Se habla mucho de obsolescencia programada, las técnicas empleadas por no pocos fabricantes para minar el rendimiento y autonomía de sus productos con el paso de los años. Meses en el caso de la telefonía móvil, conforme se instalan las sucesivas actualizaciones de software. ¿ ... El resultado? La necesidad de renovar smartphone mucho antes de lo esperado.
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Cuestión distinta son las averías por defectos de fabricación o lo endeble de los componentes empleados. Son sólo dos de los factores tenidos en cuenta por Blancco en la elaboración del informe 'State of Mobile Device Repair & Security', que determinó aquellos modelos con mayor propensión a los fallos.
Por 'fallos' entendemos desde una pérdida en la conectividad de datos móviles hasta la ralentización del teléfono, sin que éste deje de funcionar en ningún momento. Igualmente, los procentajes expuestos por Blancco refieren únicamente al número de gadgets testados, por lo que no pueden extrapolarse a la base instalada de cada firma.
Dentro de los smartphones con Android, Samsung resultó la peor parada con una tasa de fallos del 34%, teniéndose en cuenta los modelos vendidos hasta el cuarto trimestre de 2017 por su tiempo de vida útil. La cifra se explica, en parte, por la mayor comercialización de terminales 'baratos': a menor capacidad de procesamiento u almacenamiento, más posibilidades de que el teléfono responda de forma inadecuada; por no hablar de la calidad de los materiales utilizados, con nula protección frente a caídas, la entrada de polvo o la humedad.
Otras marcas en el ranking son Xiaomi, con un ratio del 13%; Motorola (9%), LG (7%), Lenovo (6%), InFocus (4%), HDM Global (4%), Huawei (4%), OnePlus (3%) y ZTE a la cola, con un 2%. Hablamos así de porcentajes más que aceptables, que denotan una proceso de testeo y certificación acorde a lo presumible por parte de las grandes multinacionales.
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Si hablamos de modelos, el Xiaomi Redmi 4 coronó la tabla con una tasa de fallos del 9%. Le siguieron Motorola Moto G5 Plus (6%), Lenovo K8 Note (5%), Nokia 6 (4%), Samsung Galaxy S7 (3%), Samsung Galaxy S7 Active (3%), Samsung Galaxy S8 + (3%), Xiaomi Redmi Y1 (2%), Samsung Galaxy S6 (2%) y Samsung Galaxy S7 Edge (2%).
El informe de marras también tuvo en consideración los dispositivos basados en iOS, el sistema operativo móvil de Apple. El modelo peor parado fue el iPhone 6, con un sorprendente ratio del 26%. A continuación se listan el iPhone 6S (14%), iPhone 6S Plus (9%), iPhone 7 Plus (9%), iPhone 6 Plus (9%), iPhone 7 (8%), iPhone 5s (6%), iPhone SE (6%), iPhone 8 Plus (2%) y iPhone 5 (2%).
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Entre las averías más comunes de Android encontramos problemas de rendimiento (27%), cámara (5%), micrófono (4%), auricular (4%) y altavoz (3%). En iOS los fallos se centran en la conectividad: Bluetooth (3%), WiFi (3%), auricular (2%), datos móviles (2%) y antena (1%).
Curiosamente suelen errar más aquellos smartphones comprados en Europa (un 40%), frente a los mercados asiático (en torno al 20 por ciento) y Norteamericano (10% de media). Ahora bien, ¿qué ocurre cuando no queda otra opción que enviar el gadget a reparar? Interesante la evaluación de los diferentes servicios técnicos llevada a cabo por Xataka, que falseó problemas de funcionamiento para comprobar la respuesta de cada fabricante. La mayoría optaron por reparaciones 'fantasma' o reemplazos, en tiempos similares y sin una comunicación fluida.
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El próximo reporte de Blancco debería publicarse este verano, cuando sabremos de los modelos aparecidos hasta el último trimestre de 2018 (iPhone XS y Galaxy S9 inclusive).
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