![Cómo mejorar la conexión Wi-Fi en casa durante la cuarentena](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202003/27/media/cortadas/80108dc5-4a98-477a-b30a-7fef34bcf785-wifihomecouple-k44B-U100695719483hgC-1248x770@El%20Correo.jpg)
![Cómo mejorar la conexión Wi-Fi en casa durante la cuarentena](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202003/27/media/cortadas/80108dc5-4a98-477a-b30a-7fef34bcf785-wifihomecouple-k44B-U100695719483hgC-1248x770@El%20Correo.jpg)
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sara borondo
Viernes, 27 de marzo 2020
El teletrabajo, la teleeducación y el consumo de ocio en las plataformas de streaming están poniendo a prueba las conexiones a internet y las infraestructuras domésticas. En el primer punto partimos con ventaja, ya que los hogares españoles son de los mejores equipados de la Unión Europea, con unas conexiones de fibra óptica que pueden llegar actualmente hasta los 600Mbps simétricos. Esto hace que España sea uno de los 10 países con el internet más rápido del mundo, según el informe 'Digital Quality of Life 2019' de la empresa de redes virtuales Surfshark. El propio presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, afirmó en su discurso del 21 de marzo que España «dispone de más kilómetros de fibra óptica que la suma de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia juntos».
Lo máximo que cada uno puede hacer para asegurarse una buena conexión es contratar a la empresa proveedora que mejor se ajuste a sus necesidades (aunque en estos momentos no se puede realizar portabilidad a otra compañía).
No es suficiente con que la señal llegue en condiciones a casa: es importante que lo haga a todos los aparatos en los que se necesita conexión. Aunque lo ideal es que los dispositivos estén conectados al router a través de un cable Ethernet, en la práctica esto se limita a ordenadores de sobremesa, Así, precisamos de una buena transmisión inalámbrica (mediante Wi-Fi).
Ahora, cuando más falta hace que toda la casa esté conectada, es cuando más se nota que en algunas partes falla la red Wi-Fi. Hay varios factores que pueden contribuir a que la red inalámbrica no llegue bien a toda la casa, y todos ellos pueden atajarse.
El primer paso es detectar dónde están los puntos en los que se pierde más señal Wi-Fi. Para ello se puede utilizar alguna aplicación de smartphone como 'Signal Strenght', 'Fing' o 'WiFi Analyzer'. En esos puntos es donde se podrá ver si alguna de las medidas adoptadas ha potenciado la señal inalámbrica. Estas son algunas de las principales recomendaciones para tener una red Wi-Fi óptima:
Lo más habitual es colocarlo cerca del lugar por el que entra el cable de la conexión en casa, pero de esa forma los puntos más lejanos de la casa pueden ofrecer mala conexión con la red; si es posible, conviene situarlo en una habitación central del hogar. Además, conviene colocar el punto de conexión donde no esté tapado por objetos o muebles, en una posición alta y alejada de paredes, metales, agua o electrodomésticos como teléfonos inalámbricos, televisores o microondas, que puedan actuar como pantalla. Si tiene antenas exteriores, una debe estar en vertical y otra en horizontal para mejorar la emisión de señal.
Los routers suelen crear dos redes distintas, una en 2,4 GHz y la otra en 5 GHz, cada una con su propia contraseña y características. La de 2,4 GHz tiene más alcance pero ofrece menos velocidad y la de 5 GHz funciona a la inversa. Se puede elegir entre ellas la que tenga más capacidad, aunque los dispositivos más antiguos pueden no resultar compatibles con ésta.
Las redes Wi-Fi que haya activas en las proximidades también afectan, sobre todo si están en la misma banda. Una opción es entrar en la configuración del router, en los ajustes inalámbricos, y elegir un canal que esté poco saturado. Otra opción es utilizar papel de aluminio para dirigir la señal inalámbrica, que suele ser omnidireccional, en una sola dirección. Es una solución casera, pero una investigación de la Universidad de Darmouth (EE.UU.) realizada en 2017 demostró que sirve para mejorar la señal, reducir las interferencias e incluso crear barreras que aumenten la seguridad de la conexión.
Lo más habitual es utilizar el router del propio operador con el que se contrata el servicio, pero siempre podemos cambiarlo por otro que tenga más antenas o mejor procesador.
Los repetidores Wi-Fi reciben la señal del router y la rebotan para que llegue a otras zonas de la casa, aunque lo hacen con menos calidad que el router originario. Se instalan en un punto intermedio entre este último y la habitación a la que queremos llevar la señal, conectándose a la red Wi-Fi como si fuesen un portátil o una tablet.
Cuantos más aparatos estén conectados a él más lenta irá la conexión y mayor será la latencia (el tiempo de respuesta desde que un dispositivo emite una solicitud de transmisión de información y le llega). Si se instalan muchos repetidores cercanos entre sí el rendimiento puede empeorar, al generarse interferencias entre ellos.
■ Getue Repetidor Wi-Fi: Admite conexiones de cable y es compatible con la mayoría de routers. Funciona en dos bandas a una velocidad combinada de hasta 1200Mbps. Está disponible desde 38 euros.
■ TP-Link N300 TL-WA850RE: Un modelo sencillo pero eficiente. Se configura apretando un botón y ofrece una velocidad de hasta 300Mbps. Dispone de un puerto Ethernet para conectar dispositivos que utilicen cable y, al mismo tiempo, seguir compartiendo la red inalámbrica. Está disponible desde 18 euros.
Los repetidores son más baratos porque solo usan un aparato y más fáciles de instalar, pero se pierde potencia en la señal, un problema que no tiene otra solución: los adaptadores PLC (Power Line Communications). Utilizan la instalación eléctrica del hogar para llevar internet a otra zona.
El dispositivo principal envía la señal de internet a través de la red de casa mediante un enchufe convencional y los otros dispositivos PLC la reciben en la habitación donde se requiera. La intensidad de la señal de los PLC es más estable que con un repetidor y se pueden crear dos redes Wi-Fi diferentes, pero la calidad de la conexión depende de la instalación eléctrica que haya en casa o de los electrodomésticos que haya conectados.
■ Devolo Magic 2: Si no se utilizan durante un tiempo entran en modo standby, pero se reactivan al volver a usarlos. Pueden transmitir hasta 2.400 Mbps y funcionan hasta a 500 metros de distancia del router. Cuestan a partir de 130 euros.
■ TP-Link WPA8630: Transmite la conexión a través de cable o Wi-Fi. Con doble banda y hasta 1200Mbps. Sirve para streaming ultra HD, videojuegos online, transferencia de archivos grandes y cualquier otra activiadad que requiera mucho ancho de banda. Cuestan unos 120 euros.
Otra opción es instalar un sistema Wi-Fi Mesh, también llamado de malla, aunque solo es útil en casas muy grandes y con varias plantas. Consiste en una estación central y un sistema de satélites que comunican con la base y también entre sí, estableciendo la malla que le da nombre. Estas redes pueden gestionar el tráfico de datos calculando a qué satélite es mejor conectarse en cada momento, buscando siempre la conexión por la ruta más corta y eficiente.
■ TP-Link Deco: Cada dispositivo tienes tres modos: router, punto de acceso y extensor de cobertura. La aplicación para controlarla incluye control parental y el bloqueo de ciertos sitios web. Cuesta desde 60€ la versión con dos puertos (cubre hasta 260m2) y 170€ la de tres puertos (hasta 370m2).
■ Netgear Orbi RBK53: Con un router y dos satélites, cubre hasta 525 m² y dispone de 11 puertos LAN para conectar dispositivos que utilicen cable. Incluye un software específico de seguridad y controles parentales, pudiendo limitarse el acceso a sitios web o pausar internet por dispositivos. Su precio parte de los 450 euros.
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