El palacio Munibe, construcción principal de la finca del mismo nombre ubicada en Etxebarria. El Correo
Tiempo de historias

Munibe: Los secretos reales de una casa palacio de novela

Enrique Gaytán de Ayala reconstruye la memoria y la vida del singular edificio de Etxebarria

Domingo, 2 de junio 2024, 01:06

Era una noche fría y lluviosa. Adolfo Urquijo e Ybarra, conde pontificio de Urquijo, estaba en la tertulia del Club Náutico de Bilbao. Se dirigió a uno de los mayordomos. «Llame por favor a mi casa y diga que me traigan mi abrigo número ocho», ... le pidió. «Adolfo, no nos vas a hacer creer que tienes ocho abrigos», le comentó un contertulio. «Ocho no, dieciséis», repuso el aristócrata, que «inmediatamente ordenó que se diera una contraorden para que enviaran al Club toda su colección de abrigos».

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La anécdota, que parece sacada de una novela de Evelyn Waugh, es real y es una de las muchas que recoge Enrique Gaytán de Ayala en 'Munibe: Historia y vida de una casa palacio del País Vasco', libro que acaba de publicar y que, como su título indica, no es una ficción. Es un recorrido histórico por este singular edificio y la finca de 65 hectáreas en la que se alza, en Etxebarria, lindando la propiedad con Markina.

Gaytán de Ayala (Bilbao, 1948) desarrolló su actividad profesional en el mundo forestal y del papel, pero es conocido sobre todo por su vínculo con la pelota y por haber sido presidente de la Federación Internacional de Pelota Vasca entre 1994 y 2002. Por eso, puede sorprender este interés por la historia local. Que, sin embargo, no es casual. Cuando en 2022 el palacio Munibe fue comprado a la Diputación de Bizkaia por los hermanos Solano Belausteguigoitia, Gaytán de Ayala participó en una visita en la que prácticamente acabó haciendo de guía para los nuevos dueños.

«Yo conocía bien el palacio, pues el que fue su propietario, el tío Ignacio Urquijo, como le llamábamos, era muy amigo de mi padre y nos dejaba a mi primo Alfonso y a mí, que paseábamos en bicicleta por la zona, corretear y jugar dentro de los magníficos jardines de la finca». Ese conocimiento de primera mano se ha convertido en la base de la parte mayor de este libro, escrito, de hecho, como respuesta a una sugerencia de Carlos Solano tras aquella visita. «Me dijo, 'con todas esas historias y anécdotas que sabes de Munibe, deberías de escribir un libro'. Y aquí estoy», rememora el autor.

Los viejos y los nuevos propietarios

La primera parte del libro habla de «los viejos propietarios», los condes de Peñaflorida, deteniéndose sobre todo en Francisco Javier María de Munibe (1728-1785), pensador y literato reformista, «factótum y primer director perpetuo de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País». En la segunda parte, se cuenta la historia de los siguientes dueños, los Urquijo, y en ella se vuelca la relación personal del autor con Munibe. «Se convierte en un libro de lo que los franceses llaman 'petite histoire', una descripción de la historia centrada en las anécdotas», comenta Gaytán de Ayala.

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Adolfo Urquijo Ybarra, I Conde de Urquijo.

Claro que se detallan las precisiones sobre la finca y el palacio en sí, «construido a principios del siglo XX por el arquitecto José María Basterra, con el asesoramiento de técnicos franceses e ingleses. Es un palacio campestre de estilo ecléctico». Pero en realidad todos estos datos y muchos más que aporta Gaytán de Ayala son el fondo, el escenario de un cúmulo de historias. Por el libro desfilan multitud de personajes, algunos históricos –Alfonso XIII, la emperatriz Zita, el archiduque Otto de Habsburgo, Joe Kennedy, hijo de Bob Kennedy, que estuvo en Munibe al poco de ser asesinado su padre...–, otros de menor relevancia, casi anónimos.

Pero no menos interesantes, como «una enigmática ama de llaves que nos tenía fascinados, tanto a mí como a mi primo», recuerda Gaytán de Ayala. «Era una mujer de edad indeterminada, de porte espléndido, con un pelo precioso intensamente blanco, sujeto en un moño, vestida rigurosamente de negro con un traje muy entallado».

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Se contaba de ella, «con mucho misterio, que era la hija natural de un grande de España que tenía un cargo relevante en el Palacio Real y que Alfonso XIII le había pedido a Adolfo Urquijo que la acogiese en Munibe», añade el autor. «Nunca nos dirigía la palabra, pero era una mujer cariñosa y habitualmente nos solía dar caramelos».

El palacio de Munibe fue vendido «a finales del siglo XIX por los hermanos Gortazar Arriola a don Adolfo Urquijo e Ybarra, conde pontificio de Urquijo, y a su esposa, María Martínez de las Rivas y Tracy. A la muerte en 1933 de Adolfo Urquijo Ybarra heredó la finca su hermano, Julio Urquijo Ybarra, conde carlista de Urquijo, quien en 1940 se la 'vendió' a su sobrino Ignacio Urquijo y Olano». Este último era el «tío Ignacio», otro personaje formidable, diplomático, historiador, vascófilo, bibliófilo, director de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, académico de Euskaltzaindia y de la Real Academia de la Historia.Entre otras cosas. El primero, Adolfo Urquijo, era el coleccionista de abrigos.

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Que, por cierto, se guardaban «en el cuarto principal, en un imponente armario» donde Adolfo Urquijo tenía también «sus uniformes de las distintas órdenes militares y de la Orden de Malta, dada su gran afición al boato y a la genealogía, lo que le llevó a que popularmente fuese conocido con el sobrenombre de Adolfísimo», cuenta Gaytán de Ayala.

El marquesado que no fue

Parece que Adolfísimo estuvo a punto de ser marqués y tan a mano vio el título que se adelantó y completó la decoración del comedor principal del palacio con representaciones de la corona correspondiente. Pero aquel marquesado no llegó. Esperaba obtener la distinción del rey Alfonso XIII por haberse hecho cargo del primer alojamiento de la emperatriz Zita de Borbón Parma (1892-1989) y su familia, «cuando llegaron de Madeira». La última emperatriz y reina consorte de Austria-Hungría se alojó en Munibe, hasta que su anfitrión lo organizó todo para que se estableciera en Lekeitio, en el palacio Uribarren.

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En 1992 el palacio sufrió un incendio que arrasó su valiosa biblioteca. E. C.

En 1992 Ignacio Urquijo cedió el palacio a la Fundación BBV. En noviembre de ese mismo año el edificio sufrió un incendio terrible que arrasó su histórica biblioteca, que contaba con unos fondos del siglo XVIII excepcionales. La Fundación BBV acometió la restauración del edificio, «gastando mucho dinero», pero al final «desechó la idea de continuar con el proyecto de Munibe». Urquijo revocó la cesión citada para donar el palacio a la Diputación, que le pagó una compensación de 550 millones de pesetas, unos 3,31 millones de euros. En agosto de 2022 la Diputación, que sumando los años de mantenimiento acabó gastando un total de 6 millones en la propiedad, la puso en venta en pública subasta, siendo adquirida por sus dueños actuales por 1,25 millones.

'Munibe: Historia y y vida de una casa palacio del Pais Vasco', de Enrique Gaytán de Ayala, se puede adquirir en las librería Troa y López, de Getxo; Astarloa y Cámara, de Bilbao; y en Kareaga, en Markina. También está disponible en Amazon.

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