Por qué la gente ronca y cuándo se convierte en enfermedad

Motivos biológicos y el estilo de vida tiene efecto en los 'decibelios'

Domingo, 17 de octubre 2021, 00:05

La situación es de sobra conocida. Cuando uno va a la cama a tratar de conciliar el sueño rápidamente y a descansar sin sobresaltos, pocas cosas molestan más que dormir con alguien que ronque.

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Pero, ¿todos roncamos? Pues todos no, pero mucha gente sí. Aquí ... los datos: más del 40% de los varones roncan y también entre un 30% y un 35% de las mujeres. Más de noche que de día, y el motivo es la relajación muscular faríngea que se produce en determinadas fases del sueño.

Los hombres lo hacen mucho más que las mujeres, según las estadísticas de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), sin embargo en cuanto a intensidad y pese a que ellas suelen subestimar el volumen de sus ruidos, éstos no entiende de género. Las féminas alcanzan los 50 decibelios, mientras que los hombres llegan a los 51,7. Normal, por tanto, que haya quien se despierte con el estruendo que provocan sus propios ronquidos.

Sin grandes diferencias entre roncadores, ¿qué motiva que unos ronquen y otros no? «Existen diferentes causas que pueden favorecer los ronquidos, como el cambio hormonal (los estrógenos dan un tono algo mayor a la musculatura que los andrógenos), las alteraciones craneofaciales (tener el cuello corto o grueso o la mandíbula pequeña o hacia atrás), alteraciones de la vía área superior (tener una lengua, amígdalas o paladar grandes, la boca pequeña), alteraciones nasales o el exceso de peso», enumera la doctora Marina Carrasco, presidenta de la Comisión de Roncopatía y Trastornos del Sueño de la SEORL-CCC. De hecho, tanto influye lo hormonal que «con la menopausia esta prevalencia se equipara en hombres y en mujeres». Asimismo, la distinta distribución entre hombres y mujeres de los depósitos grasos, puede explicar la diferencia en los porcentajes. «Los hombres tienden a depositarla en las zonas centrales del organismo como el cuello, el tórax y el abdomen, mientras que las mujeres acumulan en las zonas periféricas (caderas y muslos)», puntualiza Sofía Romero Peralta, neumólogo especialista en sueño del Instituto del Sueño.

Excepcionalmente los ronquidos pueden ser normales y no suponer problema alguno, pero cuando se vuelven continuos y crónicos, pueden poner en riesgo la salud. Porque roncar es, en ocasiones, más que una molestia inofensiva para muchas personas. «Los ronquidos en sí son un problema socio estético aunque están directamente relacionados con el flujo de aire restringido. En casos graves, significa que no llega suficiente aire a los pulmones», advierte el doctor Claudio Fragola, jefe de servicio de Otorrinolaringología en el Hospital Vithas Madrid Aravaca.

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Apnea del sueño

Entonces, ¿hay que tratar los ronquidos? Los expertos señalan que se recomienda estudiar y poner en tratamiento a estas personas si presentan interrupción del sueño nocturno, apneas observadas por el compañero de cama o familiares, sueño no reparador y excesiva somnolencia durante el día.

Si el cierre de la vía aérea es mayor a 10 segundos y las paradas respiratorias durante la noche superan las 5 por hora se considera que hay una apnea obstructiva del sueño, enfermedad que padece el 10% de los hombres y el 7% de las mujeres. «Otras veces la vía aérea no se cierra por completo, pero hay una disminución importante del aire y los pulmones no pueden oxigenar bien la sangre, por lo que hablaríamos de hipoapnea obstructiva», destaca la doctora Carrasco. Puede suceder una o varias veces mientras una persona duerme, lo que aumenta el peligro asociado con los ronquidos. «Si se tienen sospechas, existen aplicaciones con las que puedes monitorizar los ronquidos, su fuerza y cuándo se producen, aunque la única forma de confirmar o descartar su presencia es hacer un estudio del sueño a través de una polisomnografía», explica Carrasco. En ella se monitorea al paciente durante la noche para obtener información de múltiples parámetros corporales, como la actividad eléctrica del cerebro, la frecuencia y ritmos respiratorio y cardíaco, saturación de oxígeno en sangre, la actividad muscular y los movimientos oculares. «Es un estudio de ciclos y comportamientos del sueño que se adapta a cada paciente y no produce dolor», recalca la experta.

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Si no se trata, puede estimular el desarrollo de hipertensión, enfermedades cardíacas y diabetes y afectar el estado de ánimo y la memoria. «El cerebro intenta hacer que respire y eso sobrecarga el corazón y puede originar hipertensión arterial o pulmonar», alerta el doctor Fragola. No obstante, la mayoría de las personas pueden contrarrestar esta afección perdiendo peso, usando dispositivos dentales, evitando el alcohol y el tabaco, o recurriendo a una máquina CPAP para mantener abiertas las vías respiratorias mientras duermen.

Obesidad, tabaco y alcohol, los grandes aliados del ronquido

Algunos consejos que ofrecen los expertos para evitar los ronquidos y mejorar el descanso propio y el del compañero de cama son «realizar cenas ligeras y nada de tabaco o alcohol por la noche, ya que este es un potente relajante de la musculatura de la vía aérea». También es importante «priorizar la respiración nasal a la bucal» y «evitar las pantallas antes de acostarnos porque inhiben la secreción de melatonina». Si el ronquido empeora al dormir «boca arriba, procuremos evitar esa posición. En ocasiones puede ser suficiente elevar hasta 45 grados la cabecera de la cama», esta postura facilita que el aire pase a través de las vías respiratorias y evita que estas se queden bloqueadas.

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