![Futurista, plegable y apto para todos los bolsillos. Probamos el Samsung Galaxy Z Flip5, el móvil del que todo el mundo habla](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/10/16/flip-movimiento.gif)
![Futurista, plegable y apto para todos los bolsillos. Probamos el Samsung Galaxy Z Flip5, el móvil del que todo el mundo habla](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/10/16/flip-movimiento.gif)
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Los gurús de la tecnología sostienen que, más pronto que tarde, todos terminaremos usando un móvil plegable. Hasta ahora, parece que ese momento no acaba de llegar. Desde que Samsung lanzara su primer teléfono de estas características en 2019, todavía se ven muy pocos de ellos en la calle. Y eso que a estas alturas de la película se ha convertido con toda justicia en un segmento con identidad propia en el competitivo sector de la telefonía móvil. De hecho, la compañía coreana ha visto como en los últimos tiempos compañías de la talla de Oppo, Xiaomi, Google o Motorola han lanzado sus propios celulares de este estilo llegando incluso a superar en determinados aspectos a los suyos. Algo impensable hace tan sólo unos pocos años. Por todo ello, había muchas ganas de comprobar si los de Seúl se habían puesto las pilas en sus nuevos productos para este 2023 respecto a su feroz competencia. Te contamos si ha tenido éxito en su nuevo Samsung Galaxy Z Flip5.
Una de las cosas que más nos han gustado en cuanto a diseño de los últimos plegables, como el Oppo Find N2 Flip, fue su capacidad de cerrarse casi por completo sin dejar un antiestético hueco en sus bisagras. Curiosamente, en los de Samsung los espacios extra seguían muy presentes en este mecanismo. Hasta ahora. El Samsung Galaxy Z Flip5 es el primer móvil de la compañía, junto a su hermano mayor el Samsung Galaxy Z Fold5, que ya sólo deja ver una pequeña rendija cuando se pliega. Al no ser totalmente hermético, el terminal no incluye una protección contra el polvo por lo que no resulta conveniente llevarlo a la playa. El primer inconveniente de una lista más larga de la que nos gustaría por el hecho de usar un teléfono de estas características. Por fortuna, ahora se incorpora la resistencia al agua, en concreto a metro y medio durante 30 minutos como máximo. Y la robustez de su sistema de plegado, una operación que hay que realizar con las dos manos para mayor comodidad, augura una larga vida útil al teléfono.
Y poca cosa más que añadir en este apartado, ya que el diseño tipo concha es prácticamente calcado al de su primer modelo. Es cierto que con sus 15,1 milímetros es bastante más grueso que un móvil normal. Por ejemplo, el del iPhone 15 Pro Max es de 8,3 mm y no es de los más finos del mercado. Pero nada de eso parece importar cuando lo cerramos y nos lo metemos en cualquier bolsillo sin importar que sea pequeño. Con sus 85,1 mm de largo y 71,9 de ancho es como si lleváramos una pequeña cartera. Todo un milagro teniendo en cuenta que, en realidad, se trata de un móvil con una pantalla de 6,7 pulgadas cuando lo desplegamos, alcanzando una altura de 165,1 mm y un grosor de 6,9 mm.
No olvidemos que la comodidad en su uso diario se ha convertido en la principal baza para su compra. Y, a pesar de los años transcurridos desde que esta nueva gama irrumpió en el mercado, sigue llamando muchísimo la atención entre propios y extraños que lo ven como si fuera un dispositivo traído del futuro. Lástima que sus botones de volumen y de bloqueo queden demasiado arriba cuando el terminal está totalmente abierto. El único pero que se le puede poner al diseño de un celular con acabados de alta gama.
Samsung es sinónimo de pantallas de calidad y, como no podía ser de otra forma, el Galaxy Z Flip5 no decepciona en este aspecto. Eso sí, respecto a los dos modelos anteriores tenemos una importante novedad. El panel exterior Super AMOLED con resolución de 748 x 720 píxeles, 306 por pulgada, es más grande en esta ocasión, lo que provoca que podamos hacer más cosas sin necesidad de abrir el teléfono. En ese sentido, se pasa de las 1,9 pulgadas en un formato bastante alargado a ocupar casi todo el frontal con 3,4 pulgadas. De nuevo, un cambio obligado por la competencia que había aumentado sus pantallas externas para mejorar la usabilidad del móvil. Y la verdad es que desplazarse por los widgets de las distintas aplicaciones es una auténtica gozada gracias a estas nuevas dimensiones.
Naturalmente, contamos con los widgets de la propia Samsung - como los del calendario, el reproductor multimedia, las alarmas o la grabadora-, pero también por los de aplicaciones de terceros adaptados a la situación como YouTube, Google Maps e incluso Netflix. También está presente WhatsApp, lo que permite leer las notificaciones o redactar mensajes sencillos sin necesidad de estar abriendo el teléfono todo el día. Esperemos que muy pronto lleguen otras 'apps' populares como Instagram o Gmail a esta pantalla que cada vez tiene menos de secundaria.
Y si bien nos hemos emocionado con la externa no podemos decir lo mismo de la interna. No se nos entienda mal. El panel Dynamic Amoled 2X que llega a las 6,7 pulgadas cuando el móvil está totalmente desplegado es magnífica. A destacar su resolución FullHD+, de 2.640 x 1.080 píxeles, con una tecnología de refresco de 1 a 120 Hz que proporciona al terminal una mayor soltura a la hora de navegar por Internet o disfrutar de un videojuego. Un pantalla digna de un teléfono de gama alta con unos colores vibrantes y un brillo notable marca de la casa. De hecho, alcanza los 1.750 nits, que nos permite usar el móvil sin problema en exteriores.
Pero también tenemos malas noticias que se materializan en algún que otro importante inconveniente. Uno de ellos es su relación de aspecto de 22:9., de lo más estrecho, lo que provocará que muchas veces veamos más de un contenido multimedia con unas nada estéticas bandas negras a ambos lados de la imagen. Pero el mayor que nos hemos encontrado es que el pliegue de la pantalla sigue, después de cinco generaciones, estando muy presente. Es verdad que en la mayoría de los contenidos apenas se nota y se suele mimetizar con las distintas imágenes, pero en otras ocasiones no es así. Y, desde luego, en seguida lo notamos al tacto. Algo difícil de entender cuando ya hay otros plegables en el mercado en los que casi se ha conseguido solventar la siempre molesta arruga cuando nuestros dedos pasan sobre ella haciendo scroll en la pantalla. Una pena.
Nada que añadir a lo que no hayamos dicho ya del fabuloso Snapdragon 8 Gen 2 for Galaxy acompañado por 8 GB de memoria RAM. En ese sentido, sólo tenemos que aplaudir que los coreanos doten a este teléfono del mismo procesador que lucen sus teléfonos de gama alta. Aquí puedes leer cómo se comporta en el Samsung Galaxy S23 Ultra. Eso sí, en el caso del Galaxy Z Flip5 nos volvemos a encontrar con un pequeño problema. Al ser un teléfono con un tamaño tan ajustado, no contamos con los disipadores de calor que están presentes en los terminales que integran el que es el mejor 'micro' para teléfonos Android. Todo ello se traduce en que el móvil se caliente más de lo que debería cuando debe realizar tareas más complejas de la cuenta. Nada exagerado, pero la sensación al tacto está ahí.
Lo peor es que en determinados momentos, como cuando se está editando una foto o con un videojuego de gráficos exigentes, el rendimiento del teléfono se nota. De nuevo, nada dramático pero desde luego no es algo que deba permitirse en la gama más alta. Sobre todo si monta el procesador más potente del mercado. Por lo menos, el móvil cuenta con unos generosos 256 GB de memoria en su configuración base, espacio más que suficiente para fotos, vídeos y aplicaciones, aunque también está a la venta otro modelo superior con 512 GB. Nada mal tratándose de un teléfono tan pequeño.
A rebufo de lo anterior, contar con uno de los procesadores más eficientes energéticamente hablando nos permiten poder llegar al día sin problemas. Toda una hazaña teniendo en cuenta que el Galaxy Z Flip5 cuenta con una batería de tan sólo 3.700 mAh. Es decir, tendremos entre 3 y algo más de 4 horas de uso de pantalla dependiendo de las aplicaciones que usemos. Eso sí, es aconsejable desconectar el Always on Display, la pantalla siempre encendida, para asegurarnos de no tener problemas de autonomía al final de la jornada.
Sobre todo teniendo en cuenta que la carga rápida es poco menos que testimonial con sus 25 W. Nada que ver con los 100 e incluso con los 200 W de otras marcas. En ese sentido, pasar del 0 al 100% de carga nos llevará casi dos horas. Y llegar al 50% unos 45 minutos. Una lentitud desesperante en los tiempos que corren. Por lo menos contamos también con carga inalámbrica a 15 W e inversa a 4,5 W por si nuestros auriculares se quedan sin batería. Y no nos cansaremos de repetirlo. Un teléfono que supera los 1.000 euros debería incluir un cargador en su precio sí o sí. O, por lo menos, dar al usuario la opción de rechazarlo a cambio de la correspondiente rebaja en su precio final.
Seamos claros. Si eres de los que te gusta sacar fotos con el móvil: el Galaxy Z Flip5 no es tu teléfono. De hecho, monta las mismas cámaras que el modelo anterior, que ya eran bastante limitadas tratándose de un smartphone de gama alta. Se esperaba que este año los avances de la fotografía computacional hiciesen milagros, pero, sin sacar del todo malas fotos, están lejos de la competencia no sólo en los terminales que rondan su mismo precio. Incluso en los de su propia gama con Oppo pisando muy fuerte en sus plegables. Recordemos que contamos con un sensor principal de 12 megapíxeles, con apertura focal de 1.8 y estabilizador óptico (OIS) incorporado.
Dicho esto, durante el día se pueden obtener unos buenos resultados con el sensor principal que logra crear instantáneas sorprendentemente nítidas tratándose de una cámara tan modesta. Milagros de la inteligencia artificial. Y todas ellas con colores muy vivos, tal y como nos tienen acostumbrados los coreanos en los procesados de sus móviles. En general, perfectas para ser compartidas en las redes sociales. El uso del HDR por parte del teléfono es bastante aceptable, aunque puede llegar a liarse de vez en cuando, sobre todo si la escena tiene una gran diferencia entre zonas muy iluminadas y otras oscuras. Nada que no se pueda solventar con una edición posterior con la ventaja añadida de que podemos sacar la foto en formato RAW.
De noche, el teléfono cumple aunque sin sacar pecho. Las fotos se ven bien iluminadas, de nuevo gracias a la fotografía computacional, pero en cuanto acercamos la imagen vemos un efecto acuarela para eliminar el ruido visual provocado por las bajas condiciones de luz. En ese sentido, 50 o más megapíxeles le hubiera venido muy bien al sensor principal para mejorar la nitidez en las capturas con mala iluminación.
Eso sí, es difícil defender el hecho de que un móvil que sobrepasa los mil euros no cuente con un buen zoom óptico. Es cierto que el 2x e incluso con el 4x digital se puede hacer un apaño, pero a partir de ahí se nota una creciente pérdida de nitidez que no son capaces de arreglar ni los más brillantes algoritmos. De nuevo, la competencia está apostando muy fuerte en el aspecto fotográfico, incluso en los móviles plegables. En ese sentido, los coreanos deben reaccionar ya en sus próximos modelos si no quieren tener problemas en un nuevo segmento de un mercado aún por explorar.
Eso sí, y como gran ventaja respecto a los modelos más tradicionales, es una gozada sacarse un selfie con el sensor principal con el teléfono plegado. Desde luego, el aumento de pantalla al que aludíamos en el apartado anterior facilita, y mucho, esta labor. Sobre todo, si abrimos un poco el teléfono para que uno de sus lados haga de trípode. Ideal para hacer fotos de grupo o vídeos en 'slow motion'. Las fotos resultantes, como no podía ser de otra forma son muy buenas, sobre todo con el modo retrato, editable a posteriori, que se ha convertido en los últimos años en uno de los puntos fuertes de Samsung. De esta forma, la cámara insertada en la pantalla interna, de tan sólo 10 mpx y apertura focal de 2.2, queda para videoconferencias y poco más.
Respecto a su segundo objetivo físico, un gran angular de 12 mpx y apertura focal de 2.2 cumple sin más. La pérdida de nitidez respecto al sensor principal es bastante notable, sobre todo de noche. En todo caso, y a la hora de realizar fotos que requieran de cierto dramatismo visual, puede ser una gran opción apostar por él pese a sus carencias técnicas, algo que, por otro lado, es habitual en la mayoría de los móviles. Incluso en los de la gama más alta.
En el caso del vídeo, al teléfono se le notan más las costuras por no incorporar sensores con mayor resolución. Así, nos tendremos que conformar con una resolución máxima de 4K a 60 frames por segundo. Lejos de lo que ofrecen otros móviles de similares características. Por lo menos, la buena noticia es que las secuencias resultantes se caracterizan por su suavidad sin apenas trepidaciones gracias al buen estabilizador óptico de la cámara principal. Eso sí, cuidado con grabar en entornos oscuros porque ahí la nitidez de las imágenes pierde muchos enteros pese a ser particularmente bueno a la hora de enfocar con precisión los distintos objetos en movimiento.
Un año más, Samsung crea un plegable para todos los bolsillos en el sentido más literal de la frase. Una pena que su significado no extienda también a su acepción más habitual relacionada con el precio. Sus 1.209 euros son una importante losa que lo alejará de muchos potenciales usuarios, ya que por esa cantidad hay móviles con características técnicas bastante superiores, sobre todo en el apartado fotográfico y de autonomía. Es cierto que este Galaxy Z Flip5 incorpora interesantes mejoras como un nuevo sistema de bisagra que elimina el antiestético espacio en el cierre y una pantalla externa de mayor tamaño. Pero, en general, este tipo de teléfonos siguen pareciendo productos de nicho con pocas posibilidades de que se conviertan en superventas, sobre todo a corto plazo.
Para complicarlo todo más aún, Samsung se está encontrando en los últimos años con una competencia cada vez más feroz en el segmento que él mismo creó de la nada. Algo que seguro que debe estar quitando el sueño a los coreanos. En todo caso, es algo que también les empujará a lanzar más pronto que tarde el plegable definitivo que incorpore por fin todo lo que los usuarios llevamos demandando desde hace tiempo: eliminación de la arruga en sus pantallas, mayor potencia en las cámaras, una batería más solvente y, todo ello, a un precio esta vez sí al alcance de casi todos los bolsillos. En otras palabras, un Flip que ya no nos sorprenda tanto cuando lo veamos desplegarse delante de nuestros ojos.
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