Tiende a confundirse a los optimistas con personas vacías, sin criterio, ingenuas. «Un optimista no es un tonto, como suele hacerse ver, sino una persona realista, tan inteligente como para que la realidad no pueda con él», decía el psicólogo y educador Bernabé Tierno, ya ... desaparecido. Un nuevo estudio de la Universidad de Salud Pública de Harvard lo ha vuelto a poner de manifiesto. Caminar por la vida desde el lado positivo permite a las mujeres vivir más de 90 años con salud «en todos los grupos raciales y étnicos». Da igual el país en el que uno viva o haya nacido. Nuestro cuerpo funciona mejor, enferma menos y llega más saludable al final de sus días poniendo al mal tiempo buena cara.
Publicidad
«Esta claro que el optimismo puede verse afectado por factores sociales estructurales, como la raza y el origen étnico, pero nuestra investigación sugiere que sus beneficios pueden mantenerse en todos ellos». Lo dice la especialista Hayami Koga, autora principal del estudio. «Muchos trabajos anteriores se han centrado en los déficit o factores que aumentan el riesgo de sufrir determinadas enfermedades y de muerte prematura. Nuestros hallazgos –advierte rotunda– sugieren que vale la pena centrarse en factores psicológicos positivos como el optimismo como posibles nuevas formas de promover la longevidad y el envejecimiento saludable».
¿Es posible vivir más y mejor mirando siempre el lado positivo de la vida, como cantaba el famoso Brian de los Monty Python en la cruz? «Definitivamente, sí», contesta rotunda la investigadora Lecina Fernández, autora del libro 'Ilusión positiva'. «No me extrañan los resultados de este estudio, porque otros trabajos, alguno de ellos en los que yo he participado, llegan a esta misma conclusión».
Rebaja el estrés: El buen humor y la calma rebajan el estrés. El acúmulo de tensión emocional, en cambio, causa malestar y propicia enfermedad.
Calidad de vida: Pensamientos positivos favorecen el bienestar mental y del cuerpo.
Reduce la inflamación: Una investigación con 616 voluntarios con presión arterial normal seguidos durante 4 años demostró que los pesimistas tenían el triple de riesgo de sufrir hipertensión.
Menos patología cardiaca: Los optimistas tienen la mitad de riesgo de enfermedades cardiacas, según un estudio que siguió durante 10 años a 1.603 hombres con una edad media de 61 años.
Protege frente a la demencia: Demostrado. Los optimistas llegan a la vejez con un menor riesgo de alzhéimer y otras demencias.
El optimismo, razona la experta, conecta con otras emociones positivas, como la ilusión y la esperanza, que muy probablemente favorecen en el organismo procesos químicos que nos protegen frente a la enfermedad. «Sonreír frente a un cáncer no te permitirá superar la enfermedad, pero tendrás más boletos para conseguirlo», explica la especialista del Colegio de Psicólogos de Madrid.
Publicidad
De eso mismo trata el trabajo de la Universidad de Harvard, publicado en 'Journal of the American Geriatrics Society'. La investigación se centró en mujeres, pero lógico es pensar que sus resultados puedan extenderse a los hombres. Encuestaron a casi 159.255 de muy diversa condición económica, social y racial. Descubrieron que el 25% que era más optimista probablemente tendría una esperanza de vida un 5,4% más larga e, incluso, un 10% de vivir más de 90 años, frente al 25% que era más triste, más pesimista. De su condición física y mental se deducía, además, que la expectativa de longevidad saludable parecía mayor entre las más positivas.
Factores como el ejercicio regular y la alimentación saludable también se revelaron asociados al optimismo y la esperanza de vida. «Tendemos a centrarnos en lo negativo, cuando lo importante es pensar en positivo», advierten las autoras del informe. Lo dijo en su día el reconocido psiquiatra español Luis Rojas Marcos:«Japonesas y españolas viven más porque hablan más». Hablar mucho, según él, fomenta las relaciones personales, los afectos y el bienestar personal. «Si la esperanza de vida de España es de las mayores del mundo, por algo será».
Publicidad
La esperanza de vida de los hombres es menor que la de las mujeres, en España de unos 80 años frente a 86. Un equipo investigador de la Universidad de Virginia (EEUU) ha descubierto por qué y lo explica en un trabajo científico revisado por pares y publicado esta misma semana. El envejecimiento, según dicen, provoca en ellos la pérdida en sangre del cromosoma sexual masculino (Y), lo que favorece que el músculo cardiaco se cicatrice y se tenga un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca mortal. Ocurre al menos en el 40% de los mayores de 70 años. Una medicación, según dicen, podría corregirlo.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.