El smartphone y la tarjeta pagan la cuenta. No es difícil para los nacidos a partir de los 80. Se han olvidado del dinero en efectivo y realizan un 80% de los pagos a través de estos dos métodos. El metálico está de capa caída ... entre las generaciones más jóvenes, según los datos de BBVA Data & Analytics. No es de extrañar, por tanto, que se hayan puesto 'de moda' los neobancos, una alternativa que araña terreno a los bancos tradicionales y que acapara el 29% del mercado de la banca digital en España, con un crecimiento del 62% en los dos últimos años, según Smartme.
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Se han subido a la ola de la filosofía fintech (tecnología financiera) y atraen al público más joven –los hijos de los clientes más antiguos– con un lenguaje desenfadado y ligado a las nuevas plataformas, redes sociales y 'startups'. Gratuitas, cero comisiones en muchos casos o diez minutos para abrir una cuenta a través del móvil son las promesas de estas plataformas tecnológicas que dan servicios bancarios y financieros pero se distancian del banco de toda la vida.
Sin intermediarios ni sucursales en una esquina –para conectarnos con ellos, se haría mediante chat o atención telefónica–, son 100% online, con sus ventajas e incovenientes. Si los hábitos recreativos y sociales han cambiado, la forma de relacionarnos con nuestro dinero no podía ser menos. «La mayor ventaja es la operativa, ya que se utiliza el teléfono, y los costes son mínimos», explica Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas (CGE).
Lo que se necesita para abrir una cuenta es sencillo. «Un DNI, un smartphone o un ordenador. Verificamos nuestra identidad de alguna manera: darse de alta es cuestión de minutos y obtienes una cuenta funcional sin necesidad de tarjeta física, aunque esto es posible pedirlo, ya que puedes operar desde el teléfono», explica Eloi Noya, profesor de Capital Markets & Fintech de ESADE.
«A pesar de su carácter disruptivo, muchos usuarios utilizan los neobancos como un complemento de su cuenta tradicional para reducir costes en sus operativas habituales de consumo», añade Salvador Molina, presidente del Foro Ecofin y presidente del clúster MAD Fintech.
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Están pensados principalmente para el público muy acostumbrado a los trámites online, pago móvil con Google Pay y Apple Pay. Entre la generación de 25 a 34 años es donde este modelo bancario está más extendido, con un 34% de cuota. Sin embargo, es entre los chavales de 18 y 24 años, la llamada 'generación Z', donde más se está popularizando.
Algunos neobancos cuentan con una licencia de dinero electrónico o bien la alquilan a terceros. «Se trata del principal inconveniente; la diferencia con una ficha bancaria es, principalmente, que estas entidades no pueden hacer uso del dinero del cliente para conceder préstamos a otros usuarios o para invertir en productos financieros», detallan los expertos.
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La ficha bancaria es una garantía de que estas entidades están controladas por el banco central de su país de origen y, por lo tanto, están cubiertas por el fondo de garantía de depósitos de dicho país. «En caso de no tenerla, te conectan a través de terceros con otras fintech que son las que proveen algunos servicios, como los de realizar una transferencia o solicitar un crédito», cuenta Noya.
La competencia entre los propios neobancos es cada vez mayor y proliferan como setas, otorgando distintas ventajas al usuario. Los último es captar las nóminas, uno de los pilares del negocio de la banca tradicional, ya que con ellas logran una mayor vinculación con el cliente. El banco móvil N26 –de origen alemán– es la fintech más valiosa del mercado: vale casi lo mismo en bolsa que Bankinter y Sabadell juntos. En nuestro país operan otras como Revolut y Monese (Reino Unido) Ferratum (Malta), Bunq (Holanda) o las nacionales Bnext y Rebellion Pay.
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Los puntos fuertes son poder retirar dinero en cajeros de todo el mundo sin comisiones o con comisiones muy bajas, realizar pagos automáticos al mejor tipo de cambio (si tienes tu cuenta en euros y viajas a Londres, puedes pagar en libras sin costes asociados) y el acceso sin requisitos, algunas a partir de los 14 años. El que la mayoría tenga origen extranjero no es un problema para los expertos. No hay riesgo para el dinero. Los pagos mediante sus tarjetas, Visa o Mastercard proporcionan garantías. La normativa PSD2 regula de forma eficaz las operaciones bancarias de todo tipo, según tranquilizan.
La tecnología ha cambiado las reglas de juego de los servicios financieros y los grandes bancos también tienen soluciones fintech que operan independientemente de las firmas tradicionales. Banco Santander, BBVA, Caixabank, Bankinter tienen sus filiales online, también con productos exentos de comisiones. Open-Bank es la marca de Santander; Imagin, de CaixaBank; y EVO Banco, de Bankinter. «Dentro de pocos años toda la banca será móvil o no será. Y en ese proceso, la banca tradicional lleva años expulsando a sus clientes de las oficinas con comisiones que penalizan la operativa sucursal y con restricciones de horarios», advierte el experto del Foro ECOFIN.
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