Cuando los coros de Santa Águeda acababan a tortazos
NOTICIAS FÓSILES ·
En la prensa local de hace un siglo aparecían ladrones de mortajas, vecinos con abolladuras, ortopedas engañosos, caldereros irascibles y el misterioso hallazgo de unas prendas ensangrentadas
Ha llegado el momento de retroceder un siglo. Bienvenidos a las noticias de febrero de 1923, que nos muestran un Bilbao y una Bizkaia a veces sorprendentes en su diferencia y otras, extrañamente parecidos a los nuestros: como cada mes, copiaremos una selección procedente de ' ... El Pueblo Vasco' y 'El Noticiero Bilbaíno' y centrada en los sucesos, los avisos oficiales y la publicidad de índole más local. No son todas las noticias de la misma fecha, sino que se fueron publicando a lo largo del mes correspondiente, y están tal cual, incluidos los títulos en negrita, con mínimas adaptaciones en la ortografía y la puntuación.
Unos coros que no acaban bien. Algunos jóvenes que recorrieron las calles formando coros de Santa Águeda se encontraron en la calle Somera y acabaron por irse a las manos. Resultó uno de ellos, llamado Pedro del Campo, con una herida contusa en la frente, de la que hubo de ser asistido en la Casa de Socorro. Los serenos acudieron, deteniendo a dos de los belicosos, que ingresaron en la prevención. El parte oficial dice que este suceso obedeció a cuestiones políticas.
Efectos del miedo. En la noche del domingo se registró un triste suceso en el barrio de Las Calzadas, de Gallarta. El vecino de dicho barrio Gabino Solagarría, mudo y de 31 años, regresó de Portugalete poseído de miedo insuperable, al parecer porque ha debido amenazársele de muerte por cuestiones sociales. Y, obcecado en su idea, al llegar a unos 200 metros de su casa, vio dos bultos a los que creyó sus enemigos. Tembloroso, sacó su pistola y disparó hasta 7 tiros, no tardándose en oírse lamentaciones de una mujer e imprecaciones de un hombre. Los que Gabino tomó por sus enemigos eran unos novios que, bien ajenos a los pensamientos del agresor, departían amorosamente en aquel lugar. Deshecho el error, se supo que la pobre joven, que es muy agraciada y se llama Jesusa Careaga, de 16 años de edad, resultó herida de un balazo en la frente. Un facultativo hizo la primera cura, calificando su estado de pronóstico reservado. La Guardia Civil detuvo al agresor, que, muy apenado por su fatal equivocación, ingresó en la prevención a disposición del juzgado.
Publicidad de calzados Lo Increíble, en la calle Correo de Bilbao, que no anunciaba rebajas pero vendía más barato.
Formidable escándalo. En Cantarranas, los vecinos de la casa número 2 promovieron un escándalo de los que hacen época. Según parece, tienen declarada la guerra al vecino Ramón Lapeyra, cuya vida tienen por excesivamente licenciosa. A su llegada a la casa, se armó la 'cancha', tomando bando por los contrarios a Lapeyra la mujer de este. Total: un griterío ensordecedor, mojicones a destajo y Lapeyra y María Alonso reparados de algunas abolladuras leves en la Casa de Socorro del Centro.
Secreto de una tumba hallará lo que escriba con el producto Hernina, de gran novedad. Los escritos aparecen cuando los lee la persona que los recibe y desaparecen después sin quedar señal alguna. Prospecto gratis. Frasco, 2 pesetas. H. Vega, Castro Urdiales (Santander). Faltan agentes revendedores activos.
¿Quiere V. comer bien? Diríjase a la fonda restaurant Ibarra. Santa María 10, 1º. Abonos para 30 comidas con vino, 67,50. Cubierto 3,50 con vino, café y copa coñac.
Un cadáver. En Villaro se declaró un incendio en la casa número 22 de la barriada de Yusera, propiedad de don Amadeo Gandásegui, causando el fuego grandes daños en el edificio. Se creyó que no habían ocurrido desgracias personales, pero, al remover algunos escombros, se halló en una de las cuadras el cadáver de un mendigo conocido por 'el Montañés'.
Anuncio de la aspirina de Bayer: «Lleva Vd. una toilette vaporosa y elegante, señora, pero ¿no siente Vd. frío?»
Un robo con consecuencias. Por una puerta de cristales penetraron ladrones en la casa número 31 de la calle de San Francisco y se llevaron de un baúl de la criada del inquilino del primer piso tres billetes de 25 pesetas y cuatro duros en plata; de otro baúl de Julián Rubio, un billete de 25 pesetas y 13 en plata; de un armario de Bernardo Lambrea, un billete de 25 pesetas y 10 en plata, y de otro de don Pedro Hernández, una cartera y dos máquinas de afeitar. Nadie sabía quiénes eran los cacos, pero sucedió que en el patio de la casa se oyeron lamentos y los vecinos se asomaron, viendo a un hombre tendido y sin poder levantarse. Le llevaron los municipales al cuarto de socorro y le apreciaron lesiones en diferentes partes del cuerpo, que de primera intención le fueron curadas. Dijo llamarse Feliciano González Rodríguez, de 25 años, soltero, natural de Bilbao y domiciliado en Cantarranas. Según el parte oficial, se causó las lesiones «al caerse desde el primer piso de la casa número 31 de San Francisco al patio de la misma, al entrar a robar en dicho piso en unión de otros dos individuos que se dieron a la fuga».
Quince mortajas robadas. Norberto Monasterio, empleado de la Santa Casa de Misericordia, dejó ayer el carro en la puerta de la oficina de dicho establecimiento y, al salir, encontró que le habían sustraído de dicho carro 15 mortajas de hábito.
A la Alcaldía han sido denunciados: un carbonero, por cribar carbón en la vía pública; dos vecinas, por tirar aguas a la calle desde los balcones; un tabernero, por tirar un tabique en su establecimiento sin permiso de la Alcaldía; varios jóvenes, por jugar al foot-ball; un chófer, por causar desperfectos en la vía pública; algunos carreteros, por entorpecer el paso de los tranvías.
Insubordinación a bordo. En la noche del domingo se promovió a bordo de un buque extranjero, que se halla en la dársena de Axpe, un formidable escándalo, por cuestión de vino entre varios tripulantes. El capitán quiso imponer su autoridad, pero, al parecer, fue desobedecido y agredido. En vista de ello, se pidió auxilio a tierra y entró la fuerza pública, siendo detenidos cinco de los belicosos y llevados a la cárcel, a disposición de las autoridades de Marina.
La silenciosa máquina de escribir Noiselesss (al menos, aquí aparecía con tres eses finales) se distribuía desde Logroño.
Salvaje atentado en Orozco. La noche del domingo último ocurrió en las proximidades del barrio de San Martín un suceso que, por sus circunstancias, está siendo objeto de grandes comentarios, por tratarse de un salvaje atentado contra una joven vecina de dicho barrio. Cuando la muchacha llamada Clotilde N., de dieciséis años de edad, se dirigía a su domicilio, fue sorprendida por un hombre, quien arrojó al rostro de la infeliz aldeana un frasco de materia inflamable. La víctima se dirigió, después de reponerse de la primera impresión, al domicilio de sus padres, quienes dieron aviso al médico, el cual calificó las quemaduras de pronóstico reservado. Hoy nos hemos informado de que la desgraciada muchacha se ha agravado en tal forma que se teme un fatal resultado. Las autoridades han detenido y puesto a disposición del juzgado de Durango a un joven, vecino del referido barrio de San Martín, a quien se le atribuye, por sospechas, sea quien llevó a efecto tan odioso crimen.
Vuestra salud peligra, ¡atención al engaño! Todos los herniados deben tener muy presente que el especialista ortopédico Francisco G. Torrent nada tiene que ver en absoluto con otros anuncios de nombres parecidos ni tampoco de igual apellido, de casas ortopédicas cuyos viajantes están a veces y en igual fecha en las mismas poblaciones y hoteles que el acreditado ortopédico Francisco G. Torrent. Conviene, pues, para evitar confusiones y engaños, se fijen mucho en el anuncio que diga Francisco G. Torrent.
Siguen los gorrones. La guardia municipal detuvo a Silverio Cubillos, Benito Cayuelo y Francisco Fago, los cuales hicieron una consumición en un restaurant sito en Somera, negándose a satisfacer las 28 pesetas, importe de lo comido, alegando que no tenían dinero.
Calderero irascible. El calderero ambulante Francisco Santa María soldaba ayer una vasija de zinc en la calle de Somera y unos muchachos se le burlaron. Al hombre no se le ocurrió otra cosa, dado su carácter impulsivo, que tirar el soldador al rojo a uno de los muchachos, llamado Pedro Núñez, que resultó con una quemadura de la que hubo de ser curado en la Casa de Socorro.
La Neutral, de Hurtado de Amézaga, ofrecía facilidades de pago.
Así se procede. En el barrio del Castaño de Sopuerta, un sátiro con sus cincuenta y cinco años de edad hizo proposiciones deshonestas a una agraciada jovencita de trece años, que desde luego fueron rechazadas. Enterado el abuelo de la niña, llamado don Valentín Nuño, de sesenta y tres años, se fue con un grueso garrote en busca del sátiro y, apenas comprobó sus intenciones, le dio cuatro garrotazos, causándole importantes lesiones en la cabeza. El agresor se presentó a las autoridades refiriendo lo ocurrido.
Un hombre ahogado. Sobre las 9 de la noche del domingo, se presentó al municipal de servicio en la Grúa Grande un vecino, llamado Pablo Blanco, manifestándole que había visto flotando sobre la ría el cadáver de un hombre. Se avisó al juzgado, que ordenó que el cuerpo extraído fuera trasladado al depósito judicial en un ataúd. El cadáver no pudo ser identificado. Es de gran estatura, de unos 35 a 40 años de edad, viste camisa y traje azules y calza botas negras. Se supone que es el tripulante de algún barco extranjero.
Hallazgo misterioso. El cabo de serenos D. Antonio Larrea, que hacía el recorrido de su demarcación con el sereno Ambrosio Peribáñez, al llegar en la madrugada de ayer por las cercanías de la cárcel, vio que debajo de las rejas de la cocina de dicho establecimiento penitenciario había un envoltorio conteniendo, dentro de un periódico, una guerrera de militar color kaki y un pantalón deteriorado de paisano, ambas prendas ensangrentadas. Por más investigaciones que el cabo Larrea realizó, no pudo averiguar a quién pertenecen tales prendas ni quién las depositó en aquel lugar. Los comentarios alrededor de este misterioso hallazgo son para todos los gustos, no faltando quien crea que esas prendas son mudos testigos de un crimen.
Quiere que le presten cuatro millones de pesetas. Ayer por la mañana, los empleados de la sucursal del Banco Español del Río de la Plata se vieron en la necesidad de echar de aquellas dependencias a un individuo que, desde los primeros momentos, demostró, con sus pretensiones, que tenía perturbadas sus facultades mentales. Quería, sencillamente, que le prestasen cuatro millones de pesetas para las naciones en guerra. Por la tarde, sin darse cuenta los empleados, llegó hasta una ventanilla y al empleado le hizo la misma petición. Avisados los empleados, hubieron estos de apelar a la fuerza para sacarle a la calle y allí promovió tal escándalo que intervinieron los municipales, siendo avisados los camilleros. Estos hubieron de ponerle la camisa de fuerza. En el coche camilla fue llevado al hospital (...).
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