La importancia de elegir bien la almohada

La firmeza, los materiales y, sobre todo, el grosor son la clave para acertar

Jueves, 8 de septiembre 2022, 18:58

Solemos dar muchas vueltas a la compra del colchón porque somos muy conscientes de que se trata de una decisión fundamental para garantizar un buen descanso nocturno. Sin embargo, las encuestas de consumo revelan que apenas dedicamos tiempo a la elección de una buena almohada. ... Tanto es así que los expertos destacan que en un alto porcentaje se eligen más por criterios estéticos que de salud. «Y esto es un grave error porque es un elemento esencial para evitar presiones cervicales y mandibulares, además de mantener la espalda y el cráneo recto. De hecho, cuanto más débiles sean las cervicales de una persona, más importancia tendrá la elección de la almohada», advierten en el Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana (ICOFCV).

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Entonces, ¿en qué debemos fijarnos? «Los materiales, la firmeza y, sobre todo, la altura o grosor son las principales características que tenemos que valorar antes de comprar una almohada», resume Montserrat Ruiz-Olivares García, secretaria general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (ICPFCM). Estas son algunas de la claves.

La altura

Explican los expertos que no existe una altura de almohada ideal. «Dependerá de la posición en la que se duerma y de la morfología del usuario. Por lo general, será más alta si se duerme de lado –se calcula midiendo la distancia desde la oreja al hombro–; de altura media si se duerme boca arriba; y de menor altura, o incluso sin ella, si se duerme boca abajo», enumera la fisioterapeuta madrileña.

Las almohadas de material sintético son mejores para las personas alérgicas, pero tienen una duración menor (unos dos años) respecto a las de plumas (de cinco a diez).

Materiales

Una vez descartadas posibles alergias al látex o las plumas por parte del usuario, la elección del material dependerá básicamente de los gustos personales sobre confort. «Hay personas que prefieren más firmeza y a otras, en cambio, les gusta la sensación de hundirse y de que la almohada se adapte y les envuelva. A la hora de decantarnos por un material u otro, también es importante tener en cuenta si somos calurosos, si queremos que transpire y nuestra forma de dormir. Por ejemplo, el algodón, la pluma, el plumón y la lana son más transpirables que las sintéticas de látex o las viscoelásticas», coinciden los expertos.

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Para problemas de espalda, respiratorios, digestivos...

Además de nuestras preferencias a la hora de dormir, a veces se dan casuísticas concretas que determinan la elección de una u otra almohada. «Por ejemplo, es importante tener en cuenta las curvas fisiológicas de la persona. Las que tengan una cifosis dorsal pronunciada y duerman boca arriba deben optar por una almohada más alta. También necesitan una almohada más elevada quienes tengan problemas respiratorios o digestivos, justamente para facilitar la respiración, así como para evitar el reflujo o bien cambiarse a una posición lateral. Una almohada alta también suele ayudar a los pacientes que se recuperan de una cirugía porque les facilita levantarse», enumera Montserrat Ruiz-Olivares García.

Segunda almohada entre las piernas, bajo los tobillos...

Los fisioterapeutas valencianos también aconsejan «utilizar una segunda almohada de fibras huecas para colocar entre las rodillas, si se duerme de lado, o bajo ellas, si se hace boca arriba, para evitar que se flexione o torsione la columna». También se puede colocar una almohada bajo los talones «para evitar estiramientos y presiones excesivas, así como favorecer el retorno venoso», añade la secretaria general del ICPFCM.

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En personas encamadas

En el caso de las personas que deben pasar mucho tiempo en una cama, las almohadas son fundamentales para evitar que aparezcan lesiones e infecciones en la piel. «Y tan importante como colocar bien las almohadas es realizar cambios posturales cada tres o cuatro horas», explica Iñigo Elgezabal, fisiorerapeuta del Hospital San Juan de Dios (Santurtzi). Cuando el paciente descansa boca arriba, el experto recomienda colocar una almohada debajo de las rodillas y otra un poquito por encima de los talones, mientras que si está de lado es aconsejable colocarle una almohada entre las rodillas y otra en la espalda para que no tenga que estar en tensión. «Se puede empezar boca arriba, a las tres horas cambiar hacia el lado derecho y después al izquierdo para que la carga del cuerpo no se apoye siempre en las mismas partes», precisa Elgezabal.

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