¿Dónde está Perico?
los tours de rosa ·
En la ronda gala del 89, Delgado llegó tarde a la salida y acabó tercero en París
Para Perico fue el peor de los Tours y el mejor de los Tours. El de 1989. 200 aniversario de la toma de la Bastilla. Empezaba con el maillot amarillo tras haber ganado el anterior. La primera etapa era una contrarreloj en Luxemburgo. Salió a ... calentar por ahí. No le gustó el corralito asignado y los rodillos no eran como los de ahora. Se encontró con Thierry Marie y se paró a charlar. Como el conejo de Alicia, le dijo que se iba, que tenía que tomar la salida. Sabía su hora. «Llevaba reloj, pero era un reloj de propaganda que nos habían dado los del banco. En vez de manecillas normales tenía dos bes grandes y en la esfera no estaban marcados los minutos, no era muy claro». Pero nunca echó la culpa al reloj.
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Era el primer año que Banesto patrocinaba el equipo. Arturo Romaní, mano derecha de Conde y el tipo que compró a cargo del banco 25.000 vídeos de Jeannette Rodríguez haciendo aeróbic, estaba en el coche con Echevarri, que, antes de salir del mismo desesperado, gritaba: «¿Dónde está Perico? ¿Dónde está Perico?», como Pepe Isbert llamando a Chencho. Perico sigue diciendo que no se perdió.
«Llevaba un reloj que nos habían dado los del banco. En la esfera no estaban marcados los minutos, no era muy claro»
Sean Kelly salía a las 17.16 y Perico un minuto después. Salió el irlandés y Perico no aparecía. Cuando llegó a la rampa ni siquiera era consciente de que llegaba tarde. Se dio cuenta al salir. 2 minutos y 40 segundos de retraso. Pero sólo perdió 14 segundos con Breukink, el ganador. Llegó a ser el último, a 7.20 de Fignon. Luego fue recuperándose. En la contrarreloj de Dinard fue segundo a 24 segundos de LeMond (ya recuperado de su accidente de caza). Y luego tercero en Cauterets (donde ganó Induráin), segundo en Superbagnères, segundo en Alpe d'Huez. Et voilà, tercero en un Tour que ganó LeMond por ocho segundos a Fignon (que animaba a Perico a abandonar en la carrera y escupió a las cámaras de TVE).
La noche de Luxemburgo, Perico lloraba en su habitación. El segoviano pudo haber ganado tres Tours: 87, 88 y 89. Aunque lo que pasó en los del 87 (caída) y 89 (despiste) aumente su leyenda. «Parte de la mitología de mi ciclismo se debe a esos errores. Pero habría preferido los tres Tours».
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