Irimarra

Panes keto, bajos en carbohidratos (recetas y ingredientes)

Con clara de huevo, en microondas... por qué los panes proteicos están de moda

La obsesión por reducir hidratos ha vuelto a poner sobre la mesa recetas caseras para aportar más proteínas a nuestra dieta. ¿Es siempre saludable?

Jueves, 9 de noviembre 2023

Los carbohidratos vuelven a ser los chicos malos de la mesa. Que si engordan, que si no aportan nada bueno, que si mejor otras opciones... Esto provoca que mucha gente busque alternativas para evitarlos sin ser necesario, pero el miedo o el desconocimiento es lo ... que genera. En el caso del pan, algunos 'gurús' del fitness se han sacado de la manga panes proteicos hechos en casa que, según divulgan, son la opción perfecta para comerse un bocadillo sin sentir culpa, un sentimiento, por cierto, que deberíamos quitar de la ecuación, pero son muchos años de cultura de dieta como para conseguirlo rápidamente.

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La mayoría de estos panes proteicos caseros, llamados también panes keto, son una especie de pastiche de huevo, harina de avena o almendra y pollo o atún desmenuzado que luego se cuece de forma exprés al microondas o al horno en el mejor de los casos. ¿El resultado? Una especie de mezcla ligeramente esponjosa pero muy húmeda -en algunos casos parece más una tortilla- que hay que consumir en pocas horas porque de un día para otro pierde toda textura. Para los paneros es un crimen, para los obsesionados con la línea, un mal menor.

Pero... ¿realmente son necesarios en nuestra dieta? El aporte proteico preciso para una persona adulta es de entre 0,8 y 1 gramo por kilo de peso, según la OMS, Aunque estudios más recientes elevan esta cifra a 1,5. Esto quiere decir que para un hombre de peso medio y poca actividad física, basta con entre 56 y 90 gramos al día. Y para una mujer de las mismas características, entre 46 y 75 gramos. «En general, no tenemos déficit de aporte de proteínas», confirma el experto en nutrición y rendimiento deportivo Alex Yáñez.

Otro asunto son los casos especiales, como el de personas mayores que comen poco, o sujetos con alguna patología y muy baja masa muscular. «Ahí sí puede resultar interesante este tipo de opciones». Sin embargo, no es lo habitual.

¿Y los culturistas o personas que necesitan reducir al mínimo los carbohidratos?

- Habría que estudiar los casos. No debe ser una tónica para todo el mundo. En una persona normal, cambiar el pan corriente por el proteico no es necesario.

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El dato

Un pan proteico de supermercado ronda los 20 gramos de proteína por 100 gramos; uno normal tiene entre 10 y 12

Yáñez, por ejemplo, no es consumidor habitual de este producto. «Uso el normal y añado la fuente de proteínas aparte», a través de fiambres, conservas, etcétera.

Hay mucho miedo a pasarse con los hidratos pese a que son nuestra principal fuente de energía. Y, sin embargo, la proteína parece el 'poli bueno' de la dieta...

- El exceso de proteína, al igual que el de hidratos, se almacena como ácido graso y puede hacer que la persona suba de peso. Además, si tienes un buen aporte de proteínas, añadir más no te va hacer ningún bien para nada.

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La moda de lo 'fit' y lo enriquecido en proteínas, sin embargo, bombardea al consumidor y nos genera la necesidad de empapuzarnos con ellas. Por ello, los expertos recomiendan estar alerta. No todo lo que tiene un extra de este macronutriente es saludable. Algunos son ultraprocesados y, por tanto, conviene evitarlos. En el caso del pan, si, pese a lo que dice Yáñez, seguimos queriendo 'castigarnos' con su consumo hay que estar atentos a los ingredientes.

La clara de huevo

«La mayoría de panes proteicos del mercado están enriquecidos con proteínas a base de gluten y no es la más interesante, hay otras formas mejores nutricionalmente hablando, aunque pueden encarecer el producto», explica. Así que en el súper escojamos los que están hechos con «buenas harinas, un buen almidón de tubérculo -si tiene- y cuantos menos ingredientes, seguramente mejor».

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Los que llevan «avena, trigo sarraceno y clara de huevo son perfectos». Esta última «sube el aminograma» y es lo que permite que sean clasificados como panes proteicos. ¿Y cuánta proteína tienen? Rondan unos 20 gramos por 100 gramos, pero ojo, porque el normal también tiene, «entre 10 y 12». Otra opción son los que se hacen a base de semillas, pero «es verdad que son difíciles de comer porque su sabor es más especial».

«Trampantojos que se parecen más a un pastel de atún»

«Es complicado hacer apetecible un preparado que por su composición se parece más a un pastel de atún que a un pan», señala Aitor Sánchez , dietista nutricionista y tecnólogo alimentario. «Son trampantojos» y además, considera que no son necesarios. «No tenemos déficit de proteínas en nuestra dieta», añade. Pero si queremos ingerir más, él recomienda hacerlo mediante las vías habituales, es decir, ingiriendo carne, pescado, huevos y, sobre todo, legumbres.

«Hay que tener en cuenta que el consumo de las de origen animal en España está por encima de lo deseado». Así que, además de comer más lentejas, alubias, garbanzos... también podemos hacer 'snacks' proteicos a base de tostadas con hummus o frutos secos, por ejemplo.

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