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Este es el primer verano en el que el común de los mortales actuamos ya como si la pandemia fuese agua pasada (aunque, epidemiológicamnete hablando, la cosa no sea tan sencilla). Y hemos puesto toda el alma en una tarea: intentar recuperar el tiempo perdido, ... esos dos años largos de restricciones, con muchas alegrías y planes en 'stand-by'. Sabemos, racionalmente, que eso es imposible -a quién le reclamamos esas fiestas que nunca fueron, esos conciertos que no se celebraron, esas quedadas que no se produjeron-, pero al menos vamos a minimizar los daños compensándonos estos meses con vacaciones, comidas, viajes y, por supuesto, festivales de música.
Pero ojo con nuestro ímpetu pospandémico y nuestras ganas de oír a nuestros artistas y grupos preferidos en vivo: la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte de posibles fraudes en la reventa de entradas en este tipo de eventos y desaconseja la compra de cualquier tipo de entrada a través de la reventa, «ya que incluso páginas web dedicadas a ello y aparentemente legales como Viagogo son el blanco de todo tipo de quejas y reclamaciones».
Comisiones de venta abusivas, entradas falsas -¡ya vendidas antes a otras personas!-, precios tres o cuatro veces superiores a los oficiales, procesos de compra que finalizan abruptamente sin entrada y con el dinero cobrado... Este tipo de problemas están a la orden del día. Según la OCU, la web española de Viagogo es actualmente el mayor ejemplo de irregularidades de este tipo, y añaden que «otras organizaciones de consumidores europeas han recibido denuncias parecidas». Con Viagogo, empresa británica con sede en Suiza, es complicado reclamar judicialmente -habría que recurrir a los tribunales del país helvético-, por lo que sus malas prácticas pueden saldarse con la pérdida de dinero de los usuarios y con una enorme impotencia al no saber ni dónde reclamar ni a quién.
«Tratándose de una entrada válida, si el concierto se cancela o se modifica la fecha de actuación, el derecho a la devolución será por el precio facial de la entrada, nunca por el sobrecoste de comprarla a través de la reventa», alertan desde la OCU. Es decir, lo que pone en la entrada es lo que cuesta: no podrás reclamar más. Si has pagado comisiones o a intermediarios, eso es cosa tuya.
Si, a pesar de los riesgos, decidimos adquirir una entrada a través de una web de reventa, la OCU aconseja que, al menos, comprobemos que la web elegida incluye el logo del candado junto a la URL.
Otra advertencia si ya nos hemos sumergido en una web para comprar entradas en la reventa: asegurémonos de que se incluye un número de identificación fiscal (o un CIF) junto al nombre de la empresa.
«La web debería incluir además una lista de condiciones con los términos de la contratación», recuerdan los expertos en consumo.
Si vamos a adquirir unas entradas y nos piden que hagamos el pago por transferencia..., ¡cuidado! Este método «dificulta cualquier reclamación posterior», informa la OCU. Por eso algunas webs poco recomendables exigen transferencias y no permiten pagar con tarjeta.
A veces, de un simple vistazo podemos descubrir el engaño. En ocasiones, el aspecto de las entradas oficiales y el de las que nos ofrecen no cuadra. Por eso, conviene hacer cierta labor detectivesca para ver si tienen la misma pinta. «Es bueno confirmar a través de la web oficial del festival que las fechas y el aspecto de la entrada coinciden con las anunciadas», recomiendan.
El problema (para los consumidores, claro, porque para algunos está siendo un negocio redondo) es que actualmente no existe un marco normativo que regule la reventa online de entradas, «como sí sucede con la reventa callejera, que estipula que el recargo no podrá exceder el 20% sobre el precio marcado para el supuesto de venta directa al público en las taquillas o expendedurías de la propia empresa'», indican los portavoces de la organización. Por ello, la OCU exige al Ministerio de Consumo una normativa para la reventa por internet que sirva para licitar los establecimientos autorizados, para obligar a verificar la validez de las entradas, identificar al comprador, limitar el precio máximo de reventa (también al 20%) «y evitar el habitual desvío de miles de entradas de las webs oficiales al mercado de reventa».
Estamos tan acostumbrados a ir de festival y que todo nos cueste dinero que ni siquiera pedimos ya lo que nos corresponde por derecho. Por ello, la OCU recuerda que los asistentes a un festival deben disponer de agua del grifo gratis y complementaria a la oferta de los puestos de hostelería del festival. «Esto está recogido desde el pasado 9 de abril en la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular. «Si se nos niega este servicio, podemos solicitar la hoja de reclamaciones -dice la OCU-. Y, si nos dicen que no disponen de ellas, el consumidor incluso podría llamar a la policía local para que se persone».
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