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En España se registran unos 80.000 divorcios anuales, según los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Acabar con un proyecto de ... vida nunca es fácil, pero lo cierto es que algunas personas están predispuestas a ello tanto a nivel individual como cultural. Y no lo decimos nosotros. Un reciente estudio llevado a cabo por Sari Mentser y Lilach Sagiv, investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha analizado cómo estos valores influyen en la probabilidad de divorcio basándose en los datos recopilados de más de 100.000 personas en 55 países.
Respecto a los valores culturales, que son las normas y creencias predominantes en cualquier sociedad, el informe hecho público por 'Communication Psychology' considera que en los lugares donde prima la independencia personal (como Suecia o Dinamarca), el divorcio resulta hasta un 23% más probable. Por el contrario, en las naciones que anteponen la pertenencia al grupo frente a la satisfacción individual (como India o Pakistán), los divorcios son un 19% menos probables.
En cuanto a los valores personales identificados (relacionados con la forma de ser de cada uno), el estudio concluye que los sujetos tendentes a la autodirección, la estimulación y el hedonismo tienen una mayor probabilidad de divorciarse. Concretamente, un 16% más entre quienes priorizan la independencia de pensamiento; un 14% más entre quienes siempre están buscando 'nuevas experiencias'; y un 23% más entre los que anteponen el placer personal a todo lo demás. Caso contrario son los individuos conformistas, que valoran las normas y tienden a buscar la estabilidad tanto emocional como económica.
Estas conclusiones interactúan entre sí: las personas conformistas que además residan en un país tradicionalista, apostarán menos por la ruptura. Y a la inversa: quienes miren más por sí mismos y habiten en una sociedad 'moderna' multiplicarán sus probabilidades de verse nuevamente solteros.
El estudio también permite calcular la probabilidad de que un matrimonio llegue a buen puerto y, cuando ésta sea baja, desarrollar estrategias preventivas (con la ayuda de un terapeuta) para evitar que fracase.
Durante décadas, la ciencia ha estudiado otros factores que los expertos han terminado considerando predictores de divorcio: la situación financiera, los problemas de salud mental, la edad, la influencia de amigos y familiares... Con todo, queremos detenernos en el trabajo de Ann Gold Buscho, psicóloga clínica especializada en asuntos familiares, quien enumeró a 'Psychology Today' las que a su juicio son las tres causas prevenibles más comunes por las que una pareja decide tomar caminos separados.
«En mi trabajo –explica la experta–, la infidelidad ha sido la razón más común dada para el divorcio. He notado que la gente opta por ello rápidamente cuando uno de los cónyuges se muestra demasiado agraviado». Gold considera que esta tendencia se debe a que el concepto de divorcio ha abandonado el estigma que tenía en el pasado, y a la menor dependencia económica de muchas mujeres respecto a sus maridos.
La falta de compromiso es otra causa también señalada por una investigación de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de Estados Unidos. La psicóloga lo ejemplifica con dos de sus pacientes, quienes tras quince años de matrimonio habían perdido todo romanticismo, enterrando el problema 'debajo de la alfombra' a la espera de que se resolviese por sí solo: «Ninguno de los dos estaba motivado para tratar de reavivar su relación en este punto. Estaban tristes y decepcionados, pero también de acuerdo en que era hora de seguir adelante».
En último término, Gold señala las discusiones: «Los clientes me dicen que estos conflictos surgen por asuntos triviales, que terminan escalando en ataques desagradables llenos de culpa y críticas».
La psicóloga concluye que estos tres motivos podrían solventarse mediante consejería prematrimonial (lo que revalida el punto de los investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén), donde los miembros de la pareja pueden aprender habilidades de comunicación y resolución de problemas mucho antes de que necesiten ponerlas en práctica: «Predecir las dificultades y planificar con anticipación para enfrentarlas con el compromiso de buscar ayuda cuando sea necesario puede salvar a muchos matrimonios del trauma de un divorcio».
Según el despacho 'Abogado Divorcio Barcelona', liderado por Aurora Padilla Marchal, el coste medio de un divorcio de mutuo acuerdo oscila entre los 500 y los 1.500 euros (resultando los honorarios legales lo más costoso). Por su parte, un divorcio contencioso podría costarnos entre 1.200 y 5.000 euros, alcanzándose cifras superiores a los 15.000 euros si se trata de un caso especialmente complejo. Estos números varían de unas ciudades a otras y conforme a la duración del proceso, a cuyo término podríamos enfrentarnos a gastos adicionales como pensiones de manutención, el pago de una hipoteca compartida o la liquidación de bienes gananciales.
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