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Vídeos sexuales en el móvil: cómo evitar que se filtren

Cómo evitar que el contenido más íntimo de tu móvil acabe filtrándose en Internet

El actor Santi Millán ha sido el último en sufrir exposición de contenido sexual privado

sara borondo

Miércoles, 6 de julio 2022, 00:29

El actor y presentador Santi Millán ha estado en el candelero los últimos días de junio por la filtración de un vídeo en el que mantiene relaciones sexuales con una mujer que no es su esposa, difundido por las redes sociales. Con el paso de los días ha ido bajando la repercusión del vídeo, pero ahora queda por ver si Millán denunciará a quienes lo han difundido.

La distribución a través de la red de imágenes con contenido sexual que los protagonistas han grabado para su disfrute personal se convirtió en una realidad tan pronto como internet comenzó a extenderse. Un caso, tan conocido que se ha filmado una serie sobre él, implicaba a la actriz Pamela Anderson y a su entonces marido Tommy Lee, el batería de Mötley Crüe. Se trataba de varias filmaciones caseras guardadas en una caja fuerte de la casa de la pareja que un trabajador descontento robó y convirtió en uno de los primeros contenidos difundidos (y vendidos) a través de varias páginas web. El juez dictaminó que quien había distribuido el vídeo debía indemnizar con 740.000 dólares a cada uno de los protagonistas. Poco después Nicole Narain, exnovia del actor Colin Farrell, difundió un vídeo grabado por éste.

Con el creciente uso de internet y, sobre todo, la aparición de servicios de mensajería instantánea y las redes sociales, casos como estos se producen cada vez con más frecuencia. Pero no siempre se han conseguido las imágenes por un robo: en ocasiones un miembro de la pareja pide al otro que le envíe imágenes sexuales o las graba y luego, cuando la relación se rompe, se difunde ese contenido a través de las redes sociales o se sube a páginas pornográficas.

La cláusula Hormigos

En España el caso más famoso fue, en 2012, el de la concejala de la localidad toledana de Los Yébenes, Olvido Hormigos, que envió al futbolista Carlos Sánchez un vídeo en el que se estaba masturbando. Las imágenes terminaron en un portal de pornografía. En esa ocasión, el juez determinó que, al no haber habido robo de las imágenes, ya que Hormigos había grabado y enviado el vídeo voluntariamente, no se había producido intromisión en la intimidad de Hormigos y archivó el caso contra los dos acusados de la difusión del vídeo, el ex novio de Hormigos y el alcalde del pueblo toledano, Pedro Acevedo. Hormigos dimitió y este hecho cambió su vida. Su caso provocó la modificación del artículo 197.7 del Código Penal, que ahora incluye como delito la difusión no autorizada de imágenes o grabaciones íntimas aunque se hubieran obtenido con consentimiento de quien aparece en ellas. Un cambio en la ley conocido como 'la cláusula Hormigos'.

Esa modificación de la legislación no logró evitar el suicidio de una mujer de 32 años tras divulgarse un video sexual suyo entre sus compañeros de trabajo, después de lo cual la mujer recibió numerosos comentarios ofensivos. La muerte de la víctima puso fin a la búsqueda del culpable de difundir las imágenes, ya que tiene que ser la víctima quien denuncie. En 2020 el ex entrenador del Málaga Víctor Sánchez del Amo también fue víctima de la difusión de un vídeo de contenido sexual.

Según establece la legislación actual, aunque los participantes en un vídeo o fotos de contenido sexual hayan dado su consentimiento a la grabación, tienen que haber dado también el visto bueno para que se pueda compartir con terceras personas. El artículo 197 establece pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a doce meses por difundir, revelar o ceder a terceros imágenes o grabaciones de una persona que se hayan realizado «fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgación menoscabe gravemente la intimidad de esa persona», lo que se puede aplicar tanto a la persona que ha difundido el vídeo por primera vez como a quienes lo han reenviado a través de internet.

Consejos para evitar el acceso a vídeos de contenido sensible

Para evitar la difusión de este tipo de contenidos lo más sencillo es, claro está, no grabarlos. Si se hace, han de seguirse unas pautas de seguridad básicas:

■ No almacenar ese contenido en el móvil, ya que podrían robarlo y acceder a lo que contiene el teléfono. Los piratas informáticos también podrían acceder al gadget a través de algún software dañino. Por eso es recomendable copiar ese contenido sensible en otro dispositivo como una llave USB o un disco duro que se pueda cifrar (no en la nube, porque quien robase las contraseñas de acceso podría llegar hasta ese vídeo o fotos y difundirlos). A continuación, hay que borrarlo del teléfono porque tenerlo en varios dispositivos multiplica las posibilidades de que alguien se haga con esos archivos.

■ No enviar el archivo a nadie. Una vez que el vídeo se comparte se pierde el control sobre él. Sobre todo, no es recomendable hacerlo con alguien a quien se conoce desde hace poco tiempo o en el que no se tiene plena confianza.

■ Si se comparte con otra persona, dejar bien claro -preferiblemente por escrito- el compromiso de no mostrar ni compartir en ningún caso esas imágenes o vídeo con nadie. Antes de enviar, comprobar bien que el destinatario es la persona con la que se quiere compartir ese archivo.

■ No conectarse a redes Wi-Fi públicas abiertas, ya que los piratas informáticos pueden entrar en el teléfono y robar el contenido sensible, incluidas las contraseñas.

■ Hay que mantener actualizado el software del móvil, tanto el sistema operativo como las aplicaciones, para poner las cosas difíciles a los posibles piratas informáticos. Hay que recordar que hace unos años los hackers consiguieron acceder al contenido de los teléfonos de numerosas mujeres famosas como Jennifer Lawrence, Kaley Cuoco, Rihanna o Scarlett Johansson y difundieron las imágenes de desnudos que encontraron en los móviles.

■ Proteger el acceso al teléfono con una contraseña compleja. Hay algunos modelos que incluyen carpetas privadas para este tipo de información o puedes utilizar un administrador de archivos con carpetas protegidas por contraseña, como el propio Files de Google. Nadie más que el propietario del teléfono debe tener acceso a esa carpeta o aplicación.

Finalmente, si se encuentra uno de estos vídeos en redes sociales, hay que denunciar el contenido a la plataforma.

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