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Isaac Asenjo
Madrid
Jueves, 8 de diciembre 2022
Todos hemos sentido alguna vez placer al caminar descalzos por la arena de la playa o al pisar el césped después de una lluvia ligera. Dos experiencias que, más allá de resultar agradables, pueden servir como terapia si sufrimos estrés o acusamos una mala calidad ... de sueño. «Necesitamos más árboles y menos asfalto, más césped y menos centros comerciales, más plantas y menos pantallas», señala Marcos Vázquez en el libro 'Lecciones ancestrales para una salud salvaje', en el que explica cómo nos beneficiamos de «reconectar» con nuestro hábitat natural: la naturaleza.
A esto se refería el otro día el seleccionador nacional de fútbol, Luis Enrique, cuando hablaba de que practicaba 'earthing': caminar directamente sobre hierba, tierra o arena. Aunque no es un término de uso muy corriente aún, cada vez se investiga más en esta línea y ya hay estudios como el que se recoge en el libro 'Earthing: el descubrimiento sobre salud más importante', que sostienen que muchos de los males modernos pueden mitigarse «conectándonos» con la tierra.
La técnica que utiliza el entrenador de España en el Mundial que actualmente se disputa en Catar para calmar la ansiedad podría compararse con lo que hacemos muchos al llegar a casa tras una jornada de trabajo: liberarnos de nuestros zapatos para que nuestros pies 'respiren'. Pero para notar los beneficios de los que hablan los expertos, tenemos que hacerlo en entornos naturales: la montaña, un paraje agreste, un campo de hierba, etc.
Así que, quítate las zapatillas de vez en cuando y camina, al menos entre 30 y 40 minutos, proponen los defensores del 'earthing'. Porque la solución a algunos problemas de salud, aseguran, puede ocultarse bajo tus pies.
¿Y qué nos dice la ciencia al respecto? «Varios estudios han comprobado que se produce una reducción de la inflamación y una mejor recuperación en deportistas que recurren a esta técnica, pero son todavía estudios pequeños. Lo que sí parece claro es que relaja, mejora la respuesta inmune, genera un efecto positivo en la actividad eléctrica del cerebro, favorece el sueño y reduce los niveles de cortisol nocturno, por lo que es una práctica muy recomendable», sostiene Marcos Vázquez.
«Pese a que nuestros pies se han vuelto más dependientes del calzado con el paso de los años, están de sobra preparados para andar descalzos, tanto en la edad adulta como en la infantil, donde es aún más recomendable, ya que cuando los niños caminan descalzos estimulan el desarrollo muscular y mejoran su posición al andar», explica el doctor Enrique García Ruiz, especialista en podología y director en la Clínica PodiaFys.
El experto, miembro de topdoctors, profundiza en los beneficios de esta práctica: «Al caminar, estimulamos la musculatura intrínseca ('the foot core') y la hiperdesarrollamos, consiguiendo un pie mucho más estable, con un mejor apoyo plantar y un menor índice de lesiones, evitando la deformación provocada por un calzado muy restrictivo», explica.
Andar descalzos ayuda a reforzar y mantener activos un mayor número de músculos, tendones y ligamentos básicos en la biomecánica del pie, pero cuidado con empezar de la nada, requiere de un período de adaptación si uno no está acostumbrado, advierten los especialistas. «Si queremos obtener los beneficios de andar descalzos, lo recomendable es comenzar en superficies como arena en terreno llano o en césped de poca altura, terrenos poco irritativos para la piel que nos permitirán desplazarnos con comodidad», sugiere el especialista. Una advertencia, solo deben hacerlo las personas que no tengan ninguna patología en el pie, ya que si este sufre alguna lesión en alguna de sus estructuras, lo recomendable será, precisamente, usar calzado para protegerlo.
¿Y para quienes ya se han iniciado? «Podemos aventurarnos tranquilamente por terrenos más irregulares», descartando el asfalto u otras superficies sintéticas que no sean naturales, propone el médico.
Del mismo modo que cuando empezamos una actividad deportiva tenemos que marcarnos unos tiempos e ir adaptando nuestros hábitos a esa actividad, cuando andamos descalzos ocurre algo parecido. Podemos empezar pasando más tiempo sin zapatillas en casa para 'entrenarnos' y luego ir dando paseos cortos utilizando calzado minimalista con suelamuy fina y flexible. Poco a poco iremos ampliando la distancia hasta lograr el objetivo: caminar descalzo en diversas superficies naturales.
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