«Cuando actuabas, te podían robar las guitarras, los amplis y los calzoncillos»
heroína, la otra guerra de euskadi ·
Roberto Moso, cantante de Zarama, vio cómo el consumo de heroína dificultó la convivencia entre los grupos vascosheroína, la otra guerra de euskadi ·
Roberto Moso, cantante de Zarama, vio cómo el consumo de heroína dificultó la convivencia entre los grupos vascosLunes, 20 de diciembre 2021, 01:31
«La entrada del 'caballo' fue abrupta. Todos los días te enterabas de alguien que se estaba enganchando», recuerda Roberto Moso (Santurtzi, 1960), vocalista del grupo Zarama. «La primera persona que me viene a la cabeza procedía de una súper familia de Santurtzi que pasaba ... mucho a Las Arenas. Y en Portu, había más enganchados por la zona noble de la ría que en Repelega, por poner un ejemplo».
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Uno de los errores entre los jóvenes consistió en equiparar la dureza de las drogas con el grado de autenticidad, trampa que para muchos terminó en el consumo de heroína. «Había algo machista en ello, como de a ver quién mea más alto!. Eslóganes como 'La droga mata poco a poco. No importa. No tengo prisa' contribuyeron asimismo a su mitificación, añade el músico.
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El underground hispano tenía una enorme repercusión gracias a revistas como 'Star', 'Ajoblanco', que llegó a alcanzar los 90.000 ejemplares, y 'El Víbora' (80.000 de récord), el mensual de cómics en el que aparecían personajes como Makoki o El Niñato, lumpen adicto y canalla.
Iggy Pop, Lou Reed y los Sex Pistols ponían la banda sonora a unos jóvenes atraídos por el aura maldita de la droga. Los grupos vascos se resintieron. La primera guitarrista de Zarama, Nekane, se enganchó con su novio. Después de salir de la banda, Roberto Moso se la encontró en la cárcel de Basauri cuando realizaba un reportaje para Radio Euskadi.
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«El 'caballo' creaba muchas complicaciones. A los que se enganchaban, la luna de miel se les pasaba pronto. La música pasaba a segundo plano. Empezaban los problemas dentro del grupo y también con otros con los que coincidías en actuaciones. Te podías quedar sin guitarra, sin amplis y sin calzoncillos», recuerda.
Reconoce la influencia de la reconversión industrial, el paisaje decadente y la falta de expectativas para la juventud en la dureza con la que las drogas afectaron a la Margen Izquierda. Pero, en su opinión, esos factores no explican todo el fenómeno.
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«No sólo fue una cosa de hijos de obreros. Afectó a personas muy distintas. No existía el ejemplo de una generación anterior que pudiera servir de escarmiento y las cuadrillas influían mucho en el comportamiento de sus miembros. No caían uno a uno, sino varios al mismo tiempo. Y luego hay personalidades más y menos tóxicas. Hay poteadores alcohólicos y otros no. Unos se quedaban colgados con un 'tripi' y otros se los comían como gominolas. A mí me daban pánico las agujas. Había leído 'Yonqui' de Burroughs y me pareció muy poco mitificador. No quería acabar como un zombi». A Moso le viene a la cabeza una frase de Pako, batería de Eskorbuto: «A nadie le ponían una pistola en la cabeza para que se metiese».
'Heroin', Velvet Underground, 1967.
Apareció en el álbum de debut de la banda, 'The Velvet Underground & Nico', conocido popularmente como 'el del plátano' por la portada diseñada por su padrino, Andy Warhol. Tanto la canción como el disco figuran en la lista de imprescindibles del rock. Sobre la letra, hay división de opiniones. Unos sostienen que es una apología de la heroína; otros, que sólo describe sus efectos. Si se repasan los conciertos de Lou Reed en los setenta, lo normal es estar de acuerdo con los del primer grupo. El álbum hablaba también del sadismo y el masoquismo. Pura transgresión. Hoy no habría colado.
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'Sister Morphine', The Rolling Stones, 1971.
Fue escrita por Mick Jagger, Keith Richards y Marianne Faithfull en 1969. The Rolling Stones la incluyeron en su disco 'Sticky Fingers' -de nuevo, obra maestra-, editado en 1971, dos años antes en un sencillo de Marianne, cantante que padeció por esos años la adicción a la heroína. Trata de un hombre que sufre un accidente de coche y muere en el hospital mientras pide morfina. La cantante reconoció que una de sus inspiraciones para la composición del tema había sido 'Heroin' de la Velvet.
¿Contaba sólo la historia de ese hombre consumido por el dolor? Podría ser, aunque también es cierto que todo lo rodeaba al grupo en esa época estaba tocado por las drogas.
'The Needle and the Damage Done', Neil Young, 1972
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El músico canadiense sólo tenía que ver lo que estaba pasando en su banda, The Crazy Horse, para darse cuenta de la ruina que traía la heroína. En 1971, mientras ensayaba, el guitarrista Danny Whitten estaba tan mal que no podía sujetar su instrumento. Young le despidió y le dio dinero para la rehabilitación. Nada más llegar a Los Ángeles, Whitten murió de una sobredosis de alcohol y Valium. Young volvió a tocar el asunto de las drogas en 'Tonight's the Night', dedicada a Bruce Berry, parte del personal que llevaba en las giras, que falleció de una sobredosis.
'The Needle and the Damage Done' fue publicada en el álbum 'Harvest', imprescindible en la música popular del siglo XX. Posteriormente, fue incluida en el recopilatorio 'Decade', en cuya contraportada el músico escribió: «No soy un predicador, pero las drogas mataron a muchos grandes hombres».
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'El mono de Alicia', Negativo, 1979
La primera canción del rock vasco dedicada a la heroína, o más concretamente al síndrome de abstinencia. Practicantes del glam y a un paso del punk, los donostiarras de Negativo abrieron la veta del rock canalla en San Sebastián, que contó con otros grupos como UHF, en el que estaba Rafa Berrio, Puskarra o Mogollón, estos más cercanos al ska y la nueva ola. El vocalista era Borja Zulueta, hermano del cineasta Iván y miembro del círculo de jóvenes de familias de dinero que se iniciaron, antes que nadie en el País Vasco, en el consumo de heroína.
'Cerebros destruidos', Eskorbuto, 1986
«Perdida la esperanza, perdida la ilusión/ los problemas continúan, sin hallarse solución/Nuestras vidas se consumen, el cerebro se destruye/ nuestros cuerpos caen rendidos, como una maldición». Así empieza uno de los himnos negros de Eskorbuto, de un evidente trasfondo autobiográfico. La banda tuvo el don de la lucidez, aun en medio de la confusión, para componer unas letras antiheroicas que expresaban sin tapujos los efectos de las drogas. «El terror causando hábito, miedo a morir/ Ya estás muerto, ya estáis muertos/ ya estás muerto, ya estás muerto», termina la canción.
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'Enamorado de la muerte', R.I.P, 1987
La banda de Arrasate compartió con Eskorbuto el disco de 1984 'Zona Especial Norte', y con dos de sus miembros -Jualma y Iosu- unas costumbres muy parecidas. «No sabíamos nada sobre el sida, hepatitis u otras consecuencias del consumo de algunas drogas… De todas formas sabíamos que existían peligros, otra cosa es que no pensáramos demasiado en esos peligros. A fin de cuentas vivíamos el momento y no pensábamos en el futuro», contestaban en una entrevista de 2006 Jul Bolinaga (fallecido en 2014) y su hermano Txerra. «Enamorado de la muerte su belleza me atrapó/Día y noche está en mi mente condenado a su amor/ Enamorado de la muerte desde el día en que la vi/ Día y noche está en mi mente es el fin...», cantan en esta canción.
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