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Cibercondría, un mal cada vez más extendido
Hipocondría digital: Los peligros de confiar más en Internet que en el médico

Los peligros de confiar más en Internet que en el médico

El 66% de los vascos busca información médica en la red

sara borondo

Viernes, 6 de marzo 2020, 00:21

Internet ha puesto prácticamente toda la información del mundo al alcance de cualquiera, para bien y para mal. En cuestión de salud, la red sirve para resolver dudas, pero puede potenciar la hipocondría, una preocupación excesiva por la salud; el hipocondríaco tiene miedo a padecer -o está convencido de que la sufre- una enfermedad grave y por eso revisa de forma obsesiva y constante los posibles síntomas, y esto puede llegar a afectar incluso a su vida social, laboral o familiar al tiempo que genera trastorno de ansiedad. Un hipocondríaco que de repente nota pérdida de audición en un oído no piensa en que tenga acumulación de cerumen, sino que está convencido de que tiene algún tipo de cáncer o sufre alguna infección importante.

Con la facilidad de acceso a todo tipo de información médica en Internet ha surgido la que se conoce como hipocondría digital o cibercondría, que se produce cuando la persona recurre constantemente al 'doctor Google' para saber cuál puede ser el origen de cualquier malestar que sienta, creyendo más probables aquellas informaciones que apuntan a enfermedades graves. A esta facilidad de acceso a la información hay que añadir la rapidez; en lugar de esperar a ver si un síntoma perdura y, de ser así, pedir cita con el médico, con el doctor Google solo hay que teclear según aparece dolor en el ojo izquierdo para establecer que puede deberse a una infección o herida en la córnea.

Siete de cada diez españoles busca información información médica por internet

Según el 'II Estudio de Salud y Estilo de Vida' publicado en 2019 por Aegon Seguros, siete de cada diez españoles busca información sobre enfermedades en Internet (un 66% en el caso del País Vasco), y un tercio de las personas encuestadas para el informe cree en los resultados de las búsquedas que realiza sobre salud. Por sexos, las mujeres se fían más de la información médica que encuentran en la red. La búsqueda de datos sobre alguna dolencia en Internet no es desaconsejable en sí misma, ya que pueden servir para ampliar alguna duda puntual que surja «pero suelen ser perjudiciales si se busca información sobre determinados síntomas para llegar a establecer un diagnóstico sobre lo que nos pasa sin consultar con el médico», dice Xavier Pellicer, profesor del Máster en Psicología Clínica y de la Salud de ISEP.

Uno de los mayores riesgos de recurrir a Internet es el autodiagnóstico de enfermedades, lo que puede poner en riesgo la salud de la persona: el estudio de Aegon establece que el 73% de las personas que se automedican buscan enfermedades en Internet y, de entre ellas, un 30% otorga credibilidad a las búsquedas realizadas. Otro tipo de hipocondríacos digitales son los que van al médico tras haber consultado en Internet y rebaten al doctor cualquier diagnóstico diferente. Hasta recurren a varios médicos, buscando alguno que les reafirme en su creencia.

Incluso alguien que no tenga hipocondría digital puede llegar a entrar en una espiral de preocupación al ver que lo que siente puede ser síntoma de una dolencia seria y sigue profundizando en la búsqueda de información, sintiéndose cada vez más angustiado.

Según Pellicer, «a menudo las informaciones que aparecen en Internet son de patologías graves y si el usuario no tiene una formación básica que le permita discriminar entre fuentes de información fiables y entre síntomas y trastornos, lo que le explique el 'Dr. Google' puede ser más una fuente de angustia y preocupación que de alivio y de resolución de dudas». En estos casos conviene analizar si se experimenta el resto de indicadores de la dolencia y recurrir, si es necesario, a un médico, ya que son ellos, y no la información de Google, quienes tienen capacidad para realizar un diagnóstico. La información falsa en internet es un problema importante y esa desinformación incluye a la salud; en la red hay tanto páginas con base científica, que ofrecen datos solventes, como otras que ofrecen curas milagrosas, reniegan de las vacunas o defienden la homeopatía. Desde distintos ámbitos se intenta combatir esa desinformación, como con la web saludsinbulos.com, que cuenta con una red de colaboradores formada por sanitarios, representantes de asociaciones de pacientes y periodistas que buscan difundir una información de salud de calidad. Para evitar esa desinformación siempre es recomendable acudir a páginas procedentes de fuentes fiables y que estén firmadas por profesionales de la salud o cuenten con la opinión de los mismos.

Qué hacer cuando la búsqueda de información se convierte en hipocondría digital

Cuando una búsqueda de información (en principio destinada a tranquilizar sobre las posibles causas de un síntoma), se convierte en una fuente de ansiedad, lo hace a su vez en un problema. Pellicer afirma que es posible que esté surgiendo una cibercondría cuando esas búsquedas «las hacemos de forma compulsiva, invadidos por la angustia y, sobre todo, con la pretensión de que esa información sustituya la consulta directa con el médico o especialista correspondiente (psicólogo, fisioterapeuta...)».

Para liberarse de la hipocondría digital el experto propone las siguientes recomendaciones:

1. Dejar de buscar información sobre las enfermedades que se tiene -o se cree tener- en Internet.

2. Resolver las dudas consultando directamente con un profesional de la salud.

3. Si no se pueden aplicar esos dos consejos, se experimenta angustia ante la idea de tener una enfermedad grave y esa idea se está convirtiendo en recurrente, hay que acudir a un psicólogo clínico para aprender a controlar la hipocondría y a manejar de forma diferente la relación que tenemos con nuestro cuerpo.

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