Al Hassani )

Zaineb Al Hassani, escritora y editora escocesa, ha aprendido a convivir con su calva. Desde muy pequeña ha sufrido alopecia universal, que supone la pérdida completa de cabello en todo el cuerpo. Se desconocen sus causas y no tiene remedio.Así que, hasta que se ha aceptado, ha experimentado sus carnes ese tabú femenino. Ahora, luce su cabeza sin problemas, tira de las pelucas de modo juguetón y trata de visibilizar esta realidad.

-¿Cuando perdiste el pelo?

-Cuando tenía 3 años. Mi madre notó que me faltaba en una parte de la cabeza una semana antes de que naciese mi hermano. Parece que yo estaba muy asustada por ella (no yo tenía ni idea de cómo era dar a luz) y el estrés puede ser un detonante de la alopecia. Aunque también me viene del lado materno de mi familia...

-Imagino que su madre intentó de todo para frenar el problema.

-Me llevó un acupuntor y también a un herbolario chino de Glasgow... pero pronto dejé de tomar sus remedios, solo iba a la consulta por los dumplings caseros que me daba en las sesiones.

-¿Cómo evolucionó su alopecia?

-El pelo se me caía en invierno y me volvía a salir en verano, pero cuando tenía 7 años ya no volvió a salir. Y no me puse peluca hasta los 21. Hasta que en un a sesión de fotos para la revista 'Glamour' me dieron una de pelo castaño, con un corte 'bob'.Luego me la regalaron y me enganché. Así empezó mi historia de amor, bastante larga, con las pelucas. Pero me apoyaba demasiado en ellas: las usaba como protección porque me sentía demasiado fea. Las poquísimas relaciones que había tenido era con hombres que no me hacían sentirme atractiva. Pero cuando me mudé a Copenhague hace cinco años todo cambió,fue la primera vez que me sentí cómoda sin llevar peluca todo el tiempo. Eso sí, los inviernos escandinavos son crudos, así que en esa época necesito pelo.

-¿No nota el asombro de la gente?

-La reacción de los demás oscila entre la alegre sorpresa y la confusión.

-¿Algún consejo para las mujeres calvas?

-Que hablen con un terapeuta, familia y amigos y que se permitan ser vulnerables. Fue duro perder el pelo cuando era una niña: estaba en modo negación y me hacía sentir aislada y sola. Así que imagino cuanto más duro es perder el pelo en la adolescencia o de adulta. También diría que hay montones de cosas buenas de perder el pelo: nunca tienes que preocuparte de salir fuera con el pelo mojado, por ejemplo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Se me cae el pelo, ¿me quedaré calva?