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Ha llegado el momento de retroceder un siglo. Bienvenidos a las noticias de noviembre de 1921, que nos muestran un Bilbao y una Bizkaia a veces sorprendentes en su diferencia y otras, extrañamente parecidos a los nuestros: como cada mes, copiaremos una selección procedente de 'El Pueblo Vasco' y 'El Noticiero Bilbaíno' y centrada en los sucesos, los avisos oficiales y la publicidad de índole más local. No son todas las noticias de la misma fecha, sino que se fueron publicando a lo largo del mes correspondiente, y están tal cual, incluidos los títulos en negrita, con mínimas adaptaciones en la ortografía y la puntuación. Las tres primeras, eso sí, se refieren a sucesos ocurridos en la accidentada festividad de Todos los Santos de aquel año.
Tragedia en la Estación del Instituto. Sobre las siete de ayer tarde, se desarrolló un sangriento suceso en la estación del ferrocarril de Lezama, de la plaza del Instituto. Con motivo de la aglomeración de viajeros para el cementerio de Vista Alegre, se nombró por el capitán de la Compañía de Seguridad un servicio extraordinario a cargo de los guardias Raimundo Bilbao, Rafael Alonso, Pelayo Herrero, Isaías Ijelmo y Ricardo Serrano. Dichos guardias tenían órdenes terminantes de no dejar al público acercarse al túnel, ni subir a los trenes más viajeros que los que cabían en cada coche. Sin novedad había transcurrido el día cuando, a la hora citada, el guardia Serrano parece sostuvo un altercado con el capataz de vías y obras de la compañía, don Juan Bilbao, y con un peón de la brigada, llamado José Careaga, que le acompañaba, por si dichos empleados no fueron reconocidos por el guardia Serrano y les prohibió entrar en el túnel. Los empleados debieron insistir y eso dio lugar a un ruidoso incidente, que terminó con que el guardia sacara su pistola y disparase contra dichos empleados (...). El guardia Serrano cesó de disparar, según se dijo, cuando se le agotaron las cápsulas que llevaba en el cargador. El capataz señor Bilbao cayó mortalmente herido en brazos de sus compañeros.
Muerta por el tren. De uno de los últimos trenes que en la estación de Derio trataron de tomar algunos viajeros se cayó una mujer, que fue cogida entre los topes de dos vagones. Fue conducida a un edificio próximo en donde se vio que tenía lesiones mortales de necesidad (...). Se llamaba Victoria Ortega, de 44 años de edad, viuda, natural de Burgos, y era portera de la casa número 10 de la calle del Convenio de Vergara [la actual Cantalojas], en cuyo piso sexto habitaba. Se dijo también que esa mujer iba a llevar ornamentos fúnebres a una sepultura, por encargo de una familia.
Corneado por una vaca. También en Derio, pero a primera hora de la tarde, se registró otro desgraciado suceso, cuyas consecuencias, por fortuna, no fueron de tan suma gravedad. Fue una vaca que se desmandó, yendo a alcanzar a Antonio del Río, anciano de cincuenta y nueve años, a quien brutalmente corneó. Trasladado sin pérdida de tiempo al hospital civil, se le asistió convenientemente, apreciándole una herida contusa en la región parietal izquierda y conmoción cerebral.
Pérdida. El domingo se extravió una piel negra de nutria en el trayecto Arenal, Puente y Gran Vía. A quien la entregue en esta administración se le gratificará.
Una carga. Sobre las diez y media de la noche del domingo, una numerosa cuadrilla de amigos cantaba por la calle de las Cortes canciones que los guardias de Seguridad consideraron ofensivas a la moral. Dichos guardias cerraron el paso a la cuadrilla y les invitaron a callar, pero uno de ellos, llamado José Balsa, se insolentó contra uno de los guardias para derribarlo al suelo, averiándole la capa. Entonces este guardia y su compañero desenvainaron los sables y dieron una carga contra los de la cuadrilla, despejando la calle y quedando solo herido el José Balsa, escapando sus compañeros por diferentes direcciones. El José Balsa fue curado en la Casa de Socorro de lesiones en los brazos, afortunadamente no graves.
¡Qué pasatiempo mejor / puede haber al despertarse / que unas gotas del Licor / del Polo, para enjuagarse!
Un gorrón. Ayer al mediodía fue detenido en Uribitarte, a instancia de un tabernero, un individuo que se comió una ración de cocido con pan y vino y postres y después se negó a pagar.
Destrozado por un tren. El tren descendente del Norte que el domingo pasó por Arrigorriaga a las 9,55 de la mañana arrolló a un hombre que quiso atravesar la vía. El desgraciado resultó destrozado. El juzgado acudió al lugar del suceso, pero en el cadáver no pudo hallar documento alguno que sirviera de identidad. Solamente se le hallaron en el bolsillo diez pesetas en plata. El cadáver aparenta unos 35 años de edad. Vestía chaqueta y pantalón azules, camisa, interior y calzoncillos blancos, así como las alpargatas, y llevaba boina azul.
Un ruso de abrigo. Don Fermín Gama, con domicilio en la calle Ibáñez de Bilbao, ha denunciado al juzgado de guardia que al súbdito ruso Mario Kalsan, para establecer una sastrería en la calle de Hernani, le adelantó 2.000 pesetas que con toda clase de apuros y súplicas le pidió. Establecida la sastrería, el ruso la traspasó y ha desaparecido de Bilbao con el dinero del traspaso, pero sin abonarle las 2.000 pesetas. Se han dado las órdenes de busca y captura del aprovechado moscovita.
Un aficionado al canto. Apolinario Navarro se dirigía pacíficamente, tal vez a su casa, y por la calle de la Autonomía, en la hora del amanecer. Advirtió el canto de un gallo y, atraído por su grata voz, se detuvo unos momentos y, familiarizado con la idea de llevarse consigo al divo, saltó la tapia, cazó al cantante y emprendió con él veloz carrera. Pero la Policía, enemiga de estos diletantes, le cortó la retirada.
Un sátiro. Ha sido admitida por el juzgado de instrucción una denuncia contra un industrial del Distrito del Centro, acusado de un delito penado en el código, siendo la víctima una niña de pocos años.
Los descuideros. Han reaparecido en Bilbao. Ayer fue sorprendida en la entrada del Hospital de Basurto la vecina de Sestao Adela Labeitia y lindamente le sacaron de un bolsillo de la falda 20 pesetas que cuidaba con esmero, como el viejo jardinero del vergel, pero que no obstante pasaron a peores manos. Los afanosos rateros salieron de naja, sin que hayan podido ser detenidos.
Horrible desgracia. Ayer, sobre las dos de la tarde, ocurrió una desgracia en Santuchu (Begoña). La vecina Guadalupe Guinea, de 32 años, llevaba en brazos a su hijito de cuatro meses José Blanco Guinea, y se le ocurrió cepillar la chaqueta de su esposo, que estaba en una silla. Al coger la chaqueta, se cayó de uno de los bolsillos una pistola cargada que, al golpearse contra el suelo, se disparó. La fatalidad hizo que el proyectil atravesara la mano derecha a la madre, destrozándole un metacarpiano, y que después penetrase por la región lumbar de la criaturita, quedándosele alojada en dicha parte. Madre e hijo fueron trasladados por los demás familiares al cuarto de socorro, en donde se calificó el estado del niño de gravísimo y el de la madre, de pronóstico reservado. Se dispuso que ambos fueran conducidos al hospital civil, en donde el niño falleció poco después.
Uno de besuguez. Ha sido denunciado a la Alcaldía el individuo Casimiro Hernández, el cual se negó a descubrirse al paso del Santo Viático por el puente de San Antón, alegando, al ser requerido para que lo hiciera, la poderosa razón «de que no le daba la gana».
Lamentable distracción. Al pasar por la calle de Hernani el muchacho de 12 años Esteban Salazar, un transeúnte, que desapareció, le clavó la punta del paraguas en el ojo derecho. El muchacho fue auxiliado por otras personas, que le acompañaron al cuarto de socorro, en donde el médico le hizo la primera cura.
Un pobre Valbuena. El guardia municipal de servicio en la calle de Hurtado de Amézaga detuvo, a las ocho y media de la mañana de ayer, al individuo Narciso Setrite Moya, de 23 años de edad, el cual se fingió víctima de un accidente durante la celebración de la misa en el Convento de las Reparadoras, en Zabálburu. Se trata de un sujeto que se dedica a simular tales accidentes, con propósito de inspirar la compasión de las gentes y obtener unas monedas.
Denunciando el juego. Nos dijo anoche el gobernador que había recibido una carta en la que se le denunciaba que en los bares y cafés, especialmente en los de los barrios altos, se juega descaradamente al esperanto, al subastado, julepe y otros, con detrimento de algunos incautos que son explotados por los vividores. Añadió el señor Regueral que, apenas tuvo conocimiento de la denuncia, dio las oportunas órdenes para que se prohíban en todos los bares y cafés los citados juegos de naipe, apercibiendo a los dueños de dichos establecimientos que serán multados con 500 pesetas si consienten que en los mismos se realicen los citados juegos.
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