La estafa de moda que implica a tus amigos de Instagram

Los apartados de chat y mensajería en las redes sociales son el campo de cultivo perfecto para estas tretas. Nuestro mejor amigo nos envía un mensaje planteándonos un reto aparentemente inofensivo: identificar la imagen diferente de entre seis a priori idénticas. Si acertamos, nos dice, recibiremos cierta cantidad a modo de apuesta.

Confiada (o tal vez no tanto pero ansiosa de obtener el premio), la víctima responde y reclama su recompensa. Para cobrarla, el delincuente le pide entonces modificar la cuenta de correo electrónico asociada a su perfil de Instagram. Literalmente con estas palabras, ya que en realidad la conversación discurre por medio de un proceso automatizado (bot):

«Vaya a la configuración de Instagram, busque la cuenta, haga clic en ella, vaya a Información personal, haga clic en ella, ingrese el correo electrónico de verificación de la empresa (bitcoinminnic@gmail.com) y vuelva a cambiarlo en 2 minutos después de recibir su dinero en su aplicación, eso es todo. [...] Una vez que coloque el correo electrónico, espere allí en 2 minutos y luego quítelo. ¿Eso es todo, entendido?».

De acometer lo anterior, el usuario verá cómo el delincuente solicita a Instagram un recordatorio de contraseña (algo plausible, ya que el correo electrónico de su perfil ahora es el de los cacos) y procede a modificarla. ¿El resultado? La pérdida de acceso a perpetuidad.

Este es el método por el que los ciberdelincuentes se apropian de las cuentas de Instagram de muchos de nuestros contactos, procediendo a cometer nuevas fechorías. Una de ellas tiene que ver con las cacareadas criptomonedas: prometen a los usuarios que si invierten cierta cantidad recuperarán el doble, algo que por supuesto nunca se produce.

Si cualquier incauto termina pagándoles, verá cómo su dinero vuela. No sin antes recibir el mensaje que entrecomillamos más arriba al cabo de unas horas, ya que supuestamente ha de cambiar el correo de su perfil de Instagram para recibir la inversión duplicada.

Como tantas otras veces, el consejo a seguir en estos casos es desconfiar de cualquier mensaje que aluda a sorteos, ganancias fáciles o préstamos por mucho que provenga de amigos o familiares (sea a través de redes sociales o servicios de mensajería instantánea como WhatsApp). Tampoco hay que ser muy listo para ello, dado que los mensajes en cuestión suelen estar redactados en tono neutro y con un castellano más que sospechoso.