

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Un equipo de arqueólogos mexicanos y estadounidenses ha descubierto una gran ciudad maya perdida, a la que han llamado Valeriana, oculta en lo más profundo ... de la selva meridional del estado de Campeche, México. El hallazgo se ha realizado al revisar unos registros de la zona obtenidos en 2013 por lidar -acrónimo de Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging- un sistema conocido también como radar láser, que se utiliza para cartografiar o realizar prospecciones arqueológicas desde el aire en áreas con vegetación muy densa. «El descubrimiento de Valeriana pone de relieve el hecho de que todavía hay grandes lagunas en nuestro conocimiento de la existencia o ausencia de grandes yacimientos dentro de áreas aún no cartografiadas de las Tierras Bajas Mayas», han destacado los descubridores.
Los datos han revelado la existencia de 6.674 estructuras no conocidas hasta ahora, entre ellas varias construcciones monumentales y pirámides como las de los famosos complejos de Chichén Itzá (México) o Tikal (Guatemala). «Durante mucho tiempo, nuestra muestra de la civilización maya abarcaba un par de cientos de kilómetros cuadrados en total», dice Luke Auld-Thomas, de la Universidad de North Arizona, primer firmante del artículo publicado en la revista 'Antiquity' en el que se ha dado a conocer el hallazgo. «Esa muestra fue obtenida con mucho esfuerzo por los arqueólogos que exploraron minuciosamente cada metro cuadrado del terreno, abriéndose paso a través de la vegetación con machetes, para ver si estaban sobre una pila de piedras que podría haber sido la casa de alguien hace 1.500 años». Pero ahora la tecnología lidar permite a los arqueólogos rastrear con rapidez grandes franjas de tierra sin moverse del laboratorio.
El problema es que este tipo de prospecciones son muy costosas y las entidades que otorgan subvenciones no quieren invertir dinero en estudiar áreas desconocidas y potencialmente 'estériles', en cuanto a la arqueología de la cultura maya se refiere. Esa era la razón por la que buena parte del mapa de Campeche todavía era un espacio en blanco en las cartas arqueológicas. Auld-Thomas optó por recurrir a una vía más 'económica'.
Los arqueólogos no son los únicos en usar los sistemas lidar. «Los científicos en ecología, silvicultura e ingeniería civil han estado utilizando lidar para estudiar algunas de estas áreas con otros fines», dice en un comunicado Auld-Thomas. «¿Qué pasaba si ya se había hecho un estudio lidar de esta área?», se preguntó el investigador.
Resulta que sí se había hecho. En 2013, un consorcio dedicado a la medición y el seguimiento de los niveles de carbono en los bosques de México había encargado un estudio lidar muy exhaustivo. Se trataba de un proyecto de vigilancia forestal denominado Alianza y dirigido por Nature Conservancy en México, cuyo objetivo último era reducir las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación. Auld-Thomas, junto con investigadores de la Universidad de Tulane, el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México y el Centro Nacional de Mapeo Láser Aerotransportado de la Universidad de Houston, analizaron estos datos lidar ya existentes para explorar unos 130 kilómetros cuadrados del estado de Campeche, México. Los datos llevaban años publicados. Pero no habían sido revisados por especialistas en arqueología.
Al revisarlos, los expertos descubrieron una rica y diversa variedad de asentamientos mayas desconocidos hasta ahora, repartidos por toda la región. La densidad total es de 55,3 estructuras por kilómetro cuadrado, pero están repartidas de forma desigual, con áreas densamente pobladas y otras más dispersas. «Nuestro análisis no solo reveló una imagen de una región que estaba repleta de asentamientos, sino que también mostró mucha variabilidad», afirma Auld-Thomas. «No solo encontramos áreas rurales y asentamientos más pequeños. También encontramos una gran ciudad con pirámides justo al lado de la única carretera de la zona, cerca de un pueblo donde la gente ha estado cultivando activamente entre las ruinas durante años. «Y sí, hay mucho más por descubrir».
Ahora, los investigadores llevarán a cabo un análisis cuantitativo más detallado de las características arqueológicas del conjunto de datos y tratarán de validar sobre el terreno su análisis remoto. Las futuras investigaciones se centrarán en el trabajo de campo en los sitios recién descubiertos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.