La borrada huella de la presencia judía en Vitoria

A partir de ese momento, los hebreos también desaparecieron del casco urbano de Vitoria bien por conversión al cristianismo o porque fueron expulsados. También «se eliminó completamente todo resto judío de la ciudad. Hay un momento en la historia en el que Vitoria busca precisamente eliminar cualquier presencia física y lo hace muy bien. No tenemos ningún resto», explica Ricardo Garay, historiador y guía de la empresa Kalearte que periódicamente organiza la ruta por la huella judía de Vitoria. Su esfuerzo no es baladí. Muchas ciudades, alejadas ahora del estigma que tuvo el judaísmo, están recuperando su historia local, sus vestigios hebreos y realizan recorridos que son muy frecuentados por turistas que profesan esta religión. No hay que olvidar que los judíos expulsados de España, denominados sefardíes, que «significa españoles», mantuvieron muchas costumbres, la lengua castellana y tienen muy presente que sus raíces están en la Península Ibérica. Sin embargo, no quedan vestigios en la ciudad. Ni siquiera en La Judería —calle Nueva Dentro—. «No quedó ni un mezuzá», detalla Garay, en alusión a los símbolos que instalaban en las jambas de las puertas y que se encuentran en otras ciudades o incluso «en Treviño y Antoñana». «Les prohibieron llevarse el oro, plata y malvendieron las propiedades que pudieron. Otros se llevaron la llaves de sus casas. Y todavía hay comunidades en Estambul que las conservan para cuando vuelvan», informa Garay.

En 1492 se produjo la explusión «masiva». Los alaveses se fueron por Laredo. «Algunos se asentaron en Bayona. Al ser la más cercana se quedó como responsable del pacto firmado con el Ayuntamiento de respetar su cementerio de Judimendi. Otras acabaron en el Magreb y en Estambul». Los cambios fueron inmediatos. La calle Judería perdió su nombre el 17 de agosto de 1492, recuperado en 2011, y «el Consistorio prohibió la venta de la sinagoga, pero los Ullibarri la compraron. Gracias a los pleitos que hubo se sabe que se ubicó hacia el número 28 de la calle Nueva Dentro», detalla. En ellos se describe que «no destacaba ni un palmo del resto de casas, que tenía un patio según se entraba y una sala grande. Seguía un modelo de sala con tribuna, quizá similar a la de Toledo», añade el experto. Después «el Ayuntamiento la utilizó como escuela de Humanidades, durante unos 60 años, pero después la vende y acaba desapareciendo».

Lo que «todo el mundo identifica» con la presencia judía es su cementerio «en el entorno de Judimendi», aunque también tuvieron tiendas. Las más importantes fueron «las de la cabecera de la calle, como la de Salomón, ya que les prohibieron vender ciertos productos dentro de la Judería». Entre los conversos figuran personajes muy conocidos como el médico Antonio Tornay, con calle en Vitoria, o la rica familia Sánchez de Bilbao, que trataron de ocultar su pasado semita con la ostentación de símbolos cristianos y fraciscanos en la fachada de su torre, la Casa del Cordón.

En la actualidad, 529 años después de su expulsión, está confirmada de nuevo la presencia de judíos en Vitoria, hay una asociación, tiendas de comida kosher y hasta bodegas alavesas elaboran vino para ellos. Sin embargo, «no hay constancia de ninguna sinagoga oficializada», afirma Garay.