Montse Pla: «Cuando iba al colegio me llamaban 'negra' y 'mono'»

A la actriz, hija de Beatriz Carvajal, no la llaman para interpretar papeles de su edad. Harta de esperar, se ha metido a trabajar en una tienda de ropa

antonio paniagua

Sábado, 23 de julio 2022, 00:08

Lo que para unos sería una bendición, para Montse Pla es una pesadilla. Esta actriz, hija adoptiva de Beatriz Carvajal, tiene 43 años, pero aparenta ser mucho más joven, circunstancia que hace que la rechacen en el diseño de cualquier reparto. Por si fuera poco, ... es demasiado blanca para encarnar a un personaje negro, según los estándares racionales imperantes en el cine español. Harta de estar enclaustrada en casa, Pla se ha liado la manta a la cabeza y trabaja temporalmente como dependienta en una tienda de ropa.

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– Últimamente se la ve poco en series y películas.

– Me presento a 'castings' de mujeres de 40 años y me echan para atrás porque no los aparento en cámara, doy una imagen más joven, de una mujer de entre 29 y 35 años. Pero tampoco me ofrecen papeles en ese rango de edad. Y aunque tengo la piel negra, soy demasiado blanquita, con lo cual tampoco me cogen. No encajo en la categoría de negritud que se lleva ahora.

– ¿Y ha tomado alguna decisión?

– Estoy trabajando en una tienda de ropa. Estuve bastante tiempo encerrada durante la pandemia, pero llegó un momento en el que dije: «No me quedo más en casa». Vi un cartel con una oferta de trabajo en horario de mañana y me animé. Es un puesto fijo. Con la nueva ley me han hecho indefinida y el jefe está contento conmigo. Hasta que salga algo, gano un dinerito.

– ¿Ha sufrido racismo?

– Alguna vez han llamado a la puerta y me han preguntado si estaba la señora de la casa. Cuando ha sucedido, he aprovechado para hacer un ejercicio actoral. He dicho: «La señora no está. Déjemelo a mí y yo se lo doy». Me lo tomo con humor.

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– ¿Padeció acoso escolar en el colegio?

– Mi hermana y yo éramos los únicos negros en el colegio. A mí me llamaban «negra» y «mono» porque estaba todo el día haciendo tonterías. También es cierto que yo me metía con el gordo, con el gafotas e incluso con el que tenía cojera. Pero cuando le veía llorar me acercaba, me sentaba con él y éramos tan amigos, aunque al día siguiente nos matábamos otra vez.– ¿De qué montaje guarda mejor recuerdo?

– De 'Razas', aunque también fue muy gratificante trabajar con mi madre en 'Diablillos rojos'. Agárrate. Ella me conoce perfectamente, también en lo actoral, con lo cual me debía aprender el texto al dedillo, porque en cualquier momento me podía decir: «Oye, nena, que esto es una profesión seria». Todo fue de maravilla, no hubo ningún roce.

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– ¿Cuál es la principal lección moral que aprendió de ella?

– Que hay que ser honesto con uno mismo y vivir y dejar vivir; respetar a las personas y a uno mismo.

– ¿Adoptaría hijos como hizo su madre con su hermana y usted?

– Por supuesto. Me parece el mayor acto de amor que puede existir. ¿No lo hacen acaso los animales?

– ¿Sabe algo de sus ancestros?

– No lo he investigado. Mi madre es Beatriz Carvajal, he salido igual que ella. Siempre digo que madre no es la que pare.

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– Creo que le apasionan los animales.

– Si no me hubiera dedicado a la interpretación, habría sido veterinaria.

– Se casó en Las Vegas con el actor Víctor Clavijo. ¿Tiene mitificada esta ciudad?

– Me encanta Las Vegas. Veníamos del Gran Cañón y habíamos pasado por el límite del Área 51, lugar que ha inspirado teorías conspirativas relacionadas con los ovnis y los extraterrestres. La uflogía me fascina. El caso es que yo me casé disfrazada de abeja y Víctor de apicultor.

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