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sara borondo
Viernes, 21 de agosto 2020, 07:55
Los usuarios de las redes sociales tienen objetivos muy variados para participar en ellas. Unos quieren ver cosas que les interesen, les distraigan o les sorprendan; otros las utilizan para tener contacto con sus allegados y también están quienes buscan convertirse en voces de referencia. En el caso de las cuentas que representan a una marca o empresa, es importante tener una amplia base de seguidores para llegar a la mayor cantidad de potenciales compradores, lo que también puede marcar la diferencia para pequeños negocios. Para algunos de estos usuarios, el número de seguidores que tengan en cada red social se antoja irrelevante, pero para otros sí es importante que vaya creciendo.
No siempre es fácil conseguirlo pero, por suerte, las redes sociales llevan funcionando el tiempo suficiente como para determinar algunos métodos para conseguir más followers:
1.
Hay que mantener activa la cuenta para que los seguidores que ya se tienen interactúen y así los mensajes sean visibles para más gente. Para conseguir más suscriptores en Twitch hay que retransmitir con cierta frecuencia y periodicidad, estableciendo en la medida de los posible un calendario de streaming.
2.
Es una de las máximas de la publicidad y en las redes sociales se mantiene su vigencia: hay que saber a quién se dirige el mensaje. No es el mismo tipo de usuario el que hay en Instagram que en Twitter o Facebook y en cada red social se puede seguir una estrategia diferente, adecuada al tipo de usuario que predomina en ellas. Ni funciona igual el mismo tipo de mensaje ni la frecuencia con la que se postea contenido; en Youtube, Twitter o Twitch a los usuarios no les molesta la abundancia de mensajes, pero en otras redes como Instagram o Linkedin puede ser contraproducente subir demasiado contenido.
También hay que saber lo que el público espera de cada perfil: si una persona percibe un mensaje de forma negativa puede dejar de ser un seguidor, pero si el contenido le atrae lo difundirá y puede que atraiga a nuevos seguidores. Una investigación de la universidad de Rutgers (EE.UU) analizó los mensajes de 350 usuarios de Twitter y encontró que todos pertenecían a una de estas nueve categorías: Compartir información, autopromoción, opiniones o quejas, afirmaciones y pensamientos varios, cómo me siento, plantear preguntas a los seguidores, hacer saber que estoy ahí, una anécdota personal o una anécdota ajena. El estudio de la universidad norteamericana establece que esas nueve categorías se resumen en dos: la información que habla del propio perfil y la que ofrece información a la comunidad de seguidores. La segunda suele obtener mejores resultados para conseguir más seguidores.
Las métricas que proporcionan las redes sociales son una buena manera de conocer a los posibles seguidores, ya sea con Google Analytics o con otras herramientas como Hootsuite, Brandwatch o Sprout Social.
3.
Tanto aquellos que consideres un modelo a seguir como a los que se consideran en el extremo opuesto. Estudiar a quienes ya han triunfado indica el camino a seguir, analizando el estilo de sus mensajes para ver cómo se pueden adaptar luego sus estrategias a la imagen que se quiere transmitir. La propia red social es probable que sugiera perfiles interesantes para seguir. No sucede nada por compartir contenido de esos otros perfiles (nunca haciéndolo pasar por propio), pero lo más recomendable es que el contenido que se sube a una red social sea original.
4.
Cuando alguien se interesa por un perfil va a su página principal (feed) para ver qué puede ofrecerle, así que hay que tener cuidados algunos aspectos como una biografía o descripción adecuada a la imagen que se quiere dar. Conviene revisar los posts que se han ido subiendo, algo que es especialmente importante en redes basadas en la imagen como instagram, donde es importante tener un feed organizado y estéticamente bonito. Puede parecer evidente, pero hay que cuidar también la ortografía de los mensajes y su redacción.
5.
Si vas a conducir... que esta sea la única "torrija" que lleves encima. #Notelajuegues pic.twitter.com/PHtisuWGK6
Policía Nacional (@policia) March 29, 2018
Es conveniente crear un sello propio en los mensajes con características bien definidas, un perfil gris no atrae a mucha gente, pero uno que demuestre carisma -y no sea agresivo hacia nadie- sí es atractivo. No hay que intentar engañar a los usuarios ni atraerles de manera forzada o burda. Tener un sentido del humor que no sea ofensivo casi siempre da muy buenos resultados, pero hay que tener cuidado con no traspasar la barrera de lo que puede considerarse ofensivo. Uno de los perfiles más exitosos de los últimos tiempos fue 'Desatranques Jaén', de una empresa de limpieza de fosas sépticas jienense que se hizo tremendamente popular al conseguir la viralización de un vídeo de felicitación navideña con una graciosa canción y, después, unos mensajes llenos de sentido del humor utilizando memes y creando otros nuevos. La cuenta ya no tiene al frente a Jorge Manuel Herculano, el community manager que logró que superase los 73.000 seguidores en Twitter, 7.000 en Instagram y 5.000 en Facebook una empresa provincial de desatranques.
Ejemplar es también el caso de la cuenta de la Policía Nacional en Twitter. En 2013 el Cuerpo de Seguridad empezó a buscar a un público más joven al que dirigir las campañas de prevención, por lo que su responsable de redes sociales (Carlos Fernández Guerra) decidió utilizar un lenguaje más informal, directo, sencillo y hasta provocador que arrasó. En 2015 Fernández dejó la cuenta con 1,75 millones de usuarios y tres años después recaló en la del mismísimo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
6.
Cada una tiene características propias que se pueden aprovechar. Ni los usuarios, ni el mensaje, ni la forma de expresarse son los mismos. En 2016 BuzzSumo analizó mil millones de mensajes correspondientes a 30 millones de páginas de Facebook y llegó a la conclusión de que los posts sin hashtags -que son tan útiles en Twitter- tenían más interacciones que aquellos que sí llevaban etiquetas.
Tampoco es necesario tener presencia en todas las redes sociales; muchas veces es mejor tener presencia en dos o tres y ser muy activo en ellas que estar en seis y no tener una buena estrategia. Esto no quiere decir que haya que considerar cada red social como compartimentos estancos; se puede establecer una sinergia entre ellas, por ejemplo incluyendo en la página de facebook enlaces a los perfiles que tengamos en otras redes sociales. Si alguien ve una foto en Instagram que le gusta es posible que se anime a entrar en el canal de Youtube y, tal vez, suscribirse. El estudio mencionado de BuzzSumo descubrió que si se ponía en Facebook una imagen de Instagram se conseguía un 23% más de interacciones que si se subía la imagen directamente a Facebook, de forma que se consigue una buena difusión solo con subir una foto en una red social.
En cada red social tiene más repercusión un tipo de mensaje: en Facebook gusta más el conocimiento y la reflexión; en Instagram priman las sensaciones positivas, el relax y el descubrimiento; en Twitter triunfan los memes y el sentido del humor...
7.
No responder con rapidez a las peticiones de información o comentarios puede llegar a generar una crisis de imagen del perfil. Interactuar con los seguidores hace que se sientan más conectados al perfil y confíen más en él. Las redes sociales funcionan mejor cuando hay comunicación en las dos direcciones.
Las redes sociales tienen sus propias normas, no funcionan como la vida real y no todo vale para conseguir más 'followers'. Hay algunas estrategias que no solo pueden ser moralmente cuestionables sino que pueden acabar volviéndose en contra de quien las ha seguido:
■ Seguir a alguien para que te siga: Hacer 'follow' a un perfil que te sigue (lo que se conoce como «mutual») conviene si la información del mutual es útil o interesante, pero no es recomendable corresponder a alguien que se ha hecho seguidor con la misma moneda solo para que los dos suban las cifras de seguidores, sobre todo si el objetivo es ser líder de opinión o influencer. Cuando un perfil tiene casi el mismo número de seguidores que de usuarios a los que sigue pierde interés y, además, es arriesgarse a un juego peligroso de «te sigo, me sigues y dejo de seguirte».
■ Comprar seguidores: No solo es una estrategia de juego sucio sino que si se descubre supone una crisis de imagen para el perfil. Hoy día hay herramientas para detectar este tipo de tretas con rapidez. El objetivo debe ser siempre conseguir seguidores reales que establezcan una conexión con la marca o la persona que hay tras el perfil.
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