Luis Rojas Marcos: «La queja es una herramienta de comunicación»

– Dicen que todos los psiquiatras son un poco pasados de rosca.

– ¿Cómo?

– Que son algo... excéntricos. Quizá por su proximidad a personas con dolencias mentales

– ¡Pues no lo sé! Eso lo tendrían que decir otros, pero yo me siento muy bien. Y algo he de decir: ¡cosas más fuertes y peores me han llamado!

– ¿A un psiquiatra todo le parece 'normal'?

– Depende de lo que se entienda por normal. Creo que la mayoría de la gente lo es y me baso en que veo que casi todo el mundo disfruta de la vida, aunque haya condiciones físicas, mentales y sociales que a veces lo hacen difícil. Pero la humanidad tiene una gran capacidad de superar adversidades y cada vez vivimos más años y mejor...

– Pero ¿realmente sabemos sacar provecho a esos años de vida que hemos ganado? Se ve cada desperdicio, pasamos tanto tiempo quejándonos...

– ¡Es que la queja es una herramienta de comunicación! Sobre todo al principio es una fórmula para conectar con otro. 'Nadie me quiere', '¿sabes?', 'en el trabajo no me ayudan', 'mira lo que ha ocurrido hoy'... Es casi como hablar del tiempo.

– ¿Para conectar? Yo oigo a un quejica y me faltan piernas para correr...

– Es algo cultural. Mire, si empezamos a decir 'qué bien estoy' a todo el mundo, quedamos como si fuésemos unos egoístas. Eso, aquí en España, porque en Estados Unidos y, sobre todo, en Nueva York es muy diferente: allí se glorifica la felicidad y el optimismo... Allí no 'vende' la queja: culturalmente está mal visto hablar constantemente de los problemas.

– Pues normal.

– Ojo, hay que hablar siempre. De lo positivo que tenemos alrededor, por supuesto. Y de lo malo también... ¡Pero para actuar a continuación!

– ¿Deberíamos ir a un psiquiatra al menos una vez en la vida?

– Para muchos no sería necesario. Pero conocernos a nosotros mismos es muy útil, aunque no padezcamos ninguna enfermedad mental, algo que sigue teniendo un estigma muy daniño.

– Cuando un reputado experto como usted habla con alguien que acaba de conocer, ¿la deformación profesional le lleva a 'analizarle' desde un punto de vista psiquiátrico?

– Daría mucho trabajo y el trabajo intento dejarlo en la consulta.

– Y si yo le pregunto ahora de repente cuánto gana y cuántas veces tiene sexo a la semana, como hace David Broncano en 'La Resistencia', ¿qué pensaría de mí?

– Que es usted muy curiosa.

– ¿No impertinente?

– No. Las preguntas sobre sexo o dinero no son extrañas. Otra cosa es que somos dueños de contestarlas o no.

– ¿Por qué el sexo y el dinero parecen ser lo que más interesa?

– ¿Es su caso?

– Mmmm, le acaba de salir el psiquiatra que lleva dentro. Quizá estén ambas en mi top 10, sí.

– Bueno, lo que le quiero decir es que cualquier pregunta es válida.

– Pero no me va a contestar a lo del sexo y el dinero, ¿verdad?

– En este momento, no. En otro contexto... seguro que sí.