Aunque el proyecto se desarrolló en los años veinte, las obras no comenzaron hasta 1950.

El largo siglo de apertura del canal de Deusto

El proyecto que más demoras ha sufrido en la historia de Bilbao nació en 1922 con la idea de cerrar el cauce natural de la ría en Olabeaga y no contemplaba formar una isla

Martes, 23 de marzo 2021, 01:46

En 1922 arrancó la propuesta que llevó a idear el canal de Deusto, que se terminó hace un par de años, casi un siglo después. Ha sido el proyecto que ha sufrido más demoras en la historia de Bilbao, el que ha llevado más ... tiempo. Lo que también se podría formular en un sentido contrario: los bilbaínos logran culminar sus obras, así que pasen los años. Cuestión de perspectivas.

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Ahora bien, aunque el diseño final del canal se parece al que pensaron en los años veinte del pasado siglo, las funciones que cumple son muy distintas a las que previeron entonces. Ese nuevo cauce se pensó dentro de una planificación de la parte superior de la ría que buscaba una transformación económica y portuaria de Bilbao y su entorno. También hubiesen cambiado elementos básicos de la organización urbana.

Era un proyecto complejo. De haberse llevado a cabo tal y como se concibió, además del canal de Deusto se hubiese transformado la ría de Asúa, cambiado la ribera de Olabeaga y construido un nuevo ferrocarril. Fue el plan más importante que desarrolló la Junta de Obras del Puerto de Bilbao en la primera mitad del siglo XX, de envergadura comprable a los proyectos de fines del XIX, cuando las obras de Churruca permitieron la explotación minera e industrial de la ría y la construcción del puerto exterior. La diferencia estuvo en que en una nueva coyuntura los planes no llegaron a realizarse, contra lo que sucediera medio siglo antes.

Para entender el proyecto hay que tener en cuenta que había pasado ya el periodo álgido de la exportación de hierro, que tendía a reducirse. Subsistían las actividades siderúrgicas, pero se entendió que la forma de abrir nuevas expectativas económicas era mejorar los muelles y los equipamientos de Bilbao. Además, quisieron crear una nueva zona industrial.

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El proyecto se designó como 'canal de desviación de la ría por la Vega de Deusto', e implicaba lo que prometía el título y más transformaciones. Fue impulsado por instancias públicas. El punto de partida fue una moción de Ramón de la Sota en la Diputación de Vizcaya, «relativa a la necesidad de estudiar la habilitación general, en todos los órdenes de toda la extensión del valle bajo del Nervión, comprendido entre Arrigorriaga y el mar, y más especialmente los accesos a Bilbao».

La propuesta fue en octubre de 1922 y al año siguiente la comisión que se formó al respecto formuló un «plan que consideramos muy favorable al puerto». Fue el que la Junta de Obras del Puerto de Bilbao manejó los siguientes años. La tramitación fue muy complicada, con muchas idas y venidas. Nacida la propuesta de un miembro nacionalista de la Diputación, el proyecto fue aprobado durante la dictadura de Primo de Rivera. Nos ceñiremos aquí al plan tal y como lo esbozó la memoria de 1927. Lo estudió una Comisión Mixta formada por representantes del Ayuntamiento de Bilbao y de la Junta de Obras del Puerto.

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Pueden distinguirse cuatro novedades, relacionadas entre sí, que conformaban un proyecto de transformación integral de buena parte de la ría: el canal de Deusto, una dársena en Olabeaga, un ferrocarril que cruzaría la ría y la explotación industrial del río Asúa.

Un nuevo cauce

El elemento clave consistía en abrir un nuevo cauce para la ría, lo que después se llamó canal de Deusto, que en realidad buscaba cambiar el trayecto del Nervión en este tramo, unos 2.500 metros, eliminando la curva de Zorroza y construyendo un cauce rectilíneo entre la dársena de Axpe y los astilleros Euskalduna. Se pretendía un cauce de 100 metros de ancho, con un calado de 7 metros en la bajamar equinoccial y posibilidades de navegación para buques con carga de 10.000 toneladas, una cifra altísima que abriría el puerto interior a barcos de gran porte. De llevarse a cabo, sería posible un tráfico de dimensiones desconocidas hasta entonces cerca de Bilbao.

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Al abrir el canal no se formaría una isla, como sucede actualmente, sino que se cerraría por su parte superior el cauce antiguo, en Olabeaga. Sería explotado, convertido en una «dársena industrial y de almacenamiento de gabarras, deseo unánimemente sentido». Al otro lado de la ría, en la margen derecha, se instalarían los servicios comerciales del puerto. De esta forma, cambiaría la fisonomía de Deusto, por entonces incorporado a Bilbao, pues pasaría a jugar un papel central en la explotación portuaria.

El proyecto incluía, además, el trazado de un ferrocarril de vía ancha que cruzase la ría y se dirigiese a la margen derecha. Al margen de qué trazado siguiese después, que no quedaba definido, lo fundamental era que comunicaría con Asúa, otro eje del proyecto. Se preveía ampliar el cauce de este afluente de la ría. De esta forma, se crearían dársenas en cuyas riberas se pretendían nuevas instalaciones industriales. La margen derecha se iba a incorporar así a las actividades fabriles y el ferrocarril de vía ancha conectaría todas las instalaciones portuarias, de esta forma bien comunicadas con los mercados.

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Fue el principal proyecto portuario desde comienzos del XX y se concibió como la apertura de una nueva época. Desde el punto de vista de sus promotores, el puerto y ría de Bilbao serían de nuevo el eje y motor del desarrollo industrial y su modernización se identificaba con la de toda la plataforma productiva de la provincia.

Fracaso rotundo

Pero la propuesta fue un fracaso rotundo. Nada de lo proyectado se llevó a cabo según lo previsto: no hubo dársenas en Olabeaga, no hubo ferrocarril que atravesara la ría, no se amplió el cauce del Asúa ni se instalaron fábricas. Únicamente se inició el canal de Deusto, pero no se acabó en los términos en los que se había pensado, por lo que no hubo nuevo cauce de la ría.

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En este resultado influyeron las circunstancias económicas y políticas. Primero, estuvo la crisis del 29. A partir de 1930 el hundimiento del tráfico mercantil mermó las disponibilidades económicas de la Junta de Obras, por lo que no cabía pensar en grandes inversiones. Después, la guerra civil, la posguerra y el colapso económico que le acompañó retrasaron las propuestas. El plan se había aprobado definitivamente en 1928, pero fue rectificado en 1935 y 1941para adaptarlo a las nuevas circunstancias. Las obras del canal de Deusto no se emprendieron hasta 1950 y para entonces se había abandonado la idea de construir un ferrocarril de vía ancha y de impulsar industrialmente la ría de Asúa. Todo se había quedado en el canal de Deusto, la rectificación del cauce de la ría. Ni siquiera esto se concluyó. Las obras resultaron mucho más costosas de lo que se había previsto. Se dieron por concluidas en 1968 sin haberse rematado: no hubo nuevo cauce, sino que el canal de Deusto sirvió como una dársena interior, un uso muy alejado de lo que se había ambicionado.

La conclusión del canal de Deusto, casi un siglo después de que se pensara, no se ha realizado para la explotación portuaria sino en función de la modernización urbana de Bilbao.

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