¿Tu coche te espía? Los riesgos del vehículo conectado

También destaca el servicio de seguridad 'eCall', una especie de baliza que se activa en caso de que el vehículo sufra un accidente (obligatoria en todos los coches vendidos a partir del 31 de marzo de 2018). La Unión Europea cree que con este sistema se reducirá un 10% el número de fallecidos en las carreteras de los países miembros. ECall consta así de un dispositivo de control, una antena, un receptor GPS, sensores de accidentes, un botón manual, una fuente de alimentación propia, base de datos, micrófono y altavoz.

Incluso los modelos más sencillos incorporan tecnología que nada tiene que ver con los coches que circulaban por las carreteras a principios de siglo, cuando el fabricante no recibía información de aquellos vehículos que vendía. Ahora estos tienen una relación de por vida con quien los ha creado.

Buena parte de esas prestaciones suponen la recogida de datos del conductor a través de distintos sensores: cada vez será mayor la información sobre el uso del vehículo que estará disponible en la nube. Son los conocidos como modelos conectados, que transmiten todos estos datos a través de una eSIM (una tarjeta integrada). El informe 'Coches conectados', elaborado por el portal de estadísticas Statista, revela que en 2016 había 10 millones de vehículos conectados en Europa, cifra que aumentará hasta los 80,7 millones en 2021.

La hiperconectividad es un hecho cada vez más habitual en la vida cotidiana, hasta el punto de que poca gente se plantea qué sucede con todos esos datos cuando pasan a integrarse en el servidor del fabricante. La ley de protección de datos obliga a las empresas a avisar cuando recogen cualquier tipo de información de los usuarios, pero la mayoría de personas simplemente acepta el uso que la empresa quiera darle, sin fijarse en las condiciones.

La información que analizan los ordenadores de a bordo puede ser de lo más variado: sobre la temperatura interna y externa, los elevalunas, la velocidad a la que circula el vehículo, el tráfico que le rodea, la presión de los neumáticos, la humedad ambiental, el estado de la vía... Además, con el GPS se sabe dónde ha estado el vehículo en cada momento.

Statista también predice que los coches saldrán de fábrica con unos 200 sensores de serie, lo que según la web Automovieworld, supondrá la emisión de hasta 5 terabytes de datos cada hora. Éstos se recogen en el servidor del fabricante, y, una vez recibido el consentimiento por parte del usuario, pueden venderse a otras empresas (aseguradoras, financieras, de entretenimiento...). Según el informe 'Acceso a los datos digitales de los automóviles y la competencia en los servicios postventa', elaborado en 2018 por el Joint Research Centre (JRC), «esos datos desempeñarán un papel importante para que los consumidores decidan adquirir nuevas ofertas de servicios del automóvil». Un mercado en auge ya que, según Statista, los ingresos que generan los servicios digitales para cada vehículo conectado ascienden a 225€ anuales. Así, este mercado podría mover 3.800 millones de euros para el año 2021.

En algunos casos los propios fabricantes ofrecen paquetes gratis de transmisión de datos, como Tesla, que incluye uno durante cuatro años. Con todo, fue BMW la pionera en ofrecer servicios aprovechando la conectividad de los modelos que fabrica (a través del paquete ConnectedDrive, que incluye control remoto del vehículo, información del tráfico en tiempo real y streaming audiovisual). Por su parte, Volkswagen ha puesto en marcha en España la aplicación 'We Experience', con la que ofrece recomendaciones sobre el mejor lugar para hacer una parada y ofertas especiales que puedan encontrarse durante el trayecto. Esta información llega a los ocupantes de los vehículos compatibles mediante la app o una pantalla de infoentretenimiento (si la hubiese).