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Óscar Beltrán de Otálora e ilustraciones de víctor santos
Martes, 18 de octubre 2022, 19:00
En los años 70, la presencia en España de la OAS era ya residual. Si en 1962 disponía de campos de entrenamiento y se podía mover por el país con absoluta impunidad, como se explicó en el primer capítulo de esta serie, una década más tarde, gran parte del movimiento violento había desaparecido. Muchos de los terroristas franceses, que cometían atentados para luchar contra la antigua colonia francesa de Argelia, habían vuelto a su país tras acogerse a programas de reinserción. Tal y como se relató en la segunda entrega, los exmilitares franceses que no se habían beneficiado por una amnistía ordenada por el general Charles de Gaulle habían huido a Sudamérica o se habían desvinculado del movimiento. Pero una parte de estos pistoleros, vinculados de forma especial al hampa, fueron reclutados para poner en marcha la 'guerra sucia'.
La historiografía oficial considera que la campaña de asesinatos contra dirigentes de ETA se decidió después de que un comando de la banda matase al presidente del Gobierno, Carrero Blanco, el 20 de diciembre de 1973. El primer muerto en un atentado de este tipo fue Iñaki Etxabe, hermano del que fuera dirigente de ETA Juan José Etxabe. Fue tiroteado en su hostal del alto de Campanzar en 1975, en un ataque que no fue reivindicado y que nunca no ha sido aclarado. Con anterioridad, un grupo de terroristas había intentado matar a Josu Urrutikoetxea, 'Josu Ternera'. La acción más significativa sería la muerte de José Miguel Beñarán, 'Argala', al estallar una bomba colocada en su coche, ataque perpetrado en Anglet el 21 de diciembre de 1978. Este crimen se considera una venganza por parte de aparatos del Estado al asesinato del almirante Carrero Blanco.
Uno de los nombres claves en esta escalada es el exparacaidista y 'pied noir' Jean Pierre Cherid, miembro también de la OAS y relacionado con los terroristas de ultraderecha que habían encontrado refugio en la España franquista. Este pistolero falleció en 1984 en Biarritz cuando manipulaba una bomba destinada a atentar contra ETA. Su viuda, Teresa Riló, y la periodista Ana María Pascual publicaron en 2019 un libro titulado 'Cherid. Un sicario en la cloacas del Estado' en el que narran los movimientos de este mercenario en la 'guerra sucia'. Cherid estaría implicado en el nacimiento del Batallón Vasco Español y en numerosas acciones de la guerra sucia, entre ellas, el citado asesinato de 'Argala'. Uno de sus contactos con las fuerzas de seguridad era Antonio González Pacheco, 'Billy el Niño', el policía de la Brigada Político Social acusado de torturas y al que el Congreso votó a favor de retirarle las condiciones en 2020, año en el que murió a causa del Covid.
Cherid no fue el único miembros de la OAS que terminaría en la guerra sucia. También fue investigado por su relación con los GAL, Christian Hittier, un ultra vinculado al movimiento 'Jeune Nation' y que está considerado el reclutador de los GAL. El propio comisario José Amedo, en un libro, le califica del reclutador de este movimiento terrorista puesto en marcha por dirigentes socialistas como el ministro del Interior, José Barrionuevo. Hittier abrió la puerta a Amedo al hampa marsellesa, donde fueron contratados varios sicarios que participaron en acciones contra ETA. La OAS ya no existía como tal pero sus miembros seguían siendo activos en el mundo de la delincuencia y de los terroristas de extrema derecha que campaban por Europa en los años más calientes de la guerra fría.
Uno de los delincuentes franceses que vincula a Cherid con los movimientos más oscuros de los terroristas ultras es el miembro de la OAS Yves Guillou, más conocido como Yves Guérin-Sérac. Este exparacaidista de élite que luchó en Argelia fundó en los 60 'Aginter Press', una falsa agencia de prensa con sede en Lisboa que encubría una firma para reclutar mercenarios que lucharon en África y Sudamérica -Cherid fue uno de ellos- pero también servía de enlace para los movimientos violentos ultras. Cuando en 1974 se produjo la revolución de los Claveles que puso fin a la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar, Yves Guillou se refugió en España. Su socio era el terrorista italiano Stefano Della Chiae, un neofascista vinculado con la represión en lugares como Chile o Bolivia. Della Chiae fue militante del MSI italiano, el mismo partido en el que comenzó su carrera Giorgia Meloni, la vencedora de las últimas elecciones italianas. En España se le implicó en incidentes como el asesinato de dos jóvenes carlistas en 1976 en Montejurra. Cherid también estuvo en aquellos sucesos.
Un caso paradójico es el de Clement Perret, un ciudadano francés asesinado en 1985 por ETA en el restaurante del aeroclub de Castellón de la Plana. Este ciudadano galo había tenido relaciones con Jean Pierre Cherid y algunos medios le habían vinculado con las actuaciones del GAL en el País Vasco francés. El terrorista que acabó con su vida fue Henri Parot, un 'pied noir', nacido en Argelia y antiguo legionario que se había radicalizado en Bayona. El grupo que dirigía era un grupo itinerante que dependía de la dirección de la banda, compuesto en su mayoría por ciudadanos franceses y bautizado como 'comando Argala'. Fue responsable de 38 asesinatos.
En los 70 y los 80, la OAS ya no existía y sus miembros eran carne de cañón para el hampa marsellesa o corsa y para las bandas de mercenarios. En Francia, su memoria se fue disolviendo ya que se trataba de un pasado demasiado incómodo que recordaba los desmanes del fin del colonialismo. El presidente Macron viajó en septiembre de este año a Argelia y en su agenda llevaba la memoria histórica del conflicto francoargelino. Retomar este tema reabrió heridas a los lados del Mediterráneo y los agravios históricos volvieron a salir a la luz. La intención del presidente de analizar cuestiones como la OAS, los crímenes de Estado o las diferentes matanzas -60.000 'harkis', los soldados argelinos que lucharon al lado de la metrópoli fueron asesinados tras la independencia- supusieron la vuelta a las trincheras de una sociedad que no quiere discutir su pasado colonial.
Víctor Santos (Valencia, 1977) es uno de los grandes dibujantes de cómic españoles. Su trabajo tiene una difusión internacional -EEUU, Francia, Italia, China y Japón- y una de sus obras, 'Polar', ha sido llevada al cine por Netflix. Santos ha ganado seis premios del Salón Internacional del Cómic de Barcelona y tres del certamen de Cómic de Madrid. También ha estado nominado al Eisner, los 'oscar' del cómic.
El considerado último atentado de la OAS había tenido lugar en 1993 y mostró el patetismo del final de esta organización. Tres antiguos militantes, ya sexagenarios, tirotearon en Montpellier a un antiguo camarada, Jacques Roseau. Le mataron porque no estaban dipuestos a perdornarle la 'traición' de haber evolucionado políticamente y estar dispuesto a apoyar al RPR, un partido de derechas que continuaba la tradición política del general De Gaulle. En una demostración de sectarismo sangriento abrieron fuego contra él al grito de: 'Viva la OAS'.
Con este capítulo termina la serie: puedes consultar aquí los episodios anteriores.
Capítulo 1. 1962. Matar a De Gaulle desde Euskadi
Capítulo 2. 'Guerra sucia' en la central nuclear de Vandellós
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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