El niño al que mataron con un paraguas en el cine y otras historias del Bilbao de hace un siglo
Noticias fósiles ·
La trágica muerte de David Fernández marcó la actualidad de aquel febrero de 1921, en el que también se informó sobre guardagujas selváticos, apuestas sobre sacos de patatas, anguleros tiroteados y trillizos en Barrika
Ha llegado el momento de retroceder un siglo. Bienvenidos a las noticias de febrero de 1921, que nos muestran un Bilbao y una Bizkaia a veces sorprendentes en su diferencia y otras, extrañamente parecidos a los nuestros: como cada mes, copiaremos una selección procedente de 'El Pueblo Vasco' y el 'Noticiero Bilbaíno' y centrada en los sucesos, los avisos oficiales y la publicidad más local. No son todas las noticias de la misma fecha, sino que se fueron publicando a lo largo del mes correspondiente, y están tal cual, con mínimas adaptaciones en la ortografía y la puntuación.
Los coros de Santa Águeda. Concurrió al despacho oficial de la Alcaldía don José María Acha, para rogar al alcalde que autorizase la salida de los coros de Santa Águeda, el día cuatro, y el señor Laiseca denegó la petición prudentemente para evitar los espectáculos de otros años, en que por respetar esa costumbre se han registrado graves incidentes de carácter político.
Un muchacho moribundo. Anoche, sobre las once y media, se desarrolló un sangriento suceso en el Salón Olimpia, en la parte destinada a entrada general. En uno de los bancos delanteros de dicha localidad había algunos muchachos comentando la película, y uno de ellos, al parecer, se permitió algún comentario censurable que causó la protesta de otras personas mayores que se hallaban en los bancos posteriores. Entre esas personas había un individuo, que es maletero, el cual amonestó indignado a los muchachos. Estos, al parecer, lo tomaron a broma y repitieron su falta, entre risas y frases. Entonces el maletero, indignado, tiró su paraguas de punta contra uno de esos muchachos, con tan mala suerte que la contera, de hierro, afilada, le penetró por la ceja izquierda, clavándose hasta el tope (...). Se mandó recado a su casa y acudieron los hermanos del pobre muchacho. Uno de ellos es don Facundo Fernández, dueño de la joyería y relojería de la calle de San Francisco, 49, en la que, por cierto, hace unas noches se cometió un importante robo. Después de la emoción del momento dijo que su hermano, el herido, se llamaba David Fernández Zapatero, de 14 años de edad, natural de Bilbao y habitante con él y demás familia en el piso primero izquierda de la referida casa de la calle de San Francisco, en donde tienen la relojería y en la que David está aprendiendo el oficio de relojero. Añadió que David nunca había salido solo de casa por la noche, pero que ayer, después de cenar, hubo en la calle de San Francisco una serenata que daba una banda de música, con motivo de ser Santa Águeda, y David pidió permiso a su padre para irse al cine (...). El juzgado se trasladó a la comisaría de Vigilancia y tomó declaración al maletero agresor. Se ignora lo que dijo. Se sabe que se hallaba afectadísimo y lloraba. Parece manifestó llamarse Bernardino Sarasola Ibarrola, de 39 años, soltero, natural de Gordejuela, habitante en la calle de Ripa, 7, sexto piso (...).
A la cárcel por inmoral. Ha sido detenido y puesto a disposición del juzgado de guardia, en virtud de denuncia presentada por don Gregorio Munerilla, el joven de 19 años Andrés Sanz Alonso, natural de Pineda (Valladolid), al que se acusa de un repugnante delito.
De Castro-Urdiales. Benigno López, de 25 años, obrero de un coto minero de Setares, apostó con un compañero suyo a que llevaba a sus espaldas desde esta ciudad a Setares dos quintales de patatas, con la condición de que había de quedarse con las patatas más 25 pesetas. Así lo hizo el Benigno en poco más de tres horas. Pero, a la hora de ponerse de acuerdo sobre el pago de lo convenido, riñeron, asestando el ganador a su contrincante una puñalada en el costado izquierdo. Ingresó en la cárcel.
Hay que terminar con los abusos. El cochero Felipe Casas ha sido denunciado a la Alcaldía por haber cobrado a dos viajeros 3 pesetas por una carrera comprendida dentro de la primera zona, siendo así que solo debió cobrarles 1,50.
Un guarda-agujas selvático. En el Gobierno civil se recibió ayer un oficio de la Guardia Civil de Sopuerta, dando cuenta de que el guarda-agujas de la estación de Traslaviña llamado Juan Racini, en un momento de instintos selváticos, agredió con un hacha a su mujer, de nombre Adelina Cuesta. La infeliz esposa resultó con una herida gravísima en la cabeza.
Triste desenlace. En el hospital civil de Basurto ha fallecido el joven de 13 años David Fernández, que como recordarán nuestros lectores fue herido mortalmente hace unos días por un espectador en el cine Olimpia, al arrojarle el paraguas.
Sereno brutalmente agredido. A las doce y media de la madrugada, los jóvenes Marcelino Utrilla, Gregorio Fernández Lamina y Narciso Nogal Pérez penetraron en una taberna de la calle de las Cortes, propiedad de don Evaristo Otero. Pidieron un cuartillo de vino y el tabernero se lo sirvió en el acto. A la hora de pagar, los jóvenes dichos se negaron a abonar la consumición, alegando que les parecía caro lo que habían trasegado, y hay que advertir que se les pedía sesenta céntimos, o sea el precio corriente, el que se paga en casi todas las tabernas. El dueño llamó al guardia municipal nocturno allí de servicio, Eusebio Rodríguez, el cual, al conocer el origen de la disputa entre los parroquianos y el tabernero, hizo presente a los primeros que no tenían razón para protestar y que, por tanto, debían pagar la consumición. Entonces, los salvajes se abalanzaron sobre el guardia, le desarmaron y, con su propia lanza, le agredieron brutalmente, arrastrándole por el suelo y destrozándole el uniforme. De no haber intervenido a tiempo el dueño de la taberna y algunos parroquianos, mal lo hubiera pasado el sereno.
Causa por homicidio. Ante el Tribunal del Jurado compareció ayer, para responder de un delito de homicidio, el procesado Juan Bermejo Gomezo. A las siete de la tarde del día 12 e abril de 1920, el procesado, sindicalista, repartía hojas impresas alusivas a una huelga de obreros y, encontrándose en el Camino de La Peña con Santiago Hierro Castaños, le ofreció una de aquellas hojas y, como se negara a recibirla, discutieron, en cuyo acto el Juan Bermejo sacó una pistola Browning y, haciendo dos disparos sobre el Santiago, alcanzó al niño de ocho años Juan Ubierna, produciéndole una lesión de la que falleció al poco tiempo (...). El Tribunal de Derecho dictó sentencia, condenando al procesado a la pena de seis años y un día de presidio correccional, accesorias, costas y 2.000 pesetas para los padres de la víctima como indemnización civil.
Una joven desesperada. La guardia municipal de Baracaldo ha comunicado al gobernador civil que en la mañana de ayer apareció flotando sobre las aguas del río Galindo (Retuerto), próximo al Molino Viejo, el cadáver de una mujer. Identificado, resultó ser el de la joven de 21 años Felipa Delgado, domiciliada en San Vicente, 11, bajo. Según todas las probabilidades, se trata de un suicidio, pues la joven Felipa salió de su casa el domingo con ánimo de suicidarse, según indicó a algunas personas amigas.
Imprudencias infantiles. En el establecimiento de ultramarinos situado en la planta baja de la casa número 22 de la Alameda de San Mamés, estaban jugando ayer mañana los hermanitos Venancio y Sebastián Delgado, de 9 y 11 años de edad, respectivamente. El pequeño cogio un cuchillo de cortar embutidos y le dijo a su hermano que le iba a cortar la pierna. Efectivamente, le dio un corte en la pantorrilla derecha, tan profundo que le seccionó alguna vena, por cuanto sobrevino copiosa hemorragia que puso en peligro la vida del niño. Gracias a que acudieron personas mayores y con un pañuelo contuvieron la hemorragia. El niño fue asistido en la casa de socorro.
Equivocación lamentable. En la madrugada de ayer tuvo que ser asistida en la Casa de Socorro del Ensanche la mujer Manuela Galiaño de una fuerte intoxicación, a causa de haber ingerido equivocadamente cierta cantidad de tintura de iodo creyendo que lo que bebía era vino.
Dos atropellos. Ayer tarde se registraron en cosa de quince minutos dos atropellos graves, uno de ellos seguido de defunción, de los que han sido víctima dos niñas de siete y diez años respectivamente. A las seis menos cuarto, un autocamión atropelló en la calle de la Esperanza, frente al Café del Puerto, a la niña de diez años Mariana Sáenz, domiciliada en el número 26 de la expresada calle, tienda. El accidente fue muy aparatoso y esto dio lugar a que se reuniera bastante público. La niña fue auxiliada inmediatamente y conducida en un automóvil al cuarto de socorro del Ensanche, pero antes de llegar a dicho centro benéfico la infortunada falleció. El conductor del autocamión fue detenido. A las seis, otro automóvil, de la matrícula de San Sebastián, atropelló en Achuri a la niña de siete años Encarnación Echauri (...).
Un caso de fecundidad. En el pueblo de Barrica ha dado a luz un niño y dos niñas la mujer Petra Echegaray, esposa de un jornalero de aquella localidad. El matrimonio cuenta ya con nueve hijos.
Varias pinchadas. En la calle de Autonomía, unos desconocidos que después se dieron a la fuga agredieron, navaja en mano, a Marciano Monasterio, causándole varias heridas inciso-punzantes en la región lumbar, de pronóstico reservado.
Muerto por un tranvía. Un tranvía de la línea de Las Arenas arrolló a un hombre, matándolo, en jurisdicción de Lejona, cuando el infortunado intentaba atravesar la vía. El cadáver no ha sido identificado, pero, por el descuido con que vestía, se supone que se trata de un mendigo.
¡Hay que moderar la marcha! Al advertir el domingo el municipal de servicio en la Autonomía que un automóvil venía por la expresada vía a gran velocidad, salió al centro de la calle y, con el bastón levantado, trató de indicar al chauffeur que moderase la marcha. El auto se le echó encima, sin darle tiempo a retirarse, y, como tenía extendido el brazo con el bastón, este tropezó con el cristal que sirve de guardapolvo del carruaje. El cristal se hizo añicos y el chauffeur resultó con algunas contusiones sin importancia. Pero, entonces, los señores ocupantes del auto ¡hay que ver cómo pusieron al guardia!
¡Vaya una hazaña! Faustino Ontavilla penetró el domingo con varios amigos en una taberna de Sendeja y, después de promover un gran escándalo, se negó a pagar las consumiciones. Algunos parroquianos afearon la conducta de los desaprensivos jóvenes y estos, en lugar de moderar sus ímpetus, rebasaron los límites de la prudencia, gritando como energúmenos. En medio de aquel alboroto, uno de los del grupo sacó una navaja, con la que dio una cuchillada a un pellejo de vino, cuyo líquido se esparció por el suelo. Los salvajes rieron su hazaña y se largaron tan tranquilos. Únicamente fue detenido el Faustino Ontavilla.
Angulero tiroteado. En la madrugada de ayer, el angulero Julián Villa se hallaba en un bote cerca de La Peña, dedicado a pescar angulas. Desde la parte de tierra, un sujeto le insultó y además le disparó un tiro de arma corta. El angulero escapó y fue en busca de los serenos, denunciando lo que acababa de ocurrirle y añadiendo que el autor del disparo era un tal Santiago Soler, con el que tenía resentimientos antiguos.
Tribunales. En la sección primera de la Audiencia y ante el Tribunal del Jurado compareció ayer Rogelio Hernández Neira, acusado de un delito de homicidio (...). La tarde del 7 de agosto último, al dirigirse a la mina San Luis, el minero Rogelio Hernández Neira cuestionó con otro obrero llamado Fermín Blanco y, haciendo el primero uso de un revólver, disparó un tiro contra Fermín, causándole la muerte (...). El procesado declaró que, no solamente a él, sino que también a los demás compañeros de trabajo se les amenazaba por los obreros de otra mina para que se alistasen en el Sindicato Único y que el día de autos fue agredido por un grupo, resultando herido cuando tranquilamente salía de su casa para ir al trabajo. Después de dirigirse a la casa de socorro, se encontró con otro grupo, del que formaba parte el interfecto, el cual volvió a intentar agredirle al grito de «a estos de San Luis hay que matarlos», y entonces sacó el revólver y disparó. La mayor parte de las declaraciones de los testigos fueron favorables para el procesado. El jurado dictó veredicto de inculpabilidad y el procesado fue absuelto.
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