Universidad de Estados Unidos busca estudiante deportista

Las políticas de igualdad que se aplican en aquel país han abierto grandes oportunidades para las jóvenes de otros lugares. «Hay más facilidades para lograr becas, más número de ayudas y de mayor cuantía que las de los chicos. Este mismo curso, la beca media de las mujeres es un 60% superior a las de sus compañeros», explica Gonzalo Corrales, responsable de la empresa española AGM, que lleva desde hace más de quince años la gestión y tramitación de estos procesos.

En concreto, las becas medias alcanzan los 38.000 euros en las deportistas este curso, frente a los 25.000 de media que reciben los chicos. «Aunque aún nos queda mucho camino por delante, estamos muy contentos al ver el creciente interés de las jóvenes por las oportunidades que tienen en EE UU, especialmente estos últimos años, en los que hemos llegado a 120 alumnas por curso», añade el portavoz de la firma. Este curso han logrado becas para 117 universitarias y 156 chicos.

¿Qué hay que hacer? El proceso es aconsejable iniciarlo con tiempo, en cuarto de Secundaria o primer curso de Bachillerato. «El único requisito es que la aspirante sea una deportista de alto nivel. El primer paso es grabar un vídeo. Si practica un deporte de equipo, baloncesto, fútbol... sirve con grabar partidos y, si es una modalidad individual, como tenis o golf, las imágenes deben mostrar los golpes o la técnica individual. Luego, esos vídeos se envían a entrenadores de las universidades que tengan una buena oferta en los deportes elegidos», añade Corrales. Si las modalidades a las que aspira la beca son atletismo o natación, es suficiente con mandar las marcas individuales que han logrado las aspirantes.

Una vez que se consigue una oferta interesante de una universidad, el segundo paso es presentarse a la selectividad americana. «En Estados Unidos la prueba se llama SAT y solo te examinas de matemáticas y de inglés», explica Carolina, que ha iniciado ya el primer curso del grado de Arquitectura en la Universidad Lafayette de Luisiana. El examen se hace de forma 'online' y hay varias convocatorias al año. Las universidades también piden una prueba de nivel de inglés.

«Tuve que enviar una carta de motivación a las universidades que me interesaban para explicar la razón por la que quería estudiar allí. Me llegaron varias ofertas», añade esta futbolista zaragozana. Después de varias videollamadas con los entrenadores de cada uno de los centros, en la que participaron también sus padres, Carolina eligió la Universidad de Lafayette. «Ha sido una muy buena decisión. Tienen unas instalaciones impresionantes, entrenamos cuatro días por semana y participamos en dos competiciones diferentes. Contamos con fisioterapeutas, gimnasio, tienes gratis todo el material deportivo que necesitas...», comenta esta deportista de élite, que ahora juega «de extremo» en su nuevo equipo.

La universidad que se ha encontrado la joven futbolista no tiene que ver con el modelo español. «Por ahora, solo tengo dos horas de clase a primera hora de la mañana para poder dedicar el resto del día a los entrenamientos de fútbol y a la preparación física. Mis entrenadores se encargan de hablar con los profesores para cambiar horas de clase y exámenes si tengo alguna competición», detalla la joven desde la Universidad de Luisiana.

A lo largo de su carrera contará con apoyos docentes para recuperar la materia que pueda perder por sus compromisos deportivos. Y el 95% de los jóvenes españoles con beca deportiva que estudia en Estados Unidos acaba la carrera con éxito, según los datos que maneja AGM.

En España la única ventaja que tiene un deportista de élite en la universidad es que se reserva un cupo de plazas a ese colectivo en las carreras sin tener que sacar la nota de acceso exigida. Una vez matriculado, depende de la buena voluntad de los profesores el que les cambien la fecha de un examen o les faciliten los contenidos de las clases que se pierden.

A pesar de la pandemia, los estudiantes españoles pueden entrar en Estados Unidos gracias a haber sido declarados «grupo de interés nacional». La vacunación contra el covid y la evolución más favorable de la enfermedad han devuelto la normalidad a la vida universitaria en Norteamérica. «El año pasado la mayoría de las clases fueron 'online' y se suspendieron algunas competiciones deportivas. La experiencia de vivir la universidad de forma presencial –especialmente para estudiantes extranjeros– es fundamental», destaca Corrales. Este curso, la gran mayoría de los campus estadounidenses ha iniciado el año académico con clases presenciales, al menos para los estudiantes vacunados.