Probamos el Samsung Galaxy S23 Ultra: ¿el mejor móvil que te puedes comprar?

El diseño de los Galaxy Ultra desprende una innegable sensación premium, aunque este S23 peca de ser muy continuista respecto a generaciones anteriores con su apuesta por las líneas rectas. De hecho, si se mira por la parte trasera, los más despistados pensarían que se trata de una batería externa. La distribución de sus lentes, en dos filas verticales en paralelo, tampoco encierra una gran belleza. Por si fuera poco, se trata de un móvil grande, muy grande, con sus 163,4 milímetros de largo, 78.1 de ancho y 8,9 de grosor. Su abultado peso de 234 gramos tampoco ayuda a que sea un móvil fácil de sujetar sobre todo con una mano aunque se ha ganado algo en manejabilidad respecto al año pasado al deshacerse de la curvatura en su anterior estructura.

Y sigo sin entender las ventajas de que las teclas de volumen y encendido estén en un mismo lado, en este caso el derecho, aunque por lo menos están lo suficientemente separadas para evitar confusiones. Eso sí, es de agradecer que con una funda las cámaras ya no sobresalgan, algo difícil de ver en estos tiempos de grandes objetivos pegados a un móvil. Por todo ello, se podría decir que es un smartphone contundente con un diseño, a destacar su acabado mate y borde de aluminio brillante, especialmente ideado para sacar provecho a todas las maravillas que encierra en su interior. Desde un lápiz inteligente, que este año no presenta novedades respecto al de la generación anterior, a una gran pantalla ideada para trabajar y disfrutar de los momentos de ocio.

Como no podía ser de otra forma tratándose de una marca famosa por la calidad de su pantallas, la del S23 Ultra no decepciona. Nos encontramos con un panel de 6,8 pulgadas y refresco adaptativo de 1 a 120 herzios con resolución 3.080 x 1.440 píxeles y compatible con HDR10+. Números aparte, se trata de una de las mejores pantallas del mercado tanto a la hora de navegar por Internet como ver contenido multimedia. Y este año, además, más plana que nunca, algo que le sienta muy bien al teléfono. Queda una curva apenas perceptible, pero parece que Samsung abandona por fin la moda de los paneles ondulantes que no aportaban nada en el día a día y sólo eran una fuente de errores por culpa de las pulsaciones fantasma.

En resumen, es como tener un televisor de alta gama en el bolsillo por la calidad de imagen, incluso a plena luz del día gracias a su brillo máximo de 1.750 nits. Eso sí, resulta extraño que la marca asiática haya fabricado para Apple, su gran rival, un panel de 2.000 nits y se conforme con menos para su propio buque insignia. En todo caso, es una pantalla con resolución QHD+ tremendamente aprovechada que se caracteriza por su definición y colores vivos sin olvidarnos de su gran tamaño, casi como el de una minitableta. También también cuenta con su propia versión de pantalla siempre encendida en reposo, donde se pueden ver la hora y las principales notificaciones. El sensor de huellas bajo la pantalla es rápido y eficaz, aunque también disponemos de reconocimiento facial. Eso sí, no tan avanzado como el de los iPhones de Apple.

No es frecuente encontrarse en un sector de grandes egos como el tecnológico una cura de humildad de este calibre. Samsung siempre ha apostado por dotar a sus buques insignia de sus propios procesadores, sobre todo en determinados mercados como el europeo. Nos referimos al por muchos denostado Exynos que nunca logró equiparse a los de su competencia más directa. La marca coreana ha recapacitado y este año el Ultra acoge el Snapdragon 8 Gen 2, el más potente de Qualcomm que llega incluso casi a equipararse al mismísimo A16 Bionic de Apple.

Por si fuera poco, para este modelo se ha aumentado la frecuencia de reloj tanto de la CPU como de la GPU. Una decisión que no podía ser más acertada teniendo en cuenta sus indudables ventajas a la hora de realizar todo tipo de operaciones complejas y ejecutar los videojuegos más exigentes con gráficos de última generación sin despeinarse. A ello también le ayuda la gráfica dedicada Adreno 740 y sus 8GB de RAM. Esta combinación provoca que el teléfono apenas se caliente, gracias también a su avanzado sistema de refrigeración, incluso a pleno sol.

Uno de los 'peros' que siempre se les atribuía a los Ultra de otros años se ha solucionado con el cambio de procesador y, de paso, también arreglado otro de sus grandes defectos: su pobre autonomía respecto a otros teléfonos de la competencia. El Snapdragon 8 Gen 2 no sólo es potente, también es de lo más eficiente energéticamente hablando. Todo ello provoca que su generosa pila de 5.000 amperios dure más de dos días con un uso moderado, unas ocho horas de pantalla si primamos la conexión Wifi. Algo nunca visto antes en la gama más alta de Samsung.

Por si fuera poco, los coreanos han incorporado al teléfono una carga rápida algo más rápida. De este forma, gracias a sus 45 watios, podremos tener el móvil a tope de batería desde cero en poco más de una hora. Es verdad que otros teléfonos presentan tiempos de carga muy inferiores gracias a sus 60 o 100 watios, pero la opción de Samsung parece encaminada a proteger el estado de la batería para evitar que se deteriore con rapidez por culpa de estos procesos acelerados. En el caso de la carga inlámbrica, es de 15 watios.

Seamos sinceros, muchas veces los números de megapíxeles en las cámaras de los móviles no son más que una operación de marketing. En ocasiones, teléfonos con 12 mpx hacen mejores fotos que otros con 100. No es el caso del S23 Ultra. Su sensor principal ISOCELL HP2 de 200 mpx, con apertura focal de 1.7 y estabilizador óptico (OIS) incorporado, permite obtener imágenes alucinantes, muy nítidas y coloristas, para tratarse de un smartphone. Una gran lente, marca de la casa, que permite sacar fotos con todo lujo de detalles. Incluso a gran distancia, apoyadas por un teleobjetivo periscópico de 10 megapíxeles con f/4.9 OIS en colaboración con el telefoto de 10 megapíxeles con f/2.4 OIS con triple zoom.

Y es que hablar sobre las posibilidades fotográficas de este S23 Ultra daría para un largo reportaje. Sólo diremos que es capaz de sacar en tres formatos: 12 mpx, 50 y 200. En el primero, el sistema se ocupa de, gracias a la inteligencia artificial, sacar la mejor fotografía posible. Es cierto que a muchos les puede echar para atrás este exceso de postprocesado por parte de Samsung por la sobresaturación de colores y aspecto poco natural, pero la verdad es que puede salvar la vida a los usuarios con menores habilidades fotográficas, ya que las instantáneas parecen editadas con Photoshop. Pese a todo, observamos una preocupante pérdida de definición en las fotos nocturnas. No sucede siempre pero más a menudo de lo que nos gustaría tratándose de un móvil de gama alta. La aparición de artificios (destellos indeseados como por ejemplo la luz de las farolas) son también muy comunes cuando cae el sol.

Mucho más naturales son los disparos a 50 y 200 mpx. Aquí el procesado es mucho menor en el primero de los casos y casi inexistente en el segundo primando en las capturas el nivel de detalle y nitidez. También, y dirigido a los aficionados a la fotografía, la aplicación de Samsung cuenta con un modo 'pro' para cambiar los diferentes valores, desde la velocidad pasando por la ISO, antes de sacar una foto en formato RAW para ser tratada después con un programa de edición. El sueño de todo fotógrafo hecho realidad.

Llegados a este punto hay que hablar del interminable zoom del Galaxy S23 Ultra. El teléfono está preparado para sacar fotos de calidad de hasta un 10x gracias a la óptica de sus lentes. Pero es que las imágenes a un 30x, ayudadas aquí por la inteligencia artificial, son sensacionales con buenas condiciones lumínicas. Es cierto que el sistema permite avanzar hasta un 100x aunque, como no podía ser de otra forma, las imágenes pierden en nitidez. No obstante, un zoom tan profundo puede ser muy interesante en según qué casos. Aquí el móvil de Samsung no tiene rival.

Señalar también que el smartphone incorpora un modo 'astro-foto' para realizar, con ayuda de un trípode, fotografías de cielos estrellados disponible en el modo Expert RAW, en el que Samsung compite contra su propio modo pro en una nueva duplicidad de servicios difícil de entender. Eso sí, sobre el zoom aclarar un dato importante. En el caso de sacar en modo pro, o en 50 o 200 mpx, la aplicación de cámara sólo nos permitirá acercar la imagen hasta un 6x precisamente por la ausencia del postprocesado computacional que permite hacer la magia en el automático. En el caso del Expert RAW la cifra sube al 10X. Y otra limitación el pro y el Expert RAW sólo permite sacar fotos a 12 y 50mpx. Lógico teniendo en cuenta que cada una ocupa unos 120 megas.

Por lo demás, el Ultra dispone de otros modos fotográficos de lo más interesantes. Una pena que el ultra gran angular de 12 mpx con apertura f/2.2 y enfoque automático no brille tanto, en el sentido más literal de la palabra, que la lente principal. En todo caso, hablamos de un gama alta que permite sacar fotos panorámicas excepcionales incluso de noche aunque se eche en falta algo más de nitidez. También permite realizar fotos en modo macro con muy buena calidad tanto en los detalles como a la hora de plasmar los colores. De nuevo, se nota la mano del procesado inteligente de Samsung.

A destacar también los modo retrato en todas las variantes lumínicas. La cámara no tiene ningún problema en reconocer hasta el último detalle del sujeto y difuminar el fondo como lo haría una cámara profesional. Incluso con su lente delantera de 12 megapíxeles f/2.2 especialmente diseñada para realizar selfies extraordinarios, tanto individuales como colectivos en casi cualquier circunstancia. Incluso cuenta con su propio modo pro. Poco más que añadir a un conjunto de cámaras capaces de grabar en vídeo a 8K, salvo la pega de no incorporar el HDR en la vista previa, algo muy útil para saber cómo va a quedar la foto antes de sacarla. Una característica imprescindible presente desde hace tiempo en los teléfonos de Apple y Google.

A estas alturas de la película podemos contestar a la pregunta que a más de un lector le estará rondando la cabeza. ¿Es el Samsung Galaxy S23 Ultra el teléfono perfecto? No, pero se le acerca pese a sus luces y sombras en el aspecto fotográfico que seguramente se irán puliendo a golpe de actualizaciones. En todo caso, es uno de los mejores móviles que uno puede comprar en febrero de 2023 a la espera de los lanzamientos de los buques insignia de Oppo, Xiaomi, Apple y Goople. Lo tendrán muy difícil a la hora de superar al mejor smartphone de la marca coreana en años donde prácticamente es imposible echarle algo en cara. Incluso el sonido de sus altavoces es espectacular con un sistema sonoro compatible con Dolby Atmos sin que se produzcan distorsiones incluso en los niveles más altos del audio.

Teniendo en cuenta todo esto, es una auténtica pena que Samsung se haya sumado a la moda de incrementar los precios aprovechando el alza de la inflación, sobre todo teniendo en cuenta que no incluye cargador. El Ultra -disponible en negro, crema, rosa y verde- parte de los 1.409 euros con 256GB, un importe similar al iPhone 14 Pro Max. Es verdad que supera en algunos aspectos técnicos al móvil de la manzana mordida, pero se ha perdido una buena oportunidad para tomar ventaja también en ese aspecto. Por fortuna, las frecuentes rebajas promocionales que aplica la compañía coreana a sus productos permiten poder ahorrarse unos euros respecto al precio oficial del que ya es el smartphone del momento.