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sara borondo
Martes, 15 de octubre 2019, 01:26
Corría el año 1956 y Federico Martín Bahamontes corría su segundo tour con la selección española (por entonces la carrera se disputaba por países). En una fuga, subiendo la col de Romeyère, un coche de apoyo hizo saltar varios guijarros que rompieron algunos radios de la rueda del ciclista español, quien coronó la montaña y decidió esperar a que llegase el coche de su selección. Como hacía calor, se bajó de la bici y se tomó un helado de vainilla. Ese día, un poco más tarde, le dio una pájara y perdió la etapa, pero Baamontes acabó aquel tour como campeón de la montaña.
Eran otros tiempos, en los que los ciclistas llevaban zapatillas normales y una bicicleta que pesaba 18 kilos (sin cambios). En estos casi 70 años el mundo del deporte profesional ha cambiado radicalmente. Ahora se estudia hasta el mínimo detalle y cada pieza del equipamiento está personalizada o diseñada para mejorar el rendimiento del deportista. Las raquetas de madera fueron sustituidas por otras de titanio o de fibra de carbono (y el tenis dejó de ser más técnico para dar más importancia a la potencia); ahora el diseño de una bicicleta se prueba centenares de horas en un túnel de viento y lleva cuadro de carbono, y hasta la alimentación del deportista se decide tras un intenso estudio.
Los avances tecnológicos han permitido a los deportistas ir batiendo récords y apurar al máximo todas sus posibilidades. Estas son cuatro de las últimas tecnologías que se utilizan actualmente (y una que tuvo que desecharse porque suponía demasiada ventaja al deportista que la utilizaba):
1.
El 17 de octubre se celebra en el Recinto Ferial de Gipuzkoa (Ficoba) el congreso Kiroltech, en el que se tratarán las últimas innovaciones dirigidas al desarrollo de la industria en el deporte. Entre ellas está el 'big data', el estudio de grandes volúmenes de información. Éste sirve para numerosos campos hoy día, desde planificar la producción de una empresa previendo la demanda que va a haber de sus productos, hasta detectar un brote de gripe analizando lo que se dice en las redes sociales.
Aplicado al deporte, el big data se utiliza desde hace años. En un partido de fútbol o baloncesto se pueden generar en torno a 8 millones de datos a través de cámaras y sensores instalados en los estadios: sabiendo interpretarlos y agruparlos es posible conocer al detalle el estilo de un ganador de un Grand Slam de tenis; si un jugador de baloncesto defiende mejor que ataca y cómo puede trabajar sus puntos débiles; mejorar el revés de un tenista; si es el momento de traspasar a un jugador de fútbol o si éste puede lesionarse. Es lo que llevan décadas haciendo los analistas deportivos (a una escala mucho mayor) y tiene tal demanda que incluso hay formación universitaria específica en Big Data Deportivo. Hasta Adidas ha creado el 'Smart Ball', un balón con una gran cantidad de sensores que aportan datos sobre la fuerza de cada disparo o el tiempo de recorrido en el terreno, entre otra información que sirve al entrenador para ajustar los entrenamientos.
2.
Las lesiones ya no se tratan solo con fisioterapia. La medicina regenerativa es cada vez más popular para tratar los tejidos dañados y se lleva a cabo en clínicas muy especializadas, utilizando desde infiltraciones con ácido hialurónico hasta otras hechas con células madre extraídas de la grasa abdominal del propio paciente.
En deporte se utiliza sobre todo la técnica 'factores de crecimiento', que emplea el potencial biológico de las plaquetas. Se extrae al paciente una cantidad de sangre que se centrifuga para separar la fracción más rica en plaquetas (cruciales en la regeneración de los tejidos), infiltrándose éstas en la zona afectada. Entre los deportistas que se han recuperado mucho antes de lo previsto gracias a este método están el tenista Rafa Nadal, el futbolista Xavi Hernández o el ciclista Joseba Beloki.
3.
Las 'Zoom Vaporfly' de Nike son conocidas como 'zapatillas muelle'. En 2017 la empresa de ropa deportiva prometió que servirían para reducir el tiempo de una maratón por debajo de las dos horas. El modelo 'Vaporfly4%' salió a la venta por 250€ hace dos años. El nuevo modelo, 'Vaporfly Next%', cuesta 275€ y es el que llevaba Brigid Kosgej cuando ganó el maratón de Chicago el pasado 13 de octubre con un tiempo de 2:14:03 (acabando con el récord mundial que tenía Paula Radcliffe desde 2003). Una evolución de las 'Next%', un prototipo hecho a medida llamado 'AlphaFLY', llevaba Eliud Kipchoge el 12 de octubre cuando logró recorrer los 42,2 km en 1:59:40.2, aunque su récord no está homologado. Es tal la ventaja que suponen estas zapatillas que se han alzado voces dudando de su legalidad. La Federación Internacional de Atletismo no se ha pronunciado ni hay denuncias oficiales, de momento.
La 'magia' de las Vaporfly está en la placa curva de fibra de carbono que está incrustada en la entresuela, que impulsa al corredor y retrasa la fatiga de los músculos, lo que incrementa el rendimiento en un 3%. Las 'Vaporfly Next%' también utilizan para la parte superior el 'Waporweave', un tejido sumamente ligero, transpirable y que no absorbe agua del sudor o la lluvia, por lo que el pie se mantiene seco y ventilado durante el recorrido. Además, la ojetera está ligeramente desviada para aliviar la presión en la parte sensible del pie; una fina capa de amortiguación en la parte trasera reduce la fatiga del tendón de Aquiles; hay espuma 'Nike Zoom X' adicional en el antepié para ser más estable y maximizar el retorno de energía; y tiene surcos de flexión más profundos para que el movimiento sea más suave en los giros y las curvas. Todo ello en apenas 190 gramos.
4.
El grafeno es un material nanométrico que consiste en una sola capa de átomos de carbono unidos con mucha fuerza, bajo una estructura similar a un panal de abejas. Es el material más resistente que se conoce y esto, combinado con su ligereza, ha servido para que esté cada vez más presente en el deporte, sustituyendo a las aleaciones de titano o la fibra de carbono en raquetas de tenis y pádel, tablas de surf, esquíes o cascos. Por sus propiedades antibacterianas, la alta conductividad térmica (que favorece la disipación de calor) y una mayor ventilación, ha revolucionado las prendas deportivas. Permite crear un microclima dentro de la ropa tanto cuando hace frío como cuando hace calor; la temperatura es más uniforme y controlada ya que se transfiere el calor corporal de las zonas más cálidas a las más frías, el tejido es cómodo y hay mejor circulación sanguínea.
Los investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas de Barcelona está investigando el uso de la tecnología basada en grafeno para fabricar parches flexibles que servirán para monitorizar la salud mientras se hace ejercicio, ya que permiten conocer la hidratación del cuerpo, la respiración, pulsaciones, temperatura y la saturación de oxígeno en sangre.
5.
No todas las innovaciones tecnológicas en el deporte acaban bien. En los mundiales al aire libre de Roma en 2009 se batieron 15 récords del mundo en tres días. La razón estaba en unos bañadores nuevos que dispararon las capacidades de los nadadores y mejoraban su flotabilidad al ser menos densos que el agua de las piscinas. Estaban fabricados por Speedo en poliuretano y cubrían desde el cuello a los tobillos. Se cuantificó que concedían 54 centésimas por defecto a quienes lo llevasen.
La Federación Internacional de Natación (FINA) cambió las reglas sobre el uso de bañadores en competiciones oficiales: ya no podrían cubrir la parte superior del tronco de los nadadores masculinos ni los tobillos y deberían estar fabricados en materiales textiles, no deberían acumular aire y la federación regularía el espesor, la permeabilidad y la flotabilidad. La natación volvió a unos valores más normales.
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