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Ha llegado el momento de retroceder un siglo. Bienvenidos a las noticias de mayo de 1921, que nos muestran un Bilbao y una Bizkaia a veces sorprendentes en su diferencia y otras, extrañamente parecidos a los nuestros: como cada mes, copiaremos una selección procedente de 'El Pueblo Vasco' y 'El Noticiero Bilbaíno' y centrada en los sucesos, los avisos oficiales y la publicidad de índole más local. No son todas las noticias de la misma fecha, sino que se fueron publicando a lo largo del mes correspondiente, y están tal cual, incluidos los títulos en negrita, con mínimas adaptaciones en la ortografía y la puntuación.
Un teniente mata sin querer a su hijo. Circularon anoche insistentes rumores de que en Valmaseda había ocurrido un terrible accidente, del que fue protagonista involuntario un oficial de la guardia civil. Procuramos informarnos y de nuestras averiguaciones resultó que el hecho ocurrió en la siguiente forma. Serían las cuatro de la tarde cuando el teniente-jefe de línea de la Guardia Civil de Valmaseda, don Francisco de Escalza, se hallaba en su pabellón del referido cuartel de Valmaseda, examinando su pistola de reglamento. Con el fin de aislarse, se metió en su despacho y cerró la puerta. Sin duda, pasó por su imaginación echar el pasador, para evitar que alguno de sus hijos entrase en aquellos momentos, pero se le olvidó. Cuando más entretenido se hallaba reconociendo el arma, penetró su hijo Arturo, de 12 años de edad, y se fue hacia él, abrazándole y dándole un beso. En aquel momento, la fatalidad hizo que el arma se disparase y que el proyectil alcanzase al niño, el cual cayó muerto instantáneamente. La bala le había penetrado en el corazón. El señor Escalza se abalanzó presuroso sobre el niño, con el fin de reanimarlo, creyendo tal vez que solo estaba herido; pero, al ver su inmovilidad y rigidez, se dio cuenta de lo terrible de su desgracia. No tardaron en entrar personas de su familia y algunos guardias, los cuales, según se decía, evitaron que el señor Escalza se suicidara, presa de horribles crisis nerviosas que la desgracia le producía.
Subsistencias que vuelan. Desde un montante de un patio de la casa número 20 de Miravilla, unos sujetos validos de una cuerda cogieron por una ventana de la tienda de María Juste, establecida en la lonja de dicha casa, una cesta que contenía 32 chorizos, 3 botellas de anís del Mono, una de vino quinado, dos de ron escarchado y 14 paquetes de 60 céntimos. Cuando marchaban por Zorroza con la cesta, dio la casualidad de que por allí pasó D. Lino Guantes, inspector de la policía municipal de Bilbao, y les preguntó de dónde habían sacado la cesta. Como se turbaran, los llevó a la comisaría y allí confesaron su delito. Dijeron llamarse César Pedrosa y Ramón Ortega, de 17 y 20 años de edad, respectivamente.
Botero herido. A las tres de la tarde del domingo, el individuo Venancio Bilbao solicitó del botero del muelle de Zorroza pasaje para Zorrozaurre. El botero, anciano de 64 años llamado Bonifacio Larrochu Uriarte, accedió a pasarle al otro extremo. En el centro del río, el Venancio se incomodó con el anciano y, con uno de los remos, le golpeó, dejándole gravemente herido. El agresor llevó el bote a Deusto y allí saltó a tierra, escapándose.
Blanco como un lirio parece el sombrero de paja más tostado y sucio después de limpiarlo con el Strobia mejorado (50 céntimos en droguerías y bazares).
Los miñones de Begoña detuvieron ayer en Bilbao a la joven Mercedes Soleron, por sustraer en un convento una alfombra valorada en 200 pesetas y que vendió en 32 pesetas en una taberna de la calle de Bailén, en donde fue recuperada.
Detención comentada. Ayer, después que entró la procesión en Santiago, una joven y una señora de más edad marcharon por la Ribera hacia una casa de la calle de San Francisco, en donde esa joven se hospeda. Al atravesar por el Puente de Hierro, un joven que las seguía llamó a un municipal y le ordenó que, bajo su responsabilidad, detuviera a la muchacha, que era hermana suya y se hallaba fugada del domicilio paterno desde hacía tiempo. El guardia cumplió la orden, entre las protestas de la joven, que fue llevada a la prevención municipal. Allí dijo llamarse María Teresa Bellver y Márquez, tener 22 años, ser natural de La Habana, de donde sus padres, que ya fallecieron, la trajeron a España de niña. Añadió que había estado sirviendo en Barcelona, en casa de un señor cónsul, hasta que este volvió a su país con su familia y ella quedó sin colocación, viniendo a Bilbao hace unos días, pero de paso para Santander. Terminó diciendo que al joven que ordenó la detención no le conoce ni de vista y que podía asegurar y probar que se trataba de una equivocación. El joven manifestó llamarse Agustín Fernández y juró y perjuró que la citada joven era su hermana, como lo demostraría yendo al pueblo en busca de sus padres, los cuales vendrían a Bilbao para justificar cuanto él decía. Y pidió que a la muchacha la retuvieran hasta que se hiciera la diligencia que solicitaba. La joven carece de documentos y dijo que los tenía en Barcelona, a donde se podían pedir. Iba muy bien vestida y lucía bonitos zapatitos de charol. A última hora de la tarde, el joven que ordenó la detención acudió con sus padres y la muchacha siguió negando que fuese su hija. Hubo lloros y, al fin, lograron hacerle confesar que los reconocía como sus padres, que son vecinos de Somorrostro. Con ellos marchó la joven.
Dos ahogados. A las seis y media de la mañana de ayer, apareció flotando sobre las aguas de la ría el cadáver de un hombre, como de unos 22 años, que no pudo ser identificado. Personado el Juzgado, ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al depósito judicial del cementerio. Frente al Teatro de Arriaga, apareció otro cadáver, que resultó ser el del joven de 22 años Manuel María Blanco, según la certificación de nacimiento que se le encontró en uno de los bolsillos de la americana.
La vendedora de leche Eduarza Zuazua fue requerida ayer para que no taponara los cántaros de la leche con rodetes de trapos sucios que llevaba puestos, y, lejos de obedecer, se insolentó contra el municipal y le insultó.
Salón Vizcaya. Hoy domingo, tres colosales secciones a las cinco y siete de la tarde y diez y media de la noche. Penúltimo día de actuación de la notable bailarina Encarnita Unamuno, que tan brillante temporada está realizando, tomando parte además La Tortolita, The Franatos, Gloria Myrtal, que debutó el viernes con gran éxito, y Los Luxenti.
¡Un loco! Ayer promovió un ruidoso incidente en el Mercado Viejo un individuo en cuyas actitudes revelaba deplorable extravío mental. Protestaba de que una joven y bella vendedora de pescado que estaba en el pabellón del fresco no le correspondiera a sus frases de cariño. Para detenerle, los gubernativos apelaron a la fuerza. En el calabozo se dio tremendos golpes contra la pared, no cesando de dar gritos.
Las víctimas del alcohol. Los serenos encontraron anoche tendido en la calle de San Francisco a un pobre anciano que no daba señales de vida. Sin pérdida de momento, se le trasladó al Cuarto de Socorro del Centro, pero para cuando llego allí era ya cadáver. Al infeliz se le encontró una cédula en el bolsillo, por lo que se pudo identificar su personalidad. Se llamaba Pedro Mallaviarrena, tenía sesenta años y se hallaba hospedado en la taberna de Bengoa. El Juzgado de guardia se personó en la Casa de Socorro, ordenando el traslado del cadáver al depósito judicial. Con certeza no se conocen las causas de su muerte, pero, según todas las probabilidades, debió fallecer a consecuencia de un agudo ataque de alcoholismo. El infortunado había sido tabernero y tuvo establecimiento en Achuri, donde era muy conocido.
Otro desahucio frustrado. Ayer tarde se personó el Juzgado municipal del Ensanche en la casa número 7 de la calle de las Cortes, para cumplimentar una sentencia de desahucio recaída contra la inquilina del piso tercero, Julia Mijancos. El lanzamiento se efectuó sin incidentes y los muebles quedaron en plena calle. La presencia del Juzgado produjo cierto revuelo entre la vecindad y mucha gente presenció la diligencia. Cuando el Juzgado se retiró de la casa, los vecinos cargaron con los muebles, subiéndolos al piso, donde quedó nuevamente instalada la inquilina.
Conferencia. El culto señor inspector jefe médico escolar de Bilbao, don José Hermosa, nos participa en atento besalamano que, siguiendo el curso de lecciones orales en las escuelas organizadas para el presente año académico, dedicará una lección a las alumnas de la Escuela Práctica de la mujer, en las escuelas de Indauchu, el día 25 del actual, a las cuatro de la tarde, sobre el tema 'Higiene del hogar'.
Atentado y agresiones. Sobre las diez de la noche del domingo fueron requeridos los serenos Isauro Pascual y Anastasio Fernández por la dueña de la casa número 24 de Miravilla, para que acudieran a detener a Fructuoso González Arbaiza, de 19 años, que estaba abofeteando a una pupila de la casa. Los serenos acudieron y detuvieron al individuo en cuestión y a la joven agredida. Ya en la calle, tres amigos del Fructuoso se arrojaron sobre el sereno Isauro Pascual, quitándole la lanza, con la que le dieron dos tremendos golpes derribándolo al suelo. Entonces se dieron a la fuga. El sereno, en unión de su compañero, persiguió a los agresores, dando alcance al González, teniendo necesidad de hacer algunos disparos con su pistola.
Detención. Ayer los agentes de Vigilancia penetraron en una casa de la calle de las Cortes y se llevaron detenida a una agraciada joven. Según parece, se trata de una echadora de cartas que ha sido denunciada por personas que se han quejado de ser engañadas en su buena fe.
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Por la moralidad. El señor Aguirre denunció al alcalde actos de inmoralidad que se registran en la subida de Solocoeche. El señor Laiseca, accediendo al ruego que el referido capitular le hizo, ordenó que se aumentase la vigilancia en aquellos contornos.
Un crimen en Begoña. Sobre la una y media de la tarde del domingo se desarrolló un sangriento suceso en Begoña, en terrenos de un caserío propiedad del vecino de Archanda José Bilbao. Parece que un sujeto llamado Emilio Prados, de 34 años, casado, cantero y vecino del barrio de Uríbarri, pretendió pasar por terrenos del caserío, a lo que se opuso el joven José Bilbao, de 19 años, hijo del dueño, advirtiéndole que se causaba daño a los sembrados si al público le daba por convertirlos en tránsito. Según de rumor se decía, se suscitó un altercado y el Emilio, con un cuchillo, lo acometió, clavándole el arma en el vientre. El pobre muchacho cayó al suelo con tremenda herida, por la que se le salían los intestinos, y entonces el agresor, con ironía, le dijo: «¿Y ahora, se puede pasar?». Y se dio a la fuga. El herido pidió socorro a varias personas y fue llevado al cuarto de Socorro del Ensanche, donde se le hizo la primera cura, calificando su estado de gravísimo (...). El activo jefe de miñones del puesto de Begoña don José María Trueba, conocedor del suceso, marchó con los miñones señores Bea y Betes en busca del agresor, logrando detenerle, oculto detrás de unas camas viejas y muebles en desuso, en su domicilio.
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